El descontento de los rusos tiene otros motivos que no son los electorales

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El gobierno de Moscú autorizó la celebración de una nueva manifestación de protesta el próximo 4 de febrero por los resultados de las elecciones legislativas de diciembre.

El gobierno de Moscú autorizó la celebración de una nueva manifestación de protesta el próximo 4 de febrero por los resultados de las elecciones legislativas de diciembre.

Parece que la marcha volverá a reunir a un gran número de ciudadanos, aunque desde principios de diciembre la motivación de los manifestandes ha cambiado. El descontento por los resultados de las legislativas celebradas el 4 de diciembre ha pasado a ser un enfado con el gobierno en general. Aunque según los expertos los motivos de las protestas siguen siendo los mismos.

Los organizadores de esta tercera acción de protesta que tendrá lugar en la capital rusa justo un mes antes de las elecciones presidenciales esperan reunir hasta 50.000 personas. Los expertos difieren en sus estimaciones sobre el posible número de manifestantes.

“La ola de frío no contribuye precisamente a que la marcha sea masiva”, opina el vicedirector del Centro Levada, Alexei Grazhdankin. “Por otro lado, en Moscú hay mucha gente dispuesta a salir a la calle, y la descalificación por la Comición Electoral Central de Rusia del fundador del partido liberal Yábloko, Grigori Yavlinski, como candidato a la presidencia podrá avivar los sentimientos de protesta”, añade.

La mayoría de los expertos entrevistados por RIA Novosti cree que, si el tiempo lo permite, la manifestación reunirá el mismo número de participantes que la acción del 24 de diciembre, cuando en el centro de Moscú se reunieron entre 29.000 (datos de la policía) y 120.000 (datos de los organizadores) personas.

Los sentimientos de protesta en Rusia se mantienen bastante altos durante el último año a causa de varios factores: el aumento de los precios y el bajo nivel de vida, entre otros. No obstante, las protestas realmente masivas contra los resultados de las elecciones tuvieron lugar solo en Moscú, donde menos se perciben muchos de los problemas que afectan al resto del país. Los expertos explican que esto se debe a que la llamada “clase creativa”, que existe sólo en la capital rusa, aprovechó las elecciones como pretexto para demostrar su descontento y exponer al gobierno sus pretensiones.

El aumento de los precios importa más que los resultados de las elecciones


Varios centros de investigaciones sociológicas se dedicaron recientemente a estudiar los motivos de los sentimientos de protesta entre los ciudadanos de Rusia.

Según revelan los resultados del sondeo realizado por el Centro de Estudio de Opinión Pública (VTsIOM, por sus siglas en ruso), más de una tercera parte (35%) de los rusos apoyan las manifestaciones contra las infracciones cometidas durante las legislativas y el 11% de ellos están dispuestos a participar en las acciones de protesta. Los datos previos del Centro Levada confirman estos resultados.

Las conclusiones de los sociólogos tal vez resulten sorprendentes para muchos. A pesar de la sensación que posiblemente tienen los politizados moscovitas, durante el año pasado el nivel de las protestas sociales en el país permaneció prácticamente invariable. Es más, a principios de 2011 incluso superó el de diciembre, cuando en varias grandes ciudades tuvieron lugar manifestaciones por unas elecciones honestas.

El mayor nivel de descontento de los rusos fue registrado en febrero de 2011, cuando aumentaron notablemente los precios al consumo, explicó a RIA Novosti el presidente de la Fundación Opinión Pública, Alexandr Oslon. Durante el año el número de los ciudadanos descontentos se mantuvo en torno al 40%, en otoño descendió hasta 37 y para enero estaba en el 36%.

“El permanente descontento de los rusos no está relacionado con los resultados de las elecciones parlamentarias, sino que se debe a muchos factores de diferente índole, como por ejemplo, la subida de tarifas de los servicios públicos, bajos sueldos, desempleo, abusos de la policía, etc”, explicó el sociólogo. “Los ciudadanos tienen pretensiones muy diversas, pero su cantidad sigue siendo la misma”, añadió.
Los resultados de los sondeos sobre la disponibilidad de participar en las manifestaciones, marchas y acciones de protesta durante 2011 también muestran estabilidad. El numero de los que contestaron afirmativamente bajó del 23% en febrero hasta el 20% en septiembre y en los últimos meses se mantiene en torno al 16% o un 17%, informó Oslon.


