Moscú, 30 de agosto, RIA Novosti. Además de casi tres mil personas fallecidas en el ataque terrorista contra EEUU, el 11 de septiembre de 2001, hay miles de "víctimas en la sombra": la gente que adquirió enfermedades graves, a veces letales, por haber inhalado substancias tóxicas tras la caída de las torres gemelas en Nueva York, escribe la versión online del diario británico The Daily Mail al comparar esta "bomba de relojería" a la de Chernóbil.
El colapso de las torres generó una nube de polvo mezclado con elementos nocivos, tales como asbesto, plomo, dioxinas, PVC o mercurio proveniente de 500.000 lámparas fluorescentes. Unas 410.000 personas - ante todo, socorristas y voluntarios implicados en las labores del desescombro - resultaron fuertemente expuestas a esas substancias tóxicas que provocan enfermedades respiratorias y oncológicas, de acuerdo con el estudio de World Trade Center Health Registry.
Las estadísticas oficiales hablan de 20.000 enfermos y 817 casos mortales pero no es más que la punta del iceberg. El periódico resalta que el 11-S derivó en "un desastre medioambiental de la escala de Chernóbil" cuyo balance inicial es eclipsado por muertes y enfermedades que siguen afectando a la gente más de 20 años después del accidente.