Japón pone en acción doctrina de defensa nacional de cara a potenciales amenazas

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Recientemente, Japón comenzó maniobras militares conjuntas con Estados Unidos en la parte sur del territorio nipón que se prolongarán hasta el próximo 3 de febrero con la participación de 4.500 efectivos japoneses y de 1.500 efectivos estadounidenses.

Recientemente, Japón comenzó maniobras militares conjuntas con Estados Unidos en la parte sur del territorio nipón que se prolongarán hasta el próximo 3 de febrero con la participación de 4.500 efectivos japoneses y de 1.500 efectivos estadounidenses.

La noticia de las maniobras ha acaparado la atención porque el pasado mes de diciembre, Japón público los postulados de un nuevo Programa de Defensa Nacional, de acuerdo con el cual, el gobierno nipón  dedicará más esfuerzos a la defensa de sus territorios en el sur y el flanco suroccidental.

Japón contra China: una rivalidad en aumento

Desde el punto de vista geográfico, las islas Nansei, situadas al suroeste de Japón no son más que una hilera de trozos de tierra entre Taiwán y Kyushu. En parte recuerdan el archipiélago de las Kuriles, que también en hilera se extienden desde Hokkaido hasta la península de Kamchatka, en territorio de Rusia.

Los estrategas japoneses constataron las precarias condiciones de defensa en esta zona, ya que algunas de estas islas carecen de la infraestructura necesaria para hacer frente a ataques potenciales y repentinos.

En el transcurso de las maniobras nipón-estadounidenses se planea ensayar ejercicios para su defensa en caso de agresiones por parte de fuerzas de desembarco y ataques aéreos.

Y aunque los japoneses evitan hablar del potencial agresor, es evidente que el único rival o potencial agresor en esa zona es China.

La historia de las relaciones chino-japonesas está llena de enfrentamientos. Y, sin embargo, en las últimas décadas la amenaza por parte de China, en Tokio  era considerada de segundo orden.

Más  que todo porque prevalecía la tesis, sobre la debilidad de la Marina de Guerra y a Fuerza Aérea chinas,  incapaces de emprender operaciones militares de envergadura a distancia considerables de sus costas.

Además, predominaba que opinión de que la estrategia militar china estaba enfocada hacia  la URSS.

Pero ya en la década de los años 90, la situación empezó a cambiar: en primer lugar, porque se normalizaron las relaciones entre Pekín y Moscú; en segundo lugar, porque con la  asistencia de Rusia, China empezó a incrementar el poderío de su Fuerza Aérea y su  Marina de Guerra.

En la actualidad, es evidente que la República Popular China está estructurando una Flota muy eficaz en capacidad de operar a distancia muy alejadas de sus costas. Además, China ya dispone de una impresionante flota de aviones militares de última generación y de gran alcance, dotada de misiles de crucero de diferentes tipos.

El activo desarrollo de infraestructuras militares en las zonas del sur y del sudeste del territorio chino también ha despertado los recelos de Japón.

Por su parte, China y otros países, ven con gran preocupación los preparativos militares, desplegados por Japón y el fortalecimiento de sus Fuerzas Armadas.

De hecho, se puede llegar a la conclusión de que en la zona se vive una “carrera armamentista”, en primer lugar, entre la marina y de la aviación, con Japón y China marcando el ritmo.

Teniendo en cuenta que otros países también refuerzan  su poderío militar, se puede llegar a la conclusión de que el Lejano Oriente se está convirtiendo en una de las zonas más militarizadas del planeta.

Los cambios introducidos en la estrategia militar japonesa no han pasado desapercibidos: la prensa china publica extensos materiales que expresan preocupación  por los postulados de la nueva doctrina militar del país vecino y se señala que esta situación “lo único que hace es generar agitación en los vecinos países asiáticos. Para el propio Japón apenas será un factor positivo”.

Cooperación bajo el patronato de EEUU

El refuerzo del poderío militar japonés no significa en absoluto que Tokio renuncie a cooperar con sus tradicionales aliados, principalmente, con EEUU.
En cooperación con EEUU, Japón sigue desarrollando su sistema de defensa antiaérea, cuyo objetivo es prevenir en primer lugar el posible ataque por parte de Corea del Norte y, por lo visto, también de China también, ya que ambos países disponen de un gran arsenal de misiles balísticos de medio alcance, capaces de alcanzar objetivos en territorio japonés.

Además, para Japón, EEUU es una fuente de tecnologías innovadoras, tanto en el campo de la tecnología militar como en el de la organización, lo que le permite a Tokio fabricar armamento y formar a sus militares a un nivel comparable con el norteamericano.

Al mismo tiempo, Japón está desarrollando la cooperación con otros países de la zona, incluidos Corea del Sur, la India, Australia y otros países cercanos a EEUU o directos aliados suyos. En términos generales, se podría hablar de la creación de un “arco democrático de seguridad”, formado por los países aliados de EEUU preocupados ante el creciente poderío de China.

Una mirada desde el norte

Por un lado, la situación actual parece ser ventajosa para Rusia, porque el hecho de que los principales actores en la región centren su atención en una zona tan alejada de nuestro país significa una menor presión en nuestras fronteras tanto por parte de Japón, como por parte de China, vista todavía con bastante desconfianza por algunas fuerzas políticas rusas.

Al mismo tiempo, la mejora de las relaciones entre Moscú y Washington disminuye en gran medida la amenaza del conflicto ruso-japonés por las islas Kuriles: sin el visto bueno de EEUU, Japón no se arriesgará a provocar una escalada de tensión en torno a las Kuriles del sur, consideradas por Tokio como sus “territorios del norte”.

Y no obstante, no se puede subestimar la situación. Nadie puede garantizar la segunda victoria de Barack Obama en las elecciones presidenciales de 2012 y, en cualquier caso, en 2018 EEUU tendrá un nuevo presidente.

Y en este caso,  es imposible predecir la postura de la futura Administración estadounidense respecto al mencionado problema.
Sean cuales sean las zonas de defensa prioritaria para Japón, su poderío militar está aumentando, y en esa medida, para Rusia  presenta un peligro potencial.

En consecuencia, los planes de desarrollo de las islas Kuriles y el refuerzo de su defensa es la línea más correcta que debe desarrollar  Rusia, porque independientemente de la rivalidad entre Japón y China, los intereses de Rusia en el Lejano Oriente deben ser defendidos.

LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI

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