Moscú, 28 de julio, RIA Novosti. Peces, anfibios, crustáceos, lagartos y demás animales de sangre fría tienen mayor esperanza de vida en latitudes altas que cerca del ecuador debido a las bajas temperaturas, señalan los autores de un estudio publicado esta semana en la revista PNAS (Proceedings of the National Academy of Sciences).
Así, los mejillones de agua dulce en España viven como máximo 29 años mientras que en Rusia pueden alcanzar 200 años de edad.
Stephan Munch, Santiago Salinas y sus colegas de la Universidad Stony Brook de Nueva York examinaron las variaciones de longevidad en 90 especies de animales de sangre fría que viven en diferentes zonas climáticas.
Se incluyeron en el estudio tanto las especies longevas, en particular, los mejillones de río cuya esperanza de vida media es de 74 años, como los animales que perduran menos, por ejemplo, los copépodos, que viven 11,6 días como promedio. Tras analizar los datos, los investigadores llegaron a la conclusión de que la temperatura es el factor clave que determina la longevidad, y que existe una relación exponencial entre ambas.
Esta regla encuadra en la llamada teoría metabólica de ecología, de acuerdo con la cual es posible explicar en función del tamaño y la temperatura de un animal el historial, el área geográfica, la dinámica de la población y demás particularidades ecológicas de la especie correspondiente.
Santiago Salinas comparó a los animales con "un vaso de precipitados en que tienen lugar reacciones químicas". Un incremento de temperatura suele acelerar la reacción y, en el caso de animales, reduce la vida. Salinas dijo que sería "interesante considerar cómo las especies de sangre fría van a reaccionar al calentamiento global". Pequeñas variaciones de temperatura, a su juicio, podrían traducirse en cambios relativamente importantes en lo relativo a la esperanza de vida.
