Matemáticos y psicólogos descubren la fórmula del matrimonio feliz

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Moscú, 16 de mayo, RIA Novosti. Matemáticos y psicólogos de Estados Unidos anunciaron recientemente que descubrieron la fórmula del matrimonio feliz, con una exactitud del 94 %.

Para desarrollar su peculiar descubrimiento, los científicos estudiaron 700 parejas de la ciudad norteamericana de Seattle desde el momento en que contrajeron  matrimonio durante diez años.

A partir de criterios fijados de antemano, los científicos observaron el comportamiento de las parejas al momento de conversar asuntos clave como el sexo, la educación de sus hijos, la distribución del presupuesto, las tradiciones familiares y otras cosas.

Durante esas conversaciones, los psicólogos determinaron las señales positivas y negativas de cada uno de los cónyuges, como sonrisas, ademanes benévolos, entonación paternal o por el contrario, respuestas bruscas, sarcasmos, ironías, miradas al cielo y entonación alta de la voz.

En una síntesis sin precedentes de matemática aplicada y psicología social, los científicos establecieron que la pareja feliz es aquella que acumula cinco señales positivas y al menos una negativa durante el diálogo conyugal.

Las parejas que se apartan de esa norma, podrán experimentar periodos de crisis leves, graves y muy graves y con el transcurso de los años, en dependencia de otros factores, pueden llegar hasta la ruptura total.

De acuerdo a las conclusiones hechas por los expertos en matemática matrimonial, la mayoría de las personas sencillamente desconocen la forma de establecer contactos afectivos favorables con su pareja.

En consecuencia, las relaciones de los cónyuges no pueden adquirir el contenido suficiente de solidaridad y comunión emocional, y como reacción alternativa, cada uno intenta imponer su punto de vista, y de allí surgen las disputas.

Entre las observaciones admirables, los científicos destacaron que las parejas que viven en armonía durante años, logran  desarrollar conductas afectivas favorables que utilizan precisamente en situaciones de crisis.

En esos momentos aciagos, las parejas en forma muy especial recurren a la risa, hacen bromas, se ridiculizan mutuamente, suplican, acceden y recatean  hasta sofocar el conflicto.

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