¿Los hombres ya no son cazadores? ¿Ahora les corresponde a las mujeres dar el primer paso?
Se me ocurrieron estas preguntas después de que saliera la última edición de la revista rusa Marie Claire mientras que nuestra oficina volvió a convertirse en una agencia de citas 24/7. Tradicionalmente, el mes de febrero, realizamos el proyecto Los Mejores Solterones del Año. Publicamos una serie de fotos de chicos solteros elegibles, acompañadas por entrevistas breves y un correo electrónico especial para que las lectoras puedan contactarse con los hombres que más les gustó.
Este año publicamos los perfiles de cincuenta hombres, de 21 a 45 años, de ellos un tercio fueron de Estados Unidos y Europa Occidental, el resto de Rusia. Como siempre no hubo escasez de hombres, pese a todos los estereotipos hay un sinnúmero de buenos