Octubre de 1941 fue el 26º mes de la Segunda Guerra Mundial y un momento crítico de la Gran Guerra Patria (1941-1945), el conflicto bélico entra la Unión Soviética y la Alemania nazi.
Las tropas alemanas que se acercaron a Moscú estuvieron a punto de conseguir la victoria en la realización de la “Operación Barbarroja”, plan de invasión de la URSS. En aquel momento, las Fuerzas Armadas soviéticas no estuvieron preparadas para luchar contra el Ejército más fuerte del mundo.
Ofensiva imprevisible
En octubre de 1941, los acontecimientos más importantes se desarrollaron en el centro del frente soviético-alemán. El 2 de octubre, las principales fuerzas del Grupo de Ejércitos Centro lanzaron una ofensiva en esta dirección siguiendo la unidad blindada alemana bajo el mando del general Guderian
A principios de octubre, el número de efectivos en las unidades de combate y de reserva del Grupo de Ejércitos Centro ascendió a 1.929.406 personas.
El apoyo aéreo de la Operación Tifón lo realizó la II unidad de la Luftwaffe (fuerza aérea nazi), bajo el mando del general Albert Kesselring, con 1.320 aviones.
Las tropas soviéticas del Frente Occidental, Frente de Briansk y Frente de Reserva que contaban con más de 1.250.000 de efectivos a lo largo de la línea de defensa de unos 800 kilómetros hicieron todo lo posible para detener el avance del adversario.
La Wehrmacht aprovechó su táctica preferida de la Blitzkrieg (guerra relámpago) y logró romper casi de inmediato la línea de defensa y avanzar recorriendo de 15 a 30 kilómetros en el primer día.
El 3 de octubre las unidades blindadas del enemigo tomaron Oriol (ciudad a unos 360 km al suroeste de Moscú). Según Guderian, “esta ciudad fue tomada inesperadamente. Cuando nuestros carros blindados entraron en Oriol tranvías continuaban circulando por las calles de la ciudad”.
El 4 de octubre el Ejército soviético abandonó la ciudad de Spas-Demensk y el 5 de octubre, a Yujnov. El 7 de octubre, las fuerzas del enemigo se concentraron en el área de Viazma.
El Comando soviético no pudo adelantar los planes de la ofensiva del Tercer Reich. Y esta fue una de las causas del éxito alemán. El Ejército Rojo que ya en verano de 1941 perdió la iniciativa estratégica no supo las direcciones del ataque principal del enemigo.
Unidades rusas rodeadas en el área de Viazma y Briansk
La primera fase de la batalla de Moscú se caracterizó por el empuje alemán. Pero los soldados soviéticos numéricamente inferiores a las huestes alemanas opusieron una tenaz resistencia y lograron detener el avance del adversario en las afueras de Mtsensk (ciudad a unos 300 km al suroeste de Moscú).
En general la situación fue catastrófica. Las tropas nazis rompieron la línea de defensa y hacia el 8 de octubre, las fuerzas principales del Ejército Rojo concentradas en el área de Viazma y Briansk (a unos 250 km al suroeste de Moscú) quedaron rodeadas.
Los alemanes lograron cercar a las unidades que formaron parte de todos los tres Frentes soviéticos (Frente de Briansk, Frente Occidental y Frente de Reserva).
Los combates encarnizados duraron casi una semana. Soldados soviéticos intentaron romper el cerco, pero unos pocos consiguieron hacerlo (unos 85 mil). Más de 688 mil militares, incluídos oficiales de alto rango, cayeron prisioneros.
Repeler el embate de las hordas alemanas
Los cruentos combates librados a más de 100 km de Moscú impidieron el avance rápido del enemigo y permitieron al Ejército Rojo reforzar la defensa en las proximidades de la capital soviética, cerca de Mozhaisk (ciudad a unos 100 km al suroeste de Moscú).
Alemania no consiguió derrotar a Moscú en una guerra relámpago. Pero, debido a un bajo nivel de preparación de la línea de defensa en las afueras de Mozhaisk, no se logró detener el avance del adversario en este área.
