El mes pasado tuve al menos una docena de citas. Todos los hombres con los que me encontré eran solteros y de una edad perfecta para el matrimonio, así como de apariencia y forma de hablar agradable y un trabajo estable. Y lo más curioso, todos ellos me dijeron que quieren casarse. No simplemente encontrar a una buena chica y posiblemente vivir juntos si les conviene la combinación, sino casarse oficialmente, según la manera aburrida y anticuada. Algunos incluso mencionaron que les gustaría casarse por la iglesia y tener no menos de tres hijos.
Francamente no me sorprendió. Siempre he considerado que la anunciada carencia de hombres buenos es uno de los mitos sociales más arraigados buscados y aprovechados por periodistas, propietarios de agencias matrimoniales y cineastas de Hollywood para realizar una nueva comedia romántica protagonizada por Jennifer Aniston.
A propósito, en las citas yo no estaba cazando a hombre para mí, sino para la revista con la que colaboro. Una de las historias principales en la edición rusa de Marie Claire de febrero (la que hicimos en diciembre) tradicionalmente habla de hombres solteros que elegimos para protagonizar la revista.
Hacemos lo siguiente: 1) socavamos o al menos ponemos en duda el mito de “la falta de hombres” y 2) contribuimos a que chicos buenos encuentren a chicas buenas, las últimas pueden escribir a los hombres que les gustaron a través de la revista. Al realizar este proyecto durante unos años nunca nos han faltado solteros elegibles que desean participar. Incluso el año pasado, cuando para la centésima edición de Marie Claire en Rusia teníamos que encontrar a cien hombres solteros. Un 70% de la centena eran rusos, los demás extranjeros, pero todos eran chicos muy decentes. Algunos de ellos ya no están solos, ya se han celebrado unas bodas, varios esponsales y un sinnúmero de citas, y todos ellos son lectores de la revista. Este año, tuvimos a 18 chicos pero el número de candidatos y lo decepcionado que eran los que no entraron en nuestra lista nos hicieron pensar seriamente en la creación de una agencia de citas a base de Marie Claire. Eso nos hizo también pensar si las quejas femeninas de dónde encontrarse a un hombre bueno es en realidad una profecía autocumplida, una excusa por no saber si en el fondo del corazón quieren o no quieren tener relaciones.
Claro está que hay estadísticas, que mediante una interpretación adecuada, complementarían el mito de “la falta de hombres”. Así, un 5% más de los bebés varones que mujeres nacen en la mayoría de los países incluida Rusia, pero para el fin de estudios escolares la proporción se equilibra y a partir de los 30 años o incluso antes el número de mujeres predomina sobre el de hombres.
Desde el nacimiento vivimos nuestras vidas de maneras diferentes. Mientras que las chicas van progresando en aprender y adaptarse, los chicos prefieren explorar y competir. Concurren en actividades peligrosas como peleas, guerras y deporte extremo arriesgándose su vida con frecuencia y a veces perdiéndola. De aquí el desequilibrio entre los sexos, por lo menos en términos cuantitativos.
Respecto a la cualidad la cuestión es más complicada. El desequilibrio entre los sexos no es nada nuevo, ya que los hombres habían muerto en las guerras del pasado, y el promedio de la esperanza de la vida del hombre no superaba 48 años hace un siglo, mientras que el descontento de las mujeres con el “material masculino” es un fenómeno relativamente nuevo. Cuanto más progresamos en estatus y carrera, tanto más campanudas e irreales se hacen nuestras expectaciones sobre “el hombre de nuestro sueño”. Agrega las presiones de la sociedad consumista y resultará realmente desafiante encontrarse una pareja adecuada (según estándares impuestos).
Es curioso que los hombres, sobre todo los que son bastante exitosos, se quejan de lo mismo. “Diría que faltan muchachas buenas”, lamentó Konstantin, uno de los figurantes más populares de nuestra edición con la centena de hombres solteros. Este chaval realmente guay, directivo de una corporación internacional, confesó que muchos chicos elegibles son muy precavidos hoy en día a la hora de encontrarse a una mujer “debido a la monetización de las relaciones”. Usó el término raro de monetización refiriéndose a las mujeres que ven el monedero del hombre como la medida de lo que vale.
“Para tener confianza a la mujer el hombre tiene que asegurarse de que lo aprecian por lo que es y no por el cargo que ocupa, el coche que maneja ni lo que puede comprarse”, dijo Konstantin.
A pesar de todos los prejuicios y temores, tengo fe en que todavía muchos chicos buenos que no están locos por las supermodelos dos veces menores, andan tonteando y cenando con pizza en soledad, y quisieran contraer matrimonio. En realidad, creo que este número más o menos equivale al número de las chicas que quieren tener una familia de verdad. Quizá sería más fácil para las chicas buenas encontrarse a los chicos buenos si todos nosotros estuviéramos menos ocupados trabajando y usando redes sociales como sustituto de relaciones. O si fuéramos más pragmáticos con el fin de que la industria para solteros prosperara en Rusia al igual que está prosperando en Estados Unidos o Inglaterra donde hay más actividades para aproximarse y buscar el amor.
Sin embargo, sigo creyendo más en la fortuna. Muchas veces ocurren cosas que no esperas, por lo menos siempre me han ocurrido a mí. Y hay más que suficiente gente en nuestro planeta que contribuye a las oportunidades para encuentros “mágicos”. Y eso sólo requiere un corazón abierto.
Las mujeres toman la palabra: ¿Por qué las mujeres rusas nos vestimos para impresionar?
Las mujeres toman la palabra: ¿Me quedo o me voy?
Las mujeres toman la palabra: La era de los solteros y sus altibajos
Las mujeres toman la palabra: Por qué los hombres rusos son socialmente tan pasivos
Las mujeres toman la palabra: Sexo, Manual para el Usuario
Las mujeres toman la palabra: El dilema del periodismo escapista
Las mujeres toman la palabra: En busca del marido ideal
*Svetlana Kolchik es directora adjunta de la edición rusa de la revista Marie Claire. Se graduó de la Universidad Estatal de Moscú, facultad de Periodismo, y la Universidad de Columbia, Escuela de Estudios Avanzados de Periodismo, colaboró para el diario Argumenti I Fakti en Moscú y el USA Today en Washington, con RussiaProfile.org, ediciones rusas de Vogue, Forbes y otras.
