Rusia permance al margen del movimiento global “Ocupa Wall Street”

© RIA Novosti . Larisa SaenkoRusia permance al margen del movimiento global “Ocupa Wall Street”
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Rusia permanece al margen de las multitudinarias acciones de protesta que durante varios días azotan a muchos países del mundo.

Rusia permanece al margen de las multitudinarias acciones de protesta que durante varios días azotan a muchos países del mundo.

Las protestas de la población contra la política económica aplicada por sus Gobiernos se celebraron el pasado 15 y 16 de octubre en casi 1.000 ciudades de 82 países. Crece el número de partidarios del movimiento “Ocupa Wall Street”, cuyos activistas llevan cerca de un mes pronunciándose en contra de la política de las autoridades y de las instituciones financieras de Estados Unidos a las que  califican de “terrorismo financiero”.

Así, los manifestantes establecieron que el 15 de octubre será proclamado “Día Internacional de la solidaridad contra la avaricia y la corrupción del 1% de la población, los hombres más ricos del mundo”.

Los politólogos coinciden en que Rusia apenas se sumaría a estas protestas: los precios de hidrocarburos en los mercados internacionales se mantienen a un nivel alto y el presupuesto, por lo tanto, dispone de fondos para financiar los gastos sociales. Además, los ciudadanos de Rusia no creen que los mítines callejeros puedan conseguir que la vida mejore, subrayan los expertos, diagnosticándole a la sociedad rusa un “estado de depresión”.
 
¿Por qué Europa se declara en huelga?

Todo parece indicar que el número y los ánimos agresivos de los manifestantes dependen directamente de la situación económica en el país concreto: en Asia, Australia, Bruselas, Londres y los países de la Europa de Este las manifestaciones fueron más pacíficas y de envergadura relativamente moderada.

Sin embargo, los enfrentamientos de los manifestantes y de la policía en Italia, sumida en graves problemas económicos, acabaron en actos de violencia callejera.

A las calles italianas salieron cerca de 200.000 personas que acusaron al Gobierno nacional y a las instituciones financieras de haber robado a la gente, además de sus ahorros, los sueños, y llamaron a salvar vidas humanas antes que a los bancos.  Los enfrentamientos entre los manifestantes y la policía en Roma causaron 70 heridos.

En la marcha de Los indignados en Madrid participaron cerca de 500.000 personas que paralizaron el tráfico en el centro de la capital española. Los portugueses también se unieron a las protestas, con unas manifestaciones de cerca de 50.000 personas en Lisboa y de cerca de 20.000 personas en Portu.

En Grecia las acciones de protesta contaron con tan solo 2.000 participantes, pero en los últimos meses las huelgas se declaran con cierta regularidad: el 15 de octubre, por ejemplo, se proclamaron en huelga los controladores aéreos, los empleados municipales y los empleados de los medios de comunicación.

Posteriormente las huelgas se hicieron casi diarias y para el 19 y 20 de octubre está planeada una huelga general con una suspensión de dos horas de duración de la comunicación aérea en todo el país.

Tales países europeos como Grecia, Italia, España y Portugal, se enfrentan a graves problemas económicos. Los manifestantes exigen que se dejen de reducir los gastos públicos a costa de programas sociales, condición impuesta por el Fondo Monetario Internacional, el Banco Central Europeo y la Unión Europea a cambio de la prestación de ayuda financiera.

Rusia se queda al margen

En Rusia, por una serie de razones, no ha tenido lugar ningún tipo de protestas. “Las protestas tienen lugar allí, donde la gente sabe que una manifestación pacífica no será dispersada con violencia por la policía”, señaló en su entrevista a RIA Novosti Aleksei Makarkin, primer vicepresidente del Centro de tecnologías políticas.

En Occidente este tipo de acciones de protesta suele ser pacífico, es una especie de espectáculo, de carnaval, por así decirlo. Y las autoridades reaccionan con calma, explicó el experto. La policía empieza a actuar, solo si peligra el orden público, como, por ejemplo, pasó en Roma”.

En Rusia el nivel de tolerancia hacia los participantes de las acciones de protesta es diferente. “Este tipo de protestas representan un delito administrativo y de allí derivan las consecuencias, enfrentamientos a las tropas de misiones especiales, varios días de arresto y persecución judicial”, prosigue Aleksei Makarkin.

La gente simplemente no quiere provocar arriesgados conflictos con las autoridades. Y además el resultado de las protestas puede ser impredecible; lo más probable es que luego se les culpe de estar defendiendo los intereses de Occidente y de figuras antirrusas, opina.

Al mismo tiempo, en Europa, a diferencia de Rusia, se dispone de la “infraestructura” necesaria para las acciones de protesta, es decir, unos fuertes sindicatos capaces de sacar a la gente a las calles.

Boris Kagarlitski, Director del Instituto de estudios de globalización y movimientos sociales, parece más categórico “La sociedad rusa vive en estado de depresión y en estos momentos es incapaz de actuar, es incapaz de defender ni siquiera sus propios intereses”.

Los habitantes de los países occidentales ven el vínculo entre los intereses propios y las acciones de protesta. Creen en poder corregir la política de su Gobierno, dijo el experto. Los rusos, en cambio, no ven ningún sentido a las acciones de protesta por motivos solidarios y solo pueden salir a las calles si se trata de un asunto de supervivencia o en “una situación de inminente catástrofe”, explica Kagarlitski.

“En Rusia no habría ningún carnaval, ningunas canciones ni danzas, porque la gente está más irritada”, precisó Aleksei Makarkin.

“Incluso si se llegan a producir acciones de protesta en Rusia, serán más locales y le gente no se manifestará por solidaridad, sino en contra de un factor irritante muy concreto”, opina  Makarkin. Acciones semejantes han tenido lugar en varias ciudades de Rusia y fueron provocadas, por ejemplo, por un injusto veredicto en casos sonados o por un considerable aumento del impuesto sobre circulación de vehículos.

Mientras los precios de hidrocarburos en los mercados internacionales sean altos y en el presupuesto ruso haya suficientes fondos para gastos sociales, en el país no habrá ningunas protestas multitudinarias iguales a las celebradas recientemente por todo el mundo.

¿Se logrará cambiar algo?

Los participantes de las manifestaciones de los pasados 15 y 16 de octubre podrán conseguir que se aplique una política económica menos implacable y se renuncie a reducir gastos sociales solo en aquellos países donde la situación económica es más o menos estable y hay “posibilidades de maniobra”.

En Europa podría pasar en Alemania o Francia, pronostica Alexei Makarkin. En Grecia, Portugal, España o Italia, países con graves problemas económicos, las autoridades serán incapaces de evitar la reducción de los gastos sociales, asegura el experto.

Kagarlitski opina que las acciones de protesta en Europa derrocarán a los Gobiernos actuales. “Es evidente la necesidad de cambiar drásticamente todas las instituciones de la sociedad democrática”, insiste. En su opinión, los Gabinetes de ministros después de las elecciones serán forzados a dimitir.


LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI

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