¿Tenderá Rusia la mano a la OTAN en Afganistán?

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Las relaciones Rusia-OTAN están a punto de hacer un avance significativo. En vísperas de la cumbre de la OTAN, que se celebrará del 19 al 20 de noviembre en Lisboa, Rusia y la OTAN desarrollan una actividad diplomática y militar sin precedentes.

Las relaciones Rusia-OTAN están a punto de hacer un avance significativo. En vísperas de la cumbre de la OTAN, que se celebrará del 19 al 20 de noviembre en Lisboa, Rusia y la OTAN  desarrollan una actividad diplomática y militar sin precedentes. Tomando en cuenta el enfriamiento, causado por la guerra entre Rusia y Georgia de 2008, podemos hablar de un reload aún más importante que el de las relaciones con los EEUU. En parte, se debe a la prevista visita del Presidente de Rusia a la cumbre, en el curso de la cual asistirá a la sesión del Consejo Rusia-OTAN y tendrá una reunión de dos horas con el Presidente de los EEUU Barack Obama, otra con el Secretario General de la OTAN Anders Fogh Rasmussen y unas más con los líderes de los países clave de la OTAN.

Actividad frenética

Las negociaciones a alto nivel ya empezaron en septiembre, cuando el Ministro de Defensa Ruso Anatoli Serdiukov hizo una visita a Pentágono para entrevistarse con el Ministro de Defensa de los EEUU Robert Gates. Los contactos Rusia-OTAN continuaron el 1 al 2 de noviembre  con la llegada a Moscú del Comandante Supremo Aliado en Europa James Stavridis que sostuvo encuentros con el ministro ruso de Asuntos Exteriores Sergéi Lavrov, el titular de Defensa Anatoli Serdiukov y el Jefe del Estado Mayor de Rusia Nikolái Makárov. Después la delegación de la OTAN visitó a EMERCOM, Consejo de Seguridad, mando del Distrito Militar Oeste de la Federación de Rusia y varios centros de formación militar rusos. Además, Lavrov con su homólogo alemán Guido Westerwelle  analizaron las relaciones Rusia-OTAN. Después, adelantando su visita del 5 al 2 de noviembre, a Moscú vino el Secretario General de la OTAN Anders Fogh Rasmussen. El 3 de noviembre se reunió con el Presidente Dmitri Medvédev y el Ministro de Asuntos Exteriores Sergéi Lavrov para preparar la visita a Lisboa.

¿Qué quiere la OTAN de Rusia?

Está claro, que esta vez no se trata de una visita formal. Rusia y la OTAN tienen previsto celebrar en el curso de la cumbre o poco tiempo después (si a las partes no les da tiempo para preparar y concordar todos los documentos necesarios) una serie de acuerdos sobre cooperación en diferentes ámbitos:
- de apoyo logístico a la OTAN, en lo que se refiere al transporte de cargas, incluidas las militares, a Afganistán por el territorio ruso, tanto por aire, como por ferrocarril y por carreteras.
- de suministro de helicópteros rusos a Afganistán.
- de formación de pilotos, militares y personal de fuerzas especiales, unidades antidroga y antiterrorismo por instructores rusos a base de centros de formación rusos.
- y, probablemente, de afiliación de Rusia al sistema de defensa antimisiles de la OTAN

Aunque la idea de afiliación parezca rara, la probabilidad de ello es bastante alta. Tras reunirse con Stavridis, el Ministro de Asuntos Exteriores de Rusia Sergéi Lavrov comentó, que Rusia y la OTAN tienen ciertas ideas respecto al sistema de defensa antimisiles común. Sin embargo, Rusia necesita tener una propuesta más concreta y ver, como el sistema de defensa antimisiles común encaja con el escudo antimisiles estadounidense de Obama, que, siendo diferente del proyecto de George Bush, tampoco es tan inofensivo para Rusia como pretenden presentarlo los estadounidenses.

En cuanto a los helicópteros, las negociaciones duran más de un año. Las tropas polacas de ISAF ya llevan tiempo utilizando cuatro helicópteros rusos en Afganistán y está probado que son más resistentes y adaptados a las condiciones del país que los helicópteros de los países de la OTAN. Ahora se trata de 20-21 helicóptero, incluidos los Mi-17, para el ejército afgano.

¿Y por qué busca su amistad?   

Afganistán está en el umbral de cambios de mayor importancia, cambios que serán imposibles de realiza sin Rusia como lo reconoce tanto la OTAN, como los EEUU, aunque no en voz alta, sino de manera privada. La cumbre de Lisboa considerará la Declaración sobre Cooperación entre la OTAN y el gobierno de Hamid Karzai después de 2014-2015, según la cual en el período del 2014 al 2015 tendrá lugar la retirada de tropas de la OTAN de Afganistán y la entrega de control de seguridad a ejército, policía y fuerzas especiales afganas. Sin embargo, queda claro que para estas fechas la OTAN no podrá ni ganar la guerra contra talibanes, ni celebrar la paz con ellos, ni garantizar la seguridad.

Para escapar de la trampa de Afganistán la OTAN necesita a Rusia. Rusia es capaz de organizar la formación de soldados afganos y suministros de maquinaria, prestar ayuda en lucha contra el narcoterrorismo y producción de droga y darle a la OTAN un corredor de tránsito desde los puertos incongelables del Mar Báltico hasta Kazajistán, Kirguizistán y Tayikistán para complementar al corredor de Pakistán, que ya resulta insuficiente para la logística de la OTAN. Pero, de momento…

“Los rusos podrían complicarnos mucho la vida en Afganistán, pero no lo hacen” - comenta un diplomático de la OTAN. Ahora la OTAN busca que Rusia pase de ayuda pasiva a la activa.

Condenados a cooperar

La OTAN subraya, que no se trata de mandar a Afganistán tropas o instructores rusos. Los recuerdos de la guerra soviética en Afganistán todavía permanecen en la memoria de los rusos, y una decisión así conllevaría a consecuencias políticas graves tanto para Medvédev como para Putin. Sin embargo, hasta una cooperación indirecta complicará mucho la situación en el sur de Rusia. La participación de Rusia en la formación de las tropas de Karzai, en la organización de corredor logístico afgano y en las operaciones antidroga con la OTAN y los EEUU la convertirán en un blanco más para los talibanes y Al-Qaeda.

Pero, tomando en cuenta el volumen de heroína, que se produce en Afganistán, y la transparencia de las fronteras de los países-vecinos del sur de Rusia,  Moscú no tiene otra opción.

Si la OTAN se va de Afganistán sin dejar a un sustituto afgano, Rusia tendrá a su lado una zona llena de droga y material bélico sin control ninguno. A cambio de tomar parte en el asunto afgano, Rusia podrá pedir  a la OTAN reducir sus tropas en los países de Europa de Este, a dejar en paz el tema de Abjasia y Osetia del Sur (lo que es muy poco probable) y a empezar una lucha contra las plantaciones de adormidera en Afganistán. Pero, dejando siempre bien claro, que no enviará a Afganistán a sus soldados rusos como carne de cañón.


LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI

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