Silvio Berlusconi y el declive europeo

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El sábado pasado, Silvio Berlusconi, presentó su dimisión.

El sábado pasado, Silvio Berlusconi, presentó su dimisión.

El primer ministro italiano lo hizo después de que el Parlamento aprobara la ley para la estabilidad de la situación económica del país.

La dimisión de Berlusconi forma parte del plan para salvar a una de las principales economías europeas de la crisis. Es posible que de este modo se logre estabilizar la eurozona y evitar el colapso de la Unión Europea.

Europa experimentará grandes cambios tras la marcha de uno de los políticos más destacados de la época contemporánea.

¿Quién es el líder de Europa?

Como alguna vez dijo el ex secretario de Estado de EEUU Henry Kissinger, “¿a quién tengo que llamar para hablar con Europa?”. Es decir, ¿quién es el líder?

La UE está atravesando una crisis muy grave. Y no se trata sólo de una crisis financiera, sino de la imposibilidad de mantener un estilo de vida al que ya se habían acostumbrado. Los países europeos empezaron a prestar dinero para continuar con este estilo de vida, pero el resultado deja mucho que desear.

En esta situación, las personalidades más destacadas que representaron a Europa ante la comunidad internacional dejan el escenario político.
Berlusconi es una figura extravagante e impredecible. Estuvo envuelto en varios escándalos, incluidos los sexuales, que provocaron la irritación de unos y la risa de otros.

Cuando el Gobierno italiano fue ocupado por el propietario de un imperio mediático, con el control casi completo sobre los medios de comunicación, tanto privados como estatales, la fidelidad a los principios y normas de la democracia en Italia se puso en tela de juicio.

Sea como sea, nadie puede decir que Berlusconi es un político aburrido. ¿Qué otro líder europeo podría compararse con Berlusconi por su enérgico carácter? Quizás sólo pueda el presidente de Francia, Nicolas Sarkozy. Pero el grado de confianza de la población ha caído y el actual mandatario francés tiene pocas posibilidades de ser reelegido en las elecciones presidenciales de 2012.

La canciller alemana, Ángela Merkel, no es Sarkozy ni Berlusconi, pero su gobierno también llega a su fin. Sarkozy y Merkel, que todavía siguen en el poder, están actuando en beneficio de Europa buscando opciones para rescatarla. Merkel lo hace de manera más paulatina mientras que varias iniciativas del presidente francés parecen imposibles. Pero Sarkozy al menos es capaz de formular nuevas ideas.

Mientras tanto, los líderes europeos se sustituyen por funcionarios aburridos que temen hacer ciertas  declaraciones para no irritar a los electores. Y es difícil pronosticar las consecuencias de estos cambios para Europa en época de crisis.

¿Existen países “sanos” en la Unión Europea?

Cuando la primera ola de la crisis afectó seriamente a la economía de los países pequeños y periféricos de la Unión Europea (Grecia, Irlandia, Islandia), parecía que se trataba de casos excepcionales mientras que otros países europeos estaban bien. Pero Italia no es un país pequeño ni periférico. Es la octava economía mundial o lo era.

En la antesala de la dimisión de Berlusconi, la revista estadounidense Foreign Policy describió los problemas con los que se enfrenta Italia. La deuda pública italiana es de 2,6 billones de dólares y se considera como una de las consecuencias de estos problemas.

La tasa de natalidad en el país es muy baja, lo que aumenta su dependencia de los inmigrantes. El número de los jubilados supera el de los trabajadores que destinan casi el 14% de su PIB al pago de pensiones.

Además, los italianos prefieren no pagar impuestos. Berlusconi confesó en alguna ocasión que las tasas de impuestos en Italia son tan altas que es “un derecho natural” evitar su pago. Al propio Berlusconi se le acusa de no pagarlos.

Italia tiene problemas como la acumulación incontrolable de basura, el conflicto entre el norte y el sur del país, la dependencia excesiva de los negocios de familia y la tasa de desempleo entre los jóvenes italianos que es de un 30%.

Todos los problemas que se observan en Italia son típicos para toda la UE y representan una mezcla extraña entre el socialismo y el individualismo. A pesar de sus méritos, Silvio Berlusconi ha sido poco efectivo o no ha querido luchar contra las enfermedades de la sociedad.

De hecho, la ex primera ministra británica, Margaret Thatcher, fue la única en Europa que consideraba necesario reformar la sociedad. En la década de los 80, Thatcher redujo notablemente  la clase obrera y convitrtió a Gran Bretaña en un país de clase media. Desde aquella época, la comunidad europea ha considerado a las autoridades que deben ser gerentes contratados con el fin de mantener el sistema sin introducir cambios.

Es la principal diferencia entre el poder europeo, australiano y estadounidense. Otras naciones creen que las autoridades deben cambiar y mejorar la situación en el país. Por esta misma razón los intentos de los países europeos o EEUU de imponer sus valores a otros países fracasan, porque la población autóctona no los acepta.

¿Durará esta situación? Posiblemente no.

Spengler tenía razón

El título del libro, “Declive de Europa”, se le ocurrió a Oswald Spengler, filósofo alemán que lo escribió en agosto de 1914, después de que se estallara la Primera Guerra Mundial. La obra finalmente  fue publicada en 1918.

Spengler, que durante el gobierno de Hitler cayó en desgracia por su pesimismo, fue “inspirado” por la época que le tocó vivir,  una de las más graves para Europa. Spengler entró en la historia como el filósofo que pronosticó el declive final de Europa en el año 2000. Quizá, ¿haya tenido razón?

Podemos decir que Europa entra en declive para despertarse de nuevo. Europa pasó por tiempos difíciles en el siglo XV y en el siglo XVI empezó a conquistar el mundo.

Pero la idea de que el desarrollo de una cultura tiene marcado tanto el inicio como el fin parece muy interesante. ¿Qué tenemos en la Europa actual?

¿A un electorado que prefiere vivir sin cambios y sustituye a verdaderos líderes por altos ejecutivos que no se atreven a expresar su opinión para no irritar a la población? Es algo similar a la época de estancamiento de Leonid Brézhnev (secretario general del Comité Central del Partido Comunista) en la antigua Unión Soviética.

Pero una crisis cambia la situación. Según los expertos europeos, hoy en día, sería inoportuno convocar referéndums o elecciones tanto en Italia como en Grecia que están al borde de la quiebra. Pero es otra Europa y es otro sistema.

¿Y qué vendrá después? ¿Es posible que cambie el modo de pensar de los europeos y aparezcan nuevos líderes que hoy por hoy pueden quedarse relegados a un segundo plano esperando el momento oportuno para definir el futuro de Europa?

El ex mandatario estadounidense, Franklin Delano Roosevelt, al inicio de su carrera política también fue considerado un político capaz de encontrar fórmulas de compromiso, pero fue más tarde cuando adquirió la fama del presidente que rescató a Estados Unidos de la Gran Depresión.

LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI

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