Moscú, PL, para RIA Novosti. Odalys Buscarón. El presidente ruso, Vladimir Putin, atravesará mañana por tercera vez la emblemática alfombra roja que conduce a la sala Andreevski del Palacio del Kremlin para entregar los atributos del poder a su sucesor.
Putin ya recorrió dos veces la solemne ruta a través de los imponentes salones para recibir los símbolos presidenciales y jurar ante la Constitución, en 2000 y 2004, respectivamente.Esta vez a diferencia de hace cuatro años será él quien acredite con los honores oficiales y los atributos al nuevo mandatario Dmitri Medvedev.
La investidura es una ceremonia popularizada más bien en la década de los años 90 del siglo pasado, y aún así para muchos rusos sigue siendo una palabra imprecisa en su idioma, según constatan los estudios de opinión social.
Incluso algunos de los atributos presidenciales fueron implantados oficialmente en la época del primer presidente de Rusia, Boris Eltsin, en 1996.
Es notoria la influencia bizantina y del imperio romano sobre algunos símbolos del poder como el águila de dos cabezas, que cobró celebridad con el Emperador Pedro I (El Grande).
De los tiempos de la Roma antigua parece remontarse la imagen de San Jorge El Victorioso que figura en el centro del escudo estatal de Rusia y de los estandartes de Moscú.
Para la toma de posesión todas las salas del Gran Palacio del Kremlin llevan como adornos colgantes las águilas de dos cabezas, el símbolo del imperio ruso forjado por Pedro el Grande, mirando a Europa y Asia.
El protocolo en general representa una mezcla de distintas épocas y un intento de ensalzar la singularidad nacional rusa.
Los tres atributos La tradición establece que el nuevo Jefe de Estado sea investido de los poderes con el estandarte del Presidente, la insignia (cadena de oro y cruz) y un ejemplar único de la Carta Magna.
Al comenzar la ceremonia, un duplicado del pendón se levanta sobre la cúpula del Kremlin bajo las notas del himno estatal. En el brazo de plata va esculpido el nombre, apellido, patronímico y fecha de investidura del portador.
Después de la ceremonia una de las banderas pasa al gabinete presidencial.
La copia de la Constitución impresa únicamente para que los gobernantes hagan su juramento se conserva en la Biblioteca presidencial, situada en la misma residencia del Kremlin moscovita.
El collar o cadena, símbolo por excelencia del poder, lleva como colgante una cruz ensanchada de la orden Por los Servicios ante la Patria de primer grado, en cuyo centro es visible el escudo nacional. Está cubierta con esmalte de rubí. Al dorso sobre un medallón redondo aparece gravada la divisa "Provecho, Honor y Gloria". Ramas de laurel unen la cruz a la cadena, de oro y plata.
La insignia -esculpida en el centro de artesanos de la ciudad de Yaroslav en 1994- no se concibió como un galardón, pero se guarda en una urna junto con el resto de las órdenes estatales, en la residencia oficial.
Otra de las curiosidades es que con sus 17 eslabones (nueve con la imagen en miniatura del escudo), la cadena parece hecha para dotar de fuerza y acompañar a distintos gobernantes en un lapso de al menos un siglo.
Mañana se completará, desde la época de Eltsin, el cuarto eslabón de la cadena que pasará a manos de Medvedev, el más joven de los estadistas en la historia de la Rusia moderna.
En la parte trasera de esos pequeños aros entrelazados figura el apellido, nombre y patronímico del Presidente y fecha de asunción en el cargo.
Según la Carta Magna, el Presidente es el garante de la constitución, de los derechos y libertades fundamentales. Sobre él recae la protección de la soberanía nacional, su independencia y preservación de la integridad territorial.
Figuran así mismo entre sus facultades la formulación de la estrategia interna y la política exterior. Es el comandante en Jefe de las Fuerzas Armadas. Esas y otras competencias representan en sí el poder real.
LA OPINIÓN DE LA AUTORA NO COINCIDIRÁ OBLIGATORIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI
