Moscú, 17 de abril, RIA Novosti. El presidente de Rusia, Dmitri Medvédev, advirtió hoy a la OTAN sobre el posible deterioro de las relaciones con Moscú a raíz de las maniobras multinacionales que la Alianza planea celebrar próximamente en Georgia.
La celebración de ejercicios militares "en zonas de tensión muy elevada hasta hace poco" y que todavía distan de la normalidad entraña, a juicio de Medvédev, "toda clase de complicaciones".
En el caso de las relaciones entre Rusia y la OTAN, declaró el dirigente ruso, "semejantes decisiones resultan decepcionantes y no contribuyen al relanzamiento cabal de los contactos" entre ambas partes.
"Seguiremos muy de cerca cuanto ocurra ahí y tomaremos en caso de necesidad las decisiones correspondientes", dijo.
Los futuros ejercicios, en opinión de Medvédev, "apuntan al incremento de los músculos, de la componente militar", "no aportarán emociones positivas a los pueblos de Osetia del Sur y Abjasia" y constituyen "una decisión poco perspicaz" habida cuenta de que hay bastante tensión en la zona.
El ministro ruso de Exteriores, Serguei Lavrov, recomendó la víspera que la OTAN evite las acciones capaces de fomentar "una sensación de permisividad total e impunidad" en el actual régimen georgiano de Mijaíl Saakashvili.
El conflicto de agosto pasado en torno a Osetia del Sur, recordó, demostró al mundo entero lo peligroso que es armar a Georgia.
Las relaciones entre Rusia y la OTAN se enfriaron precisamente a raíz de aquel conflicto y empiezan a reanimarse recién ahora.
La OTAN pretende realizar en el territorio georgiano, del 6 de mayo al 1 de junio próximo, las maniobras Cooperative Longbow/Cooperative Lancer 09. Van a participar en estos ejercicios más de 1.000 efectivos militares provenientes de 19 países: Albania, Armenia, Azerbaiyán, Bosnia y Herzegovina, Canadá, Croacia, EEUU, Emiratos Árabes Unidos, España, Georgia, Gran Bretaña, Grecia, Hungría, Kazajstán, Macedonia, Moldavia, República Checa, Serbia y Turquía.
El objetivo principal del simulacro, según la OTAN, es elevar el grado de coordinación con los países implicados en el programa Asociación para la Paz, sobre todo, en lo que concierne a las operaciones anti-crisis que la Alianza desarrolla por mandato de la ONU.
