Moscú, 16 de marzo, RIA Novosti. Generales rusos tienen suficientes problemas en casa para no mirar hacia aeródromos de Cuba y Venezuela, opina el experto en temas militares Víctor Litovkin, quien suscribe hoy un artículo en Nezavisimaya Gazeta.
El articulista manifiesta su desconcierto por la noticia bomba que explotó el pasado sábado el general Anatoli Zhijariov, jefe del Estado Mayor de la Aviación Estratégica de Rusia. Zhijariov afirmó que bombarderos estratégicos rusos, en caso de que Caracas y Moscú tomen la correspondiente decisión política, podrían usar un aeródromo en la isla venezolana de Orchila como base temporal durante misiones de patrullaje alrededor del mundo. El presidente de Venezuela, Hugo Chávez, ya negó haber hecho tal propuesta a Moscú.
La declaración del general ruso no encuadra en la próxima "reinicio de relaciones de asociación" entre Moscú y Washington que se espera de la primera reunión Medvédev-Obama prevista para principios de abril en Londres, señala el autor del artículo. Además, el presupuesto militar de Rusia para el presente año ya se redujo en un 8%, por lo cual "cabe la pregunta de si necesitamos invertir en la modernización de aeródromos en Cuba y Venezuela cuando no faltan preocupaciones en casa".
El mismo día en que Zhijariov hizo su declaración, recuerda el articulista, un portavoz de la Fuerza Aérea de Rusia comunicó que 90 de 200 cazas MiG-29 sometidos a una inspección resultaron ser inaptos para vuelos. "Es en ello en lo que convendría tal vez gastar el dinero, caso de que lo haya, en lugar de asustar a la gente con cosas virtuales", escribe Litovkin. "Especialmente porque los bombarderos estratégicos rusos, ya se trate de los Tu-160 o los Tu-95MS, no tienen por qué adentrarse en el espacio aéreo del Caribe para contrarrestar la hipotética amenaza por parte del Pentágono: llevan en su dotación misiles de crucero X-55 cuyo alcance es suficiente".
Dos bombarderos estratégicos rusos Tu-160 (Blackjack, según la clasificación de la OTAN) aterrizaron en agosto pasado en Venezuela tras un vuelo sin escalas de más de trece horas a través del Atlántico. El Tu-160, capaz de portar armas nucleares, es un bombardero supersónico pesado, que se define como el avión más potente del mundo. Conocido en Rusia como "Cisne Blanco", el Tu-160 tiene el récord mundial de vuelo a una distancia de 1.000 kilómetros con 300 toneladas de carga útil, con una velocidad promedio de 1.720 kilómetros por hora a 11.250 metros de altura.
