Las mujeres toman la palabra: En busca del marido ideal

© Foto : Mikhail Kharlamov/Marie Claire RussiaSvetlana Kolchik
Svetlana Kolchik - Sputnik Mundo
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¿La mujer de hoy, puede encontrar su amigo del alma o conformarse con alguno lo suficientemente bueno?

¿La mujer de hoy, puede encontrar su  amigo del alma o conformarse con alguno lo suficientemente bueno?
 
Se me ocurrió esta pregunta durante un reciente encuentro con mis amigas rusas y extranjeras. Tras unos cuantos vasos de Chardonnay nos sumergimos en los tradicionales tópicos del “sexo en la ciudad” tan populares entre las chicas de todo el mundo.
 
Kate, londinense de treinta y pico, una morena esbelta cubierta de Prada, y un contrato de dos años con una empresa jurídica de Moscú, nos contó su reciente ruptura con un empresario moscovita quien resultó  infiel. Kate asegura que le importa un bledo. “No era el ‘unico, lo tenía  sólo para el sexo”, dijo con una sonrisa triunfante. “Estoy buscando al amigo del alma”, agregó.
 
“Jo! Ni lo sueñes!”, exclamó otra de las chicas sentada enfrente, era Anya, de 31 años, también jurista, casada y con una hijita de tres años. Y como una marisabidilla murmuró, “A tu edad ya tienes que entregarte a un hombre con quien debes tener tus hijos”.
 
La discusión se acaloró. Yo también expresé conjeturas, sobre si  las aspiraciones de Kate eran demasiado irreales mientras que las de Anya demasiado mundanas y nada románticas. Pero al enterarme de que Kate, estaba a punto de cumplir los 37 años, caí en cuenta de lo inevitable. A lo mejor, Kate estaba infectada con el virus que contagia cada vez a más mujeres modernas, el de la búsqueda del hombre perfecto.
 
Crecimos con el prejuicio de que hace falta ser ambiciosas y encaminar la vida hacia la idea de tenerlo todo. Aspiramos a obtener un trabajo con que soñamos, nos sumergimos en las escapadas amorosas esperando que un día encontremos al hombre de nuestros sueños que nos encienda esa chispita de amor y esas maripositas en el estómago que nos llevarán justo hacia el altar.
 
Es más, esperamos que este “enviado de Dios” pueda leer nuestra mente, concluir nuestros pensamientos, adorar a nuestros hijos y cumplir con nuestras necesidades emocionales, físicas, intelectuales y financieras.
 
Nos hacemos mayores y más intachables y con ello más exigentes, nos convencemos de que terminaremos la búsqueda sólo al encontrar a un parejo, un amigo del alma. Para la mayoría de las mujeres la búsqueda de este compañero del alma sirve de excusa para permanecer solteras. Algunas incluso se amargan quejándose del “déficit de hombres dignos”.
 
Pregunté a unos amigos y amigas que tienen un matrimonio estable, si se casaron con sus amigos del alma. Las respuestas de los hombres fueron reservadas y lacónicas. Varios de ellos ni siquiera sabían qué quería decir amiga del alma, lo que probó una vez más que muchas veces son las mujeres las que nos tragamos el anzuelo de esta obsesión.
 
“Me casé con mi mejor amiga”, respondió uno de los hombres, padre de dos escolares de secundaria, que lleva más de una década en matrimonio. “Me sentí tan cómodo con esta mujer y no quise dejar que se marchara”, dijo otro, también con hijos y en matrimonio durante nueve años.
 
“Encontré al amigo de mi alma mucho más tarde de que me casara”, dijo Olga, contable de 28 años, madre cariñosa de un pequeñuelo de siete. Esta joven vive en matrimonio siete años, y de ella jamás he esperado oír algo sobre el eterno dilema amigo del alma-suficientemente bueno. “Conocí a este chico en un evento corporativo y me quedé pasmada”, confesó.
 
“Pasábamos horas conversando, yo empezaba y él concluía mi frase. La química era tangible, era una locura”. No obstante, según dijo Olga, no se dejó caer en la tentación, ya que no valió la pena.
 
Poco después entendió que su supuesto amigo del alma que tenía una personalidad maravillosa, no sería un buen esposo por ser “egocentrista e impredecible”. “Mientras que mi esposo es seguro y sumamente generoso y confío en él por completo”, dijo Olga. “Mi marido no es tan multifacético pero es imposible tenerlo todo en una persona”.
 
En 2008 la periodista y escritora estadounidense Lori Gottlieb en su novela documental más vendida "Marry Him. The Case for Settling for Mr. Good Enough" (Casarse con él. El caso de estar con un Señor lo Suficientemente Bueno) exhortó a las mujeres solteras que abandonen la búsqueda vana del esposo perfecto y pongan la vista en un hombre disponible aunque parezca inservible.
 
Se quejaba de que las jóvenes de hoy, especialmente las más exitosas, tienen “un agudo sentido al Derecho el cual era extraño a las generaciones anteriores” y a menudo “se creen ser demasiado buenas para relaciones comunes”. La escritora cree que hace falta buscar la estabilidad y no el golpe de pasión.
 
La novela de Lori Gottlieb se sometió a ataques furiosos, especialmente desde la comunidad feminista. A la autora la calificaron de “desesperada” y “asesina de amor”, pero yo comparto la mayoría de sus afirmaciones.
 
No digo que mi amiga Kate tiene que encontrarse un bribón y dejar el sueño de encontrar a El Único, tampoco digo que el amor, la química y la cohesión carecen de importancia. Pero creo que en medio de la búsqueda por el compañero del alma, corremos el riesgo de desapercibir a un hombre aunque algo imperfecto pero de carne y hueso a quien cada una de nosotras ha encontrado por lo menos una vez en la vida.
 
A lo mejor, estos chicos no satisfagan todas nuestras necesidades, compartan intereses ni aficiones ni nos escuchen con ardor durante horas, pero podrán ser una buena pareja.

Las mujeres toman la palabra: El dilema del periodismo escapista
 
*Svetlana Kolchik es directora adjunta de la edición rusa de la revista Marie Claire. Se graduó de la Universidad Estatal de Moscú, facultad de Periodismo, y la Universidad de Columbia, Escuela de Estudios Avanzados de Periodismo, colaboró para el diario Argumenti I Fakti en Moscú y el USA Today en Washington, con RussiaProfile.org, ediciones rusas de Vogue, Forbes y otras.

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