Acero y fuego del 11-S

© RIA Novosti . Larisa SaenkoZona Cero
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El 9º aniversario de los atentados terroristas perpetrados el 11 de septiembre de 2001 en Nueva York habría podido pasar sin incidentes.

El 9º aniversario de los atentados terroristas perpetrados el 11 de septiembre de 2001 en Nueva York habría podido pasar sin incidentes.

Este fecha sólo habría podido ser recordado por el simbolismo de una pieza de acero del World Trade Center de 22 metros de longitud instalada en la Zona Cero como una parte del monumento que homenajea a las víctimas del 11-S.

Sin embargo, Terry Jones, pastor evangélico radical de una iglesia de Gainesville en Florida, lo complicó todo. El reverendo Jones, en un principio, tenía previsto conmemorar el 11-S quemando 200 copias del Corán. Cuando se estaba escribiendo este artículo, el pastor vacilaba entre hacerlo o no. Pero el daño estaba ya hecho.

La amenaza de Terry Jones ha generado una gran polémica. El Fiscal General del Estado de Florida y el Fiscal General de EEUU protestaron. El Comandante de las tropas de EEUU y la OTAN en Afganistán, el general David Petraeus, advirtió de que tales provocaciones ponen en peligro a las tropas estadounidenses y suponen un sabotaje para sus esfuerzos en Afganistán.

La vida después del 11 de septiembre. Infografía

El presidente de los Estados Unidos, Barack Obama, y la secretaria de Estado, Hillary Clinton, hicieron las pertinentes declaraciones sobre el tema. La ONU y el Vaticano criticaron abiertamente la citada iniciativa. Incluso la propia Angelina Jolie se pronunció contra el pastor.

Para Terry Jones todo eso fue un gran placer. En realidad, intentaba obstaculizar la idea del imán Feisal Abdul Rauf, de construir una mezquita en la Zona Cero de Nueva York. Por su parte, la Nueva York cosmopolita y la provincia estadounidense mostraban posturas diametralmente opuestas.

El Islam es, en el fondo, una religión pacífica y los musulmanes residentes en Nueva York se dejarán vencer en sus propósitos para finalmente conseguir una victoria moral, dejándole al pastor Jones la victoria aparente.

En realidad, basta con echarle un vistazo a su foto para entender muchas cosas. En un lenguaje diplomático, se podría describir a Jones como un "hombre de edad madura e inteligencia limitada". En general, la población de la América profunda no brilla por sus pretensiones intelectuales (como en cualquier otro país, por otra parte). Allí hay muchos pastores celosos del destino y la seguridad de sus rebaños, como es el caso de Jones, un protagonista ideal para un guión cinematográfico.

Curiosamente, este personaje tan poco relevante se ha permitido el lujo de sacar de sus casillas a todo el gobierno de su país, y pasados nueve años, la tragedia del 11 de septiembre todavía se muestra capaz de hacer chocar a dos de las principales religiones y civilizaciones mundiales.

En 2001, el célebre bajista de Los Beatles, Paul McCartney, junto con muchos otros músicos organizó un concierto en Nueva York en homenaje a las víctimas de los atentados del 11 de septiembre, donde tocó el recién compuesto "Freedom" en que dice: "Moriremos por el derecho de vivir en Libertad". (We shall die for our right to live in freedom).

Paul McCartney no tenía razón. Los extremistas musulmanes no protestaban contra las libertades de los estadounidenses o británicos, sino contra la expansión agresiva de EEUU en los años 1990. Parecía que en breve no quedaría ni un rincón en la Tierra donde la gente tuviera la libertad de pensar y actuar como quisiese y pudiera disfrutar de ella sin restricciones.

Tales sentimientos abonaron el terreno para las campañas de los políticos o para las criminales acciones de los extremistas. Hay mucha gente como Terry Jones en el mundo musulmán, incluso mucho más peligrosos que el pastor de Florida, que se sintieron castigados por la globalización de la década de los 1990.

El 11 de septiembre de 2001 mostró otro aspecto de la globalización que, en esencia, fue una respuesta a la sociedad estadounidense. Francia y muchos otros países del Viejo Continente están buscando formas de convivir con los musulmanes residentes en Europa, por ejemplo, la tolerancia y los límites de la vestimenta musulmana en un entorno laico europeo.

Este tema se omite en los debates en EEUU, aunque este país fue el primero en sufrir el choque de civilizaciones. Según los sondeos de opinión, los estadounidenses no tienen nada en contra de los velos islámicos. Si las mujeres quieren usarlos, que lo hagan.

La discriminación, la intolerancia racial y religiosa es uno de dos principales problemas en Rusia (el otro es el rápido deterioro de la educación). Estas enfermedades son europeas, aunque los propios europeos actúan como si no estuvieran infectados.

El racismo no es una enfermedad estadounidense. La sociedad norteamericana contemporánea es multiétnica y multirreligiosa, a pesar de que a los padres y abuelos de los afroamericanos de hoy les estaba vetado el viajar en los autobuses junto con los blancos. El ejemplo más claro es que su actual presidente es negro.

La América Blanca ha sacado muy buenas lecciones de su experiencia de convivir con la América Negra. Además, la población estadounidense se hace cada año más mestiza debido al flujo de inmigrantes de la América Latina, Asia y otros países, lo que le da al país una mayor fuerza y podrá hacerlo invulnerable en el futuro.

Y el pastor Terry Jones lo demostró con su campaña única y manifiestamente contraria al espíritu estadounidense.

LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI

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