La situación en Libia y la falta de políticos maduros

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Los acontecimientos que se desarollan en y alrededor de Libia provocan reflexiones extrañas que a veces, pueden ser hasta demasiado reaccionarias.

Los acontecimientos que se desarollan en y alrededor de Libia provocan reflexiones extrañas que a veces, pueden ser hasta demasiado reaccionarias. Una de esas reflexiones es que lo de Libia no habría sucedido o habría terminado muy rápido si hubiéramos estado en la época de “los políticos maduros”.

En realidad, es difícil imaginar que la “revolución libia” pueda disiparse en el desierto del Sahara, a pesar de los bombardeos del Occidente y la OTAN, si la “Dama de Hierro”, ex primera ministra británica, Margaret Thatcher, hubiera estado en el poder.

O que esta revolución pudiera estallar, sin mencionar de los bombardeos, durante el gobierno del general Charles de Gaulle en Franica, Ronald Reagan en EEUU, Mao Zedong en China, Nikita Jruschov en Rusia o Gamal Abdel Nasser en Egipto.

Parece extraño que en varias épocas la baraja mundial carezca de ases, reyes y damas mientras que las cartas que se quedan son de poco valor y palos insignificantes.

Juzgad vosotros mismos.

Desde la semana pasada, la OTAN y la coalición internacional se rompen los sesos ante los problemas más candentes sobre Libia. ¿Qué hacer con el coronel Muamar Gadafi? ¿Cómo formar una oposición real en Libia, cómo entrenar, armar y financiar a esta oposición?

Resulta que esto no se le ocurrió a nadie antes de que Occidente lanzara la operación militar contra Libia. Además, ¿cómo se puede pedir a EEUU a asumir de nuevo el mando militar de la operación en Libia o al menos, actuar como instructor?
 
El pasado 19 de marzo, se inició la “operación humanitaria” en Libia con el fin de derrocar el régimen de Muamar Gadafi. Pasado un mes, el Occidente ya no sabe qué hacer mientras que Gadafi sigue en el poder y cada día, sus soldados refuerzan sus posiciones.

A juzgar por todo, el líder libio continuará controlando la situación en Trípoli si no comete un grave error, por ejemplo, al matar a centenas de personas bombardeando una ciudad, lo que es poco probable.

 Y mientras, la coalición continuará sus “bombardeos humanitarios”.

El pasado 13 de abril, el Grupo Internacional de Contacto para Libia, cuya institución fue aprobada en la conferencia de Londres celebrada en el pasado marzo, sostuvo su primer contacto en Doha, capital de Qatar.
Se puede juzgar sobre su importancia por el hecho que EEUU no envió a su secretaria de Estado, Hillary Clinton a esta reunión de ministros de Exteriores, sino a un alto responsable del departamento de Estado que después se marchó sin tomarse la molestia de hablar con los periodistas.

El pasado 14 de abril, la Liga Árabe, la Unión Africana y la jefa de la diplomacia europea, Catherine Ashton, se reunieron con el secretario general de la ONU, Ban Ki-moon, en El Cairo.

Sin embargo, esta conferencia fue nada más que palabrerías porque los rebeldes libios rechazaron el plan de paz propuesto por la Unión Africana, ya no estipuló que Gadafi abandonara el poder.

El 13 de abril, en la antesala de la reunión de los ministros de Exteriores de la OTAN en Berlin, el primer ministro británico, David Cameron, llegó a Paris para sostener negociaciones con el presidente francés, Nicolas Sarkozy.
Y la OTAN tuvo que discutir sus planes sobre Libia, Gadafi y los rebeldes en la reunión celebrada en la capital de Alemania del pasado 14 al 15 de abril.

¿Se puede armarles, financiarles y entrenarles? ¿No contradice esto a las resoluciones de la ONU sobre Libia?
 
Evidentemente contradice, aunque hay países que no comparten esta opinión. Francia, Gran Bretaña y Qatar se pronuncian por suministrar el armamento y financiar a los rebeldes, por vender el crudo libio (Qatar ya se encarga de eso) y por utilizar los activos congelados de Gadafi para financiar las acciones contra su régimen.

Aún Alemania y el Secretario General de la OTAN, Anders Fogh Rasmussen, dudan que se pueda interpretar tan libremente la resolución 1973 del Consejo de Seguridad de la ONU.

La OTAN queda fragmentada

Pero Sarkozy y Cameron insisten en esto, aunque el primer ministro británico protagonizó un juego más sutil. Londres cree que se puede suministrar el armamento sólo con el objetivo de “proteger a los civiles” y a través de los aliados árabes en Qatar.
 
Aquí se manifiesta una rica experiencia de Gran Bretaña que durante muchos años fue la mayor potencia colonial.
En el marco de la reunión en Berlin, París y Londres esperaron convencer a sus aliados intensificar los bombardeos y a EEUU, aumentar su papel en las operaciones, aunque Washington ya dio a entender que esto es imposible. Entretanto, EEUU no se apartó por completo de la operación militar.

El pasado 13 de abril, el Pentágono reveló que aviones de combate de EEUU continúan bombardeando varios blancos de defensa antiaérea en territorio libio.

Antes de que la OTAN asumiera el mando de las operaciones EEUU fue responsable de un 70% de todos los bombardeos de la OTAN en Libia.

En realidad, el presidente estadounidense, Barack Obama, invirtió un enorme capital político y militar en Afganistán e Iraq y ya no puede hacer lo mismo en Libia. Y es poco probable que cambie de opinión.
 
A decir verdad, Sarkozy y Cameron deberían sentirse ofendidos, como los niños a los que han advertido que no se metan en asuntos ajenos. Pero no escucharon el consejo, y ahora lo lamentan porque ya es imposible remediar la situación y sus aliados (la OTAN) les han abandonado.

Sarkozy fue uno de los más ardientes partidarios de la intervención militar contra Gadafi.
 
El problema no es que Gran Bretaña o Francia carezcan de aviones, misiles, buques u otro material bélico, pilotos, experiencia militar. Lo que pasa es que cuando EEUU decide relegarse a un segundo plano en la OTAN, esto enfria el ardor de todas las coaliciones que se hacen ineficaces.

Es como permitir a niños conducir un coche por un camino peligroso. ¿Quedará en este coche algún adulto con sentido común?

BRICS habla sobre Libia

El desarrollo de los acontecimientos en Libia parece aún peor en comparación con otros eventos internacionales.

Durante la cumbre del Grupo BRICS en China, los líderes de Brasil, Rusia, India, China y República Sudafricana formalizaron sus relaciones en el marco de esta alianza.

El presidente ruso, Dmitri Medvédev, declaró que el problema de Libia sólo debe resolverse por vía política y diplomática.

Todos los países BRICS son miembros del Consejo de Seguridad de la ONU, mientras que Rusia y China poseen derecho de veto como miembros permanentes.

Los cinco países adoptaron una delaración especial en la que insisten en la necesidad de llevar a cabo una reforma integral en el seno de la ONU y de su Consejo de Seguridad.

La declaración final de la cumbre expone que “China y Rusia reiteran la importancia que dan al estatus de la India, Brasil y Sudáfrica en los asuntos internacionales y entienden y apoyan su aspiración de tener un mayor papel en la ONU”.

Se espera que la India, Brasil y Sudáfrica sean elegidos como miembros permanentes de la ONU. La posibilidad de ampliar el Consejo de los 5 miembros permanentes actuales a 10 ó 15 ya se ha barajado desde hace mucho.

Contando con tales aliados en el Consejo de Seguridad de la ONU Rusia no dará su consentimiento a la repetición del escenario libio.

LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI

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