Moscú, 23 de febrero, RIA Novosti. Cuando un niño llora mucho tiempo, su organismo empieza producir en grandes cantidades la llamada hormona de estrés, hidrocortisona o cortisol, lo que puede conducir a trastornos cerebrales, afirmó la psicóloga británica, Penelope Leach, citada por el diario The Daily Telegraph.
Leach se opone a la teoría difundida hoy día de que no se debe tocar al niño llorando durante al menos 20 minutos.
Como la pediatra británica, Anna Price, que considera que durante el llanto, el niño normaliza su proceso de conciliar el sueño, así que es necesario dejar al bebé llorar cuanto quiera hasta que se normalice sus ritmos vitales.
Leach replica que debido a las particularidades de su psíquica inmadura, el bebé es todavía incapaz de aprender a dormirse a una hora determinada.
Hartado de llorar, el pequeño se sosiega y se duerme no porque aprende algo, sino porque está agotado.
Leach explica que lo dicho no significa que los padres deban ponerse histéricos cada vez que su hijo llore, sino que puede ser muy perjudicial si los padres ignoran completamente el llanto de sus hijos.
