El mayor banco de la Europa del Este, el ruso Sberbank, obtuvo el pasado sábado una participación del 35% en la productora alemana de automóviles Opel, integrada en la multinacional estadounidense General Motors (GM). La productora austro-canadiense de autopartes Magna, aliada con Sberbank y el grupo automotor ruso GAZ, tendrá un paquete del 20% en la compañía alemana. El resto se queda en las manos de GM (35%) y de los trabajadores de Opel (10%).
Todavía se desconoce cuál qué contribución pagará Sberbank por la entrada en el mercado occidental del automóvil. Las deudas de Opel se calculan en torno a siete mil millones de euros. El Gobierno de Alemania se declaró dispuesto a pagar sólo una parte - 2.100 millones de euros - y Magna aportará otros 700 millones.
El banco ruso será el accionista mayoritario de Opel pero la futura estrategia de esta empresa la va a definir Magna, a pesar de que formalmente su participación no alcanza siquiera para tener el derecho de veto. Rusia será un mercado clave para Opel que aspira a lograr allí una cuota del 20%
Kiril Tachénnikov, analista de la inversora Otkritie, piensa que "se requieren unos cuantos años para ver, si la transacción es ventajosa o no para Sberbank". "Su importancia para Rusia es ambigua: por un lado, es una expansión internacional, que es obviamente positiva pero, por otro, la adquisición de un activo barato implica el riesgo de que su valor disminuya aún más en el futuro próximo, especialmente, porque hoy no está del todo claro cuál es el plan para sacar a Opel de la crisis".
Nikolai Podlevskij, de Zerich Capital Management, también repara en que "es la transacción más significativa en cuanto al acceso de Rusia a las empresas europeas" aunque "todavía se desconoce hasta qué grado estarán asequibles para ella el know-how y las tecnologías de producción occidentales". Otro peligro consiste en que la industria mundial del automóvil podría quedar estancada durante varios años.