Del 13 al 18 de octubre, las unidades del Ejército Rojo abandonaron varias ciudades al suroeste de Moscú y el 16 de octubre, los alemanes lanzaron la ofensiva general hacia Volokolamsk, (ciudad a unos 360 km al suroeste de Moscú).
El 15 de octubre, el Comité de Defensa del Estado de la URSS tomó la decisión de evacuar urgentemente de Moscú a Kúibishev (la actual Samara, región del Volga) y otras ciudades de la URSS a la población, instituciones, academias militares, fábricas, embajadas etc.
Del 16 al 18 de octubre, el pánico empezó a cundir en Moscú que, por su lado, provocó disturbios y saqueos. La muchedumbre empezó a realizar actos de violencia y vandalismo, saquear almacenes y mercados, ocupar los pisos de los que se habían evacuado, apoderarse de valores pertenecientes a las fábricas, etc.
Según los datos de la Comandancia Militar de Moscú, más de 800 funcionarios de alto rango de 4.389 instituciones y fábricas abandonaron la capital en aquelos días al robar más de 1,5 millones de rublos y más de 100 vehículos.
Las fuerzas del órden capitalinas fueron autorizadas de fusilar a los saqueadores de inmediato. El 20 de octubre, en Moscú se declara estado de sitio y Stalin toma la decisión de quedarse en la capital.
El 17 de octubre, se formó el Frente de Kalinin encabezado por el general Kónev para reforzar la defensa en la dirección noroeste de Moscú. Las tropas que formaban parte de este Frente lanzaron una amplia contraofensiva contra los nazis en las proximidades de la ciudad de Kalinin (actual Tver situada a 330 kilómetros de Moscú), que obligó al comandante del Grupo de Ejércitos Centro, Fedor von Bock, a retroceder el 23 de octubre.
En la dirección suroeste, las tropas alemanas se acercaron a la ciudad de Tula (a unos 170 km de Moscú) el 29 de octubre. Pero las tropas soviéticas defendían la ciudad e impidieron el avance del enemigo.
El último batallón abandona a Odessa
La situación en el sur del país tampoco era favorable. Los dirigentes de la URSS se vieron obligados a ordenar la evacuación de la ciudad de Odessa, en el territorio de Ucrania. A pesar de que en agosto y septiembre el Tercer Reich tropezó con una resistencia encarnizada de los defensores de la ciudad, la situación estratégica en general fue desfavorable.
Odessa, de hecho, quedó en la retaguardia del enemigo.
La decisión del Gran Cuartel General sobre la evacuación de Odessa fue evidentemente causada por la derrota del 18º Ejército soviético a principios de octubre. Su comandante murió y más de 60 mil soldados cayeron prisioneros al perder 212 carros blindados y 672 sistemas de artillería.
Las unidades que lograron sobrevivir (unos 30 mil efectivos) retrocedieron a lo largo de la costa del mar de Azov hacia la ciudad de Taganrog que cayó el 17 de octubre y luego hacia Rostov del Don. En esta situación fue muy difícil suministrar municiones y fuerzas adicionales a Odessa por el mar.
Entretanto, la evacuación se realizó sin pérdidas y sin que lo haya notado el enemigo. Del 1 al 16 de octubre, 86 mil militares, incluídos altos cargos, 15 mil civiles, 19 tanques y vehículos blindados, 462 cañones, 1.158 autonóviles, 3.625 caballos así que unos 25 mil toneladas de carga se trasladaron a Crimea (península en la costa norte del Mar Negro).
Esto fue muy oportuno porque el 18 de octubre, el Ejército alemán lanzó una amplia ofensiva. Los combates encarnizados duraron 10 días. El 28 de octubre, cuando el comandante del 11º Ejército alemán, general von Manstein, introdujo en el combate dos nuevas divisiones, las unidades del Ejército Rojo tuvieron que retroceder hacia las ciudades de Sebastópol y Kerch.
El enemigo persiguió a las unidades sovieticas e impidió al 51º Ejército reforzar sus posiciones en la península de Kerch.
En cuanto a Sebastópol, la Wehrmacht hizo un intento de apoderarse de la ciudad de inmediato, pero fracasó. Y desde el 30 de octubre, en las proximidades de Sebastópol se libraron duros combates que continuaron más de un mes.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI
