¿Se convertirá Georgia en la periferia del “Gran Oriente Medio”?

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Los disturbios sociales y económicos se propagan con efecto dominó por los países del Oriente Próximo y al analizar su dinámica, muchos expertos destacan la influencia de los factores externos en los actuales acontecimientos

Los disturbios sociales y económicos se propagan con efecto dominó por los países del Oriente Próximo y al analizar su dinámica, muchos expertos destacan la influencia de los factores externos en los actuales acontecimientos.

Tanto la intervencion militar de las fuerzas de la coalición internacional en Libia, incluida la posible operación terrestre que hoy en día parece casi inevitable, como la “ocupación administrativa” de varios países del espacio postsoviético está basada en factores geopolíticos y geoeconómicos.

En todo caso, una cooperación en el ámbito de economía o política exterior de un país con EEUU no le garantiza que quede  exento de  conmociones internas.

En su estrategia respecto a la región del “Gran Oriente Medio”, Washington pone como objetivo un trabajo conjunto tanto con las autoridades como con la oposición.

En caso de que las protestas se intensifiquen, el destino de la élite gobernante y líderes concretos parece imprevisible, a pesar de que puedan posicionarse leales a EEUU. Por otro lado, el trabajo con la oposición permite a los manipuladores actuar libremente y hacer que el descontento público se traduzca en enfrentamientos callejeros.

Las recientes manifestaciones de protesta que tuvieron lugar en Ereeván y Bakú, en esencia, tienen muchos rasgos en común, a pesar de la distinta reacción de las autoridades sobre el tema.

Si el presidente de Armenia, Serzh Sargsyan, mencionó la necesidad de iniciar un diálogo constructivo con la oposición, Azerbaiyán prefirió las medidas de respuesta más decisivas.

Pero la oposición local hace la vista gorda ante todo esto y para el primer sábado de abril convocó una masiva acción de protesta en Bakú para exigir “democracia” independientemente de que las autoridades la acepten o no.

Los disturbios políticos y sociales asimismo tienen lugar en Georgia, el Estado clave en el Caucaso del Sur, cuya situación económica deja mucho que desear.

 Se puede decir lo mismo sobre la realización de la política que casi no coincide con la retórica seudo democrática orientada a la opinión externa.

El pasado 25 de marzo, en el sitio web de la emisora de radio “Voz de EEUU” se publicó un material que describía la táctica y la estrategia de la oposición georgiana en vista de las masivas acciones de protesta cuya celebración se planea para las principios del próximo mes de mayo.

Estas acciones se convocarán principalmente con el fin de celebrar las elecciones libres (las parlamentarias en 2012 y las presedinciales en 2013). “Apoyamos las elecciones pero también estamos dispuestos a luchar”, declararon los representantes de los ocho partidos de oposición citados por la emisora de radio estadounidense.

Las declaraciones de la reconocida ajedrecista, Nona Gaprindashvili, recuerdan los acontecimientos en Túnez y Egipto. “Anunciaremos un plan concreto de la lucha. Toda la Georgia debe prepararse para este día. Lucharemos hasta la última gota de sangre con el fin de liberar a Georgia de este régimen criminal”, se dice.

Como durante los años precedentes, las fuerzas de oposición al régimen del presidente de Georgia, Mijaíl Saakashvili, están preparándose para lanzar la “ofensiva de primavera” contra el mandatario del país.

Los líderes de los opositores moderados siguen negociando en la cancillería presidencial, debatiendo el código electoral. Pero es probable que la cantidad de los que planean recurrir a las medidas de la lucha extraparlamentarios crezca. La situación política, económica y social en el país evidentemente está agravándose y bien puede cambiar las prioridades de la temporada política mundial.

La reacción de las fuerzas del orden a las acciones de protesta probablemente no será tan dura, como en noviembre de 2007, cuando varios fotogramas que representaban a los policías en caretas amenazantes en las calles de Tbilisi causaron mucho impacto en todo el mundo.