Del dicho al hecho


Hoy en día del 11% al 13% de los rusos están dispuestos a expresar su descontento por los resultados de las legislativas. Sin embargo, los expertos señalan que estas cifras no están directamente relacionadas con el número de personas que saldrán a la calle a protestar el próximo 4 de febrero. Entre la disponibilidad y la acción real hay mucha diferencia.

“Del dicho al hecho hay mucho trecho”, apunta el director general del VTsIOM, Valeri Fiódorov, “y uno de cada tres ciudadanos cada mes declara que está dispuesto a salir a la calle, pero luego no sale”.

Los sondeos reflejan únicamente los sentimientos de la población. Pero el paso de las palabras a la acción ocurre sólo cuando hay personas dispuestas a organizar la protesta. “Para estas acciones hace falta cierta infraestructura, que pudimos observar en Moscú en diciembre”,  señaló Alexei Grazhdankin.

El factor específico que sirvió de base para esta infraestructura fue la penetración de Internet y las redes sociales en la vida de los moscovitas, que hizo posible la coordinación de miles de manifestantes. La comunicación en la red se convierte en la principal muy rápido, las personas se encuentran, se conocen y se transmiten ideas. De esta manera el activismo social se convierte en una moda, opina Valeri Fiódorov.

“Estimo que la base real de los participantes en las acciones de protesta son unas 120.000 personas”, señaló el director general de la Agencia de Comunicación Política y Económica, Dmitri Orlov, “todas están unidas por las redes sociales”.


Protesta de la “clase creativa”

Muchos expertos definen a la mayoría de los manifestantes en la capital rusa como la “clase creativa”. Es un fenómeno principalmente capitalino, con una nueva clase social que genera impulsos económicos y marca tendencias mientras ven su vida como un “proyecto” creativo  y su estado actual como parte de una trayectoria.

“Frecuentemente, son gente de profesiones liberales, aunque a veces aparecen en los grupos sociales otras menos flexibles, como el funcionariado o los ejecutivos de empresas”, explicó Alexander Oslon.

Según él, los representantes de la clase creativa en Rusia se ven actualmente en una situación desfavorable, ya que encuentran muchos obstáculos en su camino hacia el éxito y llevan mucho tiempo acumulando los sentimientos negativos.


La motivación ha cambiado


El descontento de los ciudadanos disminuirá si el gobierno toma medidas para prevenir infracciones durante las próximas elecciones presidenciales, opina Dmitri Orlov.

“Si el gobierno mantiene una postura activa para promover las elecciones honestas, lo que está haciendo Vladimir Putin, la mayoría de los rusos se quedará satisfecha con estos argumentos” señaló. “Los argumentos, desde luego, deberán ser reales y convincentes, por ejemblo las urnas transparentes o videovigilancia en las mesas electorales”, añadió.

No obstante, el tema de las elecciones honestas está desapareciendo de la motivación de los participantes de protestas. Los sondeos realizados por la Fundación Opinión Pública en diciembre y en enero revelan que en un mes cambiaron las respuestas a la pregunta “¿Por qué motivo la gente ha salido a la calle?”.

En diciembre la respuesta más popular fue “indignación ante los resultados electorales” (36%), mientras en enero solo el 13% de los encuestados respondieron así. En cambio, aumentó el número de respuestas como “descontento con la gestión del gobierno” (del 7% en diciembre a 9% en enero), “lo difícil que está la vida” (de 3% a 9%), “participación ciudadana” (de 4% a 6%).

Según expertos, la reacción emocional que se manifestó en las protestas masivas tras las elecciones tuvo que llenarse de un sentido. Los sentimientos de protesta tuvieron que racionalizarse. Cada grupo social identificó su descontento con contenidos diferentes, unos con la desigualdad social e injusticia, otros con los defectos del sistema político.

“De hecho, las elecciones sirvieron de pretexto para expresar el descontento”, afirma Alexander Oslon. “La principal pretensión no era radical, era un intento de atraer la atención de las autoridades a la situación desfavorable de la clase creativa. Las demandas radicales de destituir el gobierno actual se deben a una reacción puramente emocional. No existe una respuesta adecuada a la pregunta “¿y luego qué?”.
A pesar de que la llamada clase creativa no es muy numerosa, el experto señala que es muy influyente en la sociedad ya que encarna sus ambiciones y energía.

“Las personas quieren ver una reacción constructiva. Necesitan que la situación cambie y deje de obstacularizar su desarrollo”, concluye el presidente de la Fundación Opinión Pública.

LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI

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