EEUU misericordioso y Pakistán abandonado

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La liquidación de Osama bin Laden, ejecutada en el territorio de Pakistán sin autorización previa de las autoridades nacionales, desde el punto de vista político no le costó mucho a EEUU.

La liquidación de Osama bin Laden, ejecutada en el territorio de Pakistán sin autorización previa de las autoridades nacionales, desde el punto de vista político no le costó mucho a EEUU.

Pero sí tuvo consecuencias. En el curso de la visita relámpago de la Secretaria del Estado de EEUU Hillary Clinton a Islamabad, realizada a finales de mayo, las autoridades paquistaníes le informaron que Washington tendría que retirar una parte de su tropa alojada en Pakistán.

La cooperación entre los dos países en la lucha contra el terrorismo también se encuentra en una situación complicada, ya que la muerte de Osama bin Laden no resuelve el problema de foco de tensión en la frontera entre Pakistán y Afganistán.
 
Además que no ayudan, todavía molestan

La visita de Hillary Clinton fue corta, pero importante. Del aeropuerto se dirigió inmediatamente a una reunión con los altos mandos del país: el presidente Asif Ali Zarfari, el primer ministro  Yousaf Raza Gillani y el director del Servicio de Inteligencia Ahmed Shujaa Pasha.

Clinton estuvo acompañada por el Jefe de Estado Mayor Conjunto Almirante McMullen (o le acompañó a él). Fue la primera visita de nivel tan alto después de los acontecimientos del 2 de mayo.        
La prensa estadounidense, comentando la visita, la presentó como un gesto de misericordia por parte de Washington a favor de Pakistán, que durante años permitió que cerca de su principal academia militar viviera  el asesino más cruel de estadounidenses y el terrorista №1.

En este sentido, EEUU recuerda la URSS de Brézhnev y el imperio chino en los que  los embajadores de países extranjeros siempre tenían que comportarse como representantes de países dominados.

Pero ahora la realidad  es muy distinta y eso lo confirma la información de distintas fuentes, incluido el periódico “Times of India” que informa sobre la expulsión de Pakistán de los instructores militares estadounidenses.

Información que entre otras cosas,  no aparece en la prensa estadounidense pero sí fue confirmada por el Pentágono.

De unos 200-300 instructores militares, que se encuentran ahora en el territorio de Pakistán entrenando las unidades antiterroristas paquistaníes, quedarán sólo unos 50.

El resto, probablemente, tendrá que irse a principios de junio. La razón, según unas fuentes no oficiales, es simple: “no queremos tener aquí gente que además que no ayudan, todavía molestan”.

Pero es poco probable que esa irritación se transforme en un enfrentamiento político. Hillary Clinton en el curso de su visita dijo, que EEUU reconoce las numerosas víctimas de Pakistán que  caen en la lucha contra enemigo común. Y Pakistán, por su parte, dio el permiso para que la CIA pudiera entrar en la casa de bin Laden y realizar el examen y registro completo.

Pero lo más importante es lo que dijo Clinton en la rueda de prensa: que no habrá ninguna solución pacífica para Afganistán si Pakistán desiste del proceso. Es importante entender que las partes no sólo buscan reconciliación después de lo de 2 de mayo, sino quieren tener claro, cómo funcionará su alianza en adelante. Sobre todo, después de la salida de las tropas estadounidenses de Afganistán a principios de este verano.
 
EEUU se va, pero Pakistán se queda

El caso de Afganistán no es menos dramático que el fracaso de la OTAN en Libia (confirmado por la petición que hizo la alianza a Rusia para que ayude a solucionar la situación).

Corren rumores de que ahora en Alemania se están celebrando negociaciones entre  EEUU y algunos jefes del movimiento Talibán. No se sabe nada más, y las preguntas y dudas son muchas.

Una de ellas es si EEUU quiere traicionar a Afganistán de nuevo entregando el país a su adversario no derrotado. Pakistán en este caso  pierde más que EEUU, ya que después de la retirada de tropas norteamericanas de la región queda allí a solas. Está claro que el Talibán es una creación de servicios especiales de Pakistán, que escondían, seguramente, a bin Laden, pero para la población civil y para las autoridades este argumento no hace que la situación sea menos dolorosa.

Muchos expertos coinciden en que Al Qaeda se vengará del asesinato de su líder. Sin embargo, hasta ahora el único lugar donde ocurrió un atentado fue la ciudad de Hangu donde en vísperas de la visita de Clinton tuvo lugar un atentado que se llevó las vidas de 35 personas.

Es complicado valorar la eficacia de la guerra de los drones, es decir de los bombardeos con aviones sin piloto  sobre el territorio de Pakistán. Según los datos publicados, la cantidad de víctimas entre la población civil es igual a la del Talibán.

 Dichos bombardeos deterioran mucho la imagen de estadounidenses y de autoridades propias de Pakistán. Pero si los estadounidenses se van a casa, las autoridades paquistaníes se quedan.

Es verdad que Pakistán y EEUU juntos luchan contra el terrorismo, pero a niveles diferentes. Según los datos de India, en la lucha contra los terroristas del norte de Pakistán y del sur de Afganistán participan hasta 140 mil soldados.

En el período desde el 2007 hasta hoy la alianza con EEUU le costó a Pakistán 4.400 vidas de los civiles.

Según la información existente, la visita de la secretaria de Estado de EEUU y su colega militar a Pakistán tuvo como su fin pedir que Islamabad empiece una ofensiva para dejar a las tropas estadounidenses retirarse de la región.

Es un problema muy importante y la reconciliación tras la liquidación de bin Laden será sólo una pequeña parte de ello.

LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI

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