La muerte de Bin Laden marca el fin de una época

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El operativo ejecutado por EEUU para aniquilar al terrorista “número uno” y líder de la organización terroristas Al Qaeda, Osama Bin Laden, puso punto final a un periodo muy agitado en la historia de la humanidad, y que comprendió el inició de la década del milenio del 2000.

El operativo ejecutado por EEUU para aniquilar al terrorista “número uno” y líder de la organización terroristas Al Qaeda, Osama Bin Laden, puso punto final a un periodo muy agitado en la historia de la humanidad, y que comprendió el inició de la década del milenio del 2000.

Durante esos años, sucedieron tantos eventos que ya es difícil imaginar cómo pudo desarrollarse la historia universal si, el 11 de septiembre de 2001, no se hubiera producido la mayor ofensiva terrorista contra EEUU preparada por Bin Laden que culminó con la destrucción de las Torres Gemelas en el corazón financiero de Nueva York.

Respuesta asimétrica

En realidad, sabemos muy poco del atentado de S-11 sobre todo porque todavía, no se ha dado ninguna explicación fiable de los objetivos que persiguieron los terroristas.

Las causas de este silencio son más o menos comprensibles, ya que la revelación de los respectivos documentos tardará muchos años.

Al respecto, el útil recordar que en la época de la intervención de la URSS en Afganistán (1979-1988) Bin Laden recibió el apoyo de los servicios secretos de EEUU para luchar contra las tropas soviéticas en el territorio de Afganistán.

¿Por qué empeoraron las relaciones entre el líder de Al Qaeda y sus antiguos aliados?

¿Por qué Bin Laden decidió asestar un golpe en el propio corazón de EEUU?

Hoy en día, sólo podemos hacer conjeturas acerca de objetivos políticos y morales de este atentado.

Según una de las versiones, en la década de los años 90, las perspectivas de la globalización, de imposición de los estereotipos estadounidenses y de la hegemonía de Estados Unidos fueron inaceptables para muchas naciones y pueblos.

Además, los bombardeos asestados por EEUU y la OTAN en Yugoslavia en 1999, la crisis financiera que surgió en Asia de 1997 a 1999, cuyos orígenes fueron muy dudosos, y  otros muchos acontecimientos dieron la impresión de que EEUU había lanzado una amplia ofensiva en todo el planeta.

El ataque contra el centro financiero mundial situado en EEUU fue muy simbólico y tuvo una amplia repercusión.

Las manifestaciones de júbilo en las calles de varias ciudades de Oriente Próximo en ocasión de aquel atentado, mostraron cuál era el auditorio que tuvieron en cuenta los terroristas al hacer el horrendo atentado.

Pasados varios años tras el S-11, una famosa revista militar incluyó a Bin Laden en su lista de los jefes militares más célebres de la historia (después de Genghis Khan), con el comentario que se trató de un ejemplo excepcional de respuesta asimétrica contra un enemigo a pesar a su notable superioridad en todos los sentidos.

La guerra de las civilizaciones no estalló, pero…

El curso de la historia universal en la década de los 2000 se puede caracterizar de modo siguiente.

Aprovechando el apoyo y solidaridad internacional en la lucha contra el terrorismo, EEUU hizo un intento de eliminar la infraestructura de la organización de Bin Laden en Afganistán y al mismo tiempo resolver sin éxito otros problemas.

Emprendió una guerra en Iraq carente de objetivos militares, en medio de una limitada capacidad financiera que puso en evidencia la debilidad de EEUU como potencia, ante la creciente influencia de otras potencias  emergentes, incluida China.

EEUU fracasó en sus intentos de mantener el liderazgo mundial. Y está claro que Bin Laden no pudo preparar todo esto. Además, la crisis financiera global de 2008 aceleró todos los procesos anunciados.

Si con los atentados terroristas perpetrados en EEUU, Bin Laden y Al Qaeda esperaron provocar el así llamado “conflicto entre  civilizaciones”, o sea, una guerra entre la civilización occidental y musulmana, no consiguieron su objetivo por muchas causas.

Ante todo, parece que el islamismo radical que se denomina yihadismo en la India, es apenas uno de los tantos problemas que azotan al Oriente Próximo, norte de África y los países del sudeste asiático.

Los disturbios en varios países árabes mostraron que la civilización musulmana tiene un montón de problemas que nadie sabe cómo resolver y que tampoco podrán solucionarse mediante la guerra con EEUU. Al Qaeda hace todo lo posible para aprovecharse de estos acontecimientos, pero hay muchos otros protagonistas en esta escena.

Es difícil pronosticar si la muerte de Bin Laden ejercerá alguna influencia en lo que pasa hoy por hoy en Oriente Próximo, por ejemplo, en Libia.
Es probable que el éxito de los servicios secretos de EEUU contribuya a la reelección del actual presidente de EEUU, Barack Obama, aunque tampoco es seguro.

Al aprender todas las amargas lecciones de su predecesor, Obama sutilmente evitó la participación en la operación militar en Libia dejándo este problema a los europeos, cuyos intentos febriles de eliminar al líder libio, Muamar Gadafi, son hasta cierto punto comparables con la caza de Bin Laden durante muchos años que al fin y al cabo finalizó con éxito.

Osama Bin Laden fue un hombre de los años 2000 que marcó todo una época con símbolos especiales.

Hombre y mito

¿Fue abatido Bin Laden sólo ahora, o en 2001 o 2002, durante la campaña afgana de EEUU? Hoy en día, este asunto suscita debates.

Tras la eliminación del líder de Al Qaeda el pasado domingo en la ciudad pakistaní de Abbottabad, muchos partidarios a las teorías de la conspiración siguen creyendo que Bin Laden está vivo o no ha existido nunca, porque los militares estadounidenses arrojaron el cuerpo del terrorista al mar sin enseñarlo  a nadie.

Los documentos y videomateriales no prueban nada.

S-11 también puede interpretarse mediante teorías alternativas. Esta mitología es una consecuencia inevitable de una guerra con un enemigo no convencional. Desgraciadamente, las tecnologías de desinformación u ocultación de los datos reales son indispensables en este caso.

Rusia puede observarlo en el ejemplo de múltiples operaciones antiterroristas que están llevándose a cabo en el Cáucaso del Norte y otras regiones.

Es evidente que Bin Laden no es mito. A esta conclusión uno puede llegar al leer una de sus biografías más o menos detalladas.

Resulta que, a pesar de su barba encanecida, Bin Laden, nacido en 1957, era un hombre relativamente joven y apto para trabajar.

Es probable que en los últimos años Bin Laden permaneció oculto en  la clandestinidad porque todos sabían que sería eliminado tarde o temprano. Como al fin de cuentas ocurrió.

Quisiera añadir que ese es el destino de todos los terroristas aunque lleva tiempo.

LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI

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