Cuatro colosos del sector energético de Rusia - Gazprom, Lukoil, Rosneft y TNK-BP -reconocieron por primera vez que tienen dificultades serias a causa de la crisis financiera y enviaron una carta al primer ministro ruso, Vladímir Putin, solicitando apoyo, escribe hoy el diario Kommersant.
Estas compañías, que controlan el 70% de la producción del crudo en Rusia y el 91% de la del gas, necesitan no sólo amortiguar los créditos occidentales al sector de hidrocarburos - casi 80 mil millones de dólares, a juzgar por la carta que mandaron a Putin a finales de septiembre pasado - sino también financiar la producción para prevenir su caída.
Los capitanes de la industria del petróleo y el gas piden a Putin que "ordene a Hacienda y al Banco Central elaborar un mecanismo de financiación de proyectos estratégicos". Sería posible hacerlo mediante la concesión de "créditos estatales para avalar los títulos de la deuda y valores derivados". Las empresas rehusaron especificar el importe de la suma que solicitan.
Previamente a la entrega de la carta, el presidente de Gazprom, Alexei Miller, afirmó que las conmociones en los mercados financieros no afectan en absoluto al gigante gasista y que éste sigue siendo "tan grande como antes de la crisis". Ayer, un representante de Gazprom admitió que "para la empresa, sus accionistas e inversores es importante la mera existencia de un mecanismo crediticio en situaciones de fuerza mayor".
Denís Borísov, de la inversora Solid, recordó al respecto que las inversiones necesarias para mantener el volumen de la producción nivelan por completo el flujo del capital operacional en el sector petrolero, y que el precio del crudo no puede bajar de 100 dólares por barril para garantizar la cantidad de recursos requerida. A las empresas ya no les queda el dinero para refinanciar las deudas, así que planeaban resolver este problema con nuevos créditos.
Pero encontrarlos en el mercado externo es prácticamente imposible ahora, dado que la mayoría de los inversores tradicionales agotaron ya los límites que tenían con respecto a Rusia. También cuesta trabajo conseguir un préstamo de bancos rusos. El mercado interno de las deudas públicas, según algunos expertos, permanecerá cerrado "hasta finales de año como mínimo".
