Pues, algunos lo creen de verdad. Oficialmente, o así lo auguran ciertos expertos, el fin del mundo llegará el día del solsticio de invierno el 21 de diciembre de 2012. Este día termina el calendario mesoamericano (maya) de la cuenta larga y según predicciones, empezará una serie de cataclismos desastrosos, de terremotos a tsunamis, cambio de polos y tormentas solares.
Algunos admiten que el año 2012 no será fácil en general. ¿Pero, quién lo discute? El descenso económico global, la creciente agitación social, desastres naturales y antropológicos, junto con la sensación general de ansiedad, la que experimentan muchos estos días, todo esto parece un criterio de “fin del mundo”.
¿De verdad nos espera algo realmente horrible el próximo año o el fin del mundo es nada más que es una idea bien comercializable?
Evidentemente, las creencias apocalípticas abundan en la literatura y el arte mundiales, y en las religiones desde los tiempos más remotos. Pero en la era de la información, el Armagedón se vende especialmente bien. Este año, según la intensidad de los noticieros, el llamado “fenómeno de 2012” gozó de gran demanda en la cultura pop y en los negocios.
Tras numerosos filmes de desastre rodados en los 1990 y 2000, incluida 2012, gran éxito de taquilla, realizada por Roland Emmerich, este verano ha salido a las pantallas otra película de suspense, Melancholia, de Lars von Trier. El filme representa vividamente la colisión fatal de la Tierra con un planeta misterioso. “A medida que el apocalipsis 2012 está sobre nosotros, es hora de prepararse para una última cena cinematográfica”, decía el comunicado de prensa sobre el estreno.
Britney Spears se juntó a la propaganda del fin del mundo con su reciente canción Till The World Ends.
Últimamente han aparecido también numerosos instrumentos para prepararse al próximo fin del mundo. Los empresarios se aprovechan del concepto del inminente Apocalipsis, vendiendo guías informativas, refugios (según se informó, las ventas de los búnkeres se han alzado debido al terremoto en Japón) y todo tipo de equipos de supervivencia, en particular máscaras de gas, comida liofilizada, suplementos de agua. Numerosos blogueros ofrecen consejos de cómo estar pendiente de si ocurren las calamidades globales. Incluso la institución tan respetada como la Administración Nacional de la Aeronáutica y del Espacio de EEUU (NASA) lanzó una sección extensa de preguntas y respuestas en su página web dedicada exclusivamente al Apocalipsis pronosticado de 2012.
Hablé con varios futurólogos para revelar si realmente tenemos que prepararnos para lo peor el próximo año. Primero, hablé con el escritor y filósofo Danila Medvedev, miembro del Movimiento Transhumanista y director de CryoRus, primer laboratorio criogénico ruso (sí, se trata de los tipos raros que pueden congelar a sus familiares recién muertos para descongelarlos y revivir cuando se descubra la inmortalidad).
Las predicciones de Apocalipsis es lo último en lo que tenemos que pensar. “Las cosas realmente horrorosas son impredecibles”, dijo. Según Medvedev, lo último puede variar de meteoritos gigantescos a catástrofes tecnológicas como la reciente de Fukushima.
No obstante, el fin del mundo como lo sabemos va a ocurrir, dijo, pero no en 2012 y ni en todo el siglo XXI, así que debemos prepararnos para cambios mayores. “Las personas que vivan a finales de este siglo, se diferenciarán de las que viven ahora mucho más que los neandertales diferirían de las personas modernas”, dijo Medvedev.
La socióloga y futuróloga, editora adjunta del Instituto de Estrategias Económicas de la Academia de Ciencias de Rusia, Tatiana Ivanova, fue aun menos optimista. Dijo que el Apocalipsis empezó desde hace mucho, y aun si ahora empezamos a vivir con mayor responsabilidad, las cosas se harán peor.
“Ecológicamente, la Tierra puede soportar sólo 600 millones de personas”, dijo Ivanova. “Esto no quiere decir que una población mayor es fatal, pero debemos reconsiderar y cambiar las reglas según las cuales vivimos en nuestro planeta.”
Pero, afortunadamente, no todos aceptan escenarios lúgubres. El creciente número de expertos insiste en que las cosas sólo van a mejorar, hemos tenido bastante confusión y empezamos a aprender nuestras lecciones. Así que el 2012 puede convertirse no en el fin del mundo sino que en el comienzo, de una transformación de mente y corazón abiertos, a través de la cual vamos a pasar en los próximos años.
Tiendo a compartir esta idea por mucho que me encanten las películas de desastre. Cuidamos más unos a otros y del mundo, ya que no podemos ignorar cuánto interconectado está el mundo actualmente. Como lo observamos recientemente, muchos de nosotros optamos por no esperar pacientemente sino que salir a las calles y luchar por lo que creemos.
Y a propósito, el día final del diciembre 2012 ya acabó oficialmente el año pasado, según lo anunció la comunidad científica. Resulta que la inscripción de los mayas fue algo malinterpretada. Habla del paso a una nueva era, y no predice el fin del mundo.
Pero mientras las adivinanzas sobre el futuro sigan siendo un negocio tan beneficioso, seguro que vamos a escuchar predicciones aún más aterradoras. Así que, ¿por qué no nos concentramos en los problemas actuales en vez de preocuparnos de los futuros desastres? Al fin y al cabo, lo que se siembra, se cosecha.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI
*Svetlana Kolchik es directora adjunta de la edición rusa de la revista Marie Claire. Se graduó de la Universidad Estatal de Moscú, facultad de Periodismo, y la Universidad de Columbia, Escuela de Estudios Avanzados de Periodismo, colaboró para el diario Argumenti I Fakti en Moscú y el USA Today en Washington, con RussiaProfile.org, ediciones rusas de Vogue, Forbes y otras.
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