Según el líder del Movimiento cristiano-demócratade de Georgia, Georgui Targamadze, es infundada la declaración que en caso de que Georgia sea escenario de multitudinarias  protestas populares Rusia se aprovechará de esta situación.

En realidad, Rusia está interesada más que otros países en que los problemas internos de sus vecinos se solucionen pacíficamente, porque otras medidas pueden agravar la situación, teniendo en cuenta los problemas que existen actualmente en la región del Cáucaso, en particular, en las relaciones ruso-georgianas.

En todo caso, es importante el propio hecho que Targamadze no descarte la posibilidad del desarrollo de los acontecimientos en Georgia como en Libia. 

El actual gobierno georgiano menciona en reiteradas ocasiones la existencia de una amenaza por parte de Rusia con el fin de consolidar la sociedad. Pero las encuestas de opinión pública realizadas demuestran que esta palanca de presión cada vez es menos eficaz.

Un 70% ó 80% de la población georgiana apoya el restablecimiento de las relaciones entre Rusia y Georgia. Aún las autoridades georgianas consideran positivo que los empresarios rusos muestren interés en la participación en la economía de Georgia.

Las noticias sobre reuniones de los políticos georgianos en Moscú ya es algo común. Tampoco deben causar sorpresa las reuniones de varios políticos con los representantes de sociedades de coterráneos que abarcan a los oriundos de varias regiones de Georgia.

Hace varios días, una reunión de este tipo se celebró en Moscú en el marco de la cual se discutieron las posibilidades de cooperación entre la comunidad armenia del territorio Samtskhe-Javakheti (sur de Georgia) y el partido opositor georgiano Georgia Libre.

Según un participante de esta reunión, Agasi Arabian, que representa en Rusia el Consejo de coordinación para proteger los derechos de los armenios que residen en este territorio de Georgia, la opinión de la élite política actual de Tbilisi sobre la situación en el anunciado territorio se limita a las acusaciones a los armenios del separatismo y a las ideas sobre un intento de los armenios de separar este territorio de Georgia que no tienen nada que ver con la realidad.

Las publicaciones de carácter nacionalista y xenofobia son frecuentes en los medios noticiosos georgianos Hoy en día, la cuestión de confesión es una de las más agudas en Georgia.

Hace poco, Tbilisi y Ankara firmaron un acuerdo sobre el patrimonio histórico-cultural de Georgia en el noreste de Turquía y los edificios de culto musulmán en Georgia.

Es posible que esta experiencia pueda ser utilizada en el contexto de las relaciones entre Georgia y Armenia, lo que probablemente será abordado durante la reunión de los líderes de la Iglesia apostólica armenia y la Iglesia ortodoxa georgiana que debe celebrarse en el próximo mes de junio.

La comunidad armenia de Javakheti insiste en la igualdad de derechos con los georgianos, ya que Georgia se adhirió al Convenio Europeo para la Protección de los Derechos Humanos.

Entre los candentes problemas del territorio se puede destacar la aprobación del status de la eparquía georgiana de la Iglesia apostólica armenia, liberación de los presos políticos (en particular, al político y activista social, Vaagn Chajalián), la enseñanza del idioma armenio en escuelas de Javakheti, etc.

Todo esto sirve par estabilizar la situación en la región y posiblemente siente las premisas para iniciar un diálogo abierto entre Georgia y Oseti del Sur y Georgia y Abjasia.

Además, en el marco de la reunión las partes abordaron asuntos relacionados con la búsqueda de instrumentos para normalizar las relaciones ruso-georgianas.

Los primeros pasos en esta dirección ya se han hecho. Se abordo la posibilidad de suministrar la producción agrícola de Georgia al mercado ruso, la necesidad de dar por terminada la retórica hostil, las opciones que existen para normalizar el diálogo social.

Moscú no puede ser indiferente hacia las peripecias de la vida interna de Georgia porque tiene una frontera común con este país caucásico y porque en el territorio ruso reside una numerosa comunidad georgiana.

*Andrei Areshev es experto del Centro de estudios de Asia Central y Cáucaso, dependiente del Instituto de Orientalismo (Academia de Ciencias de Rusia)

 LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI

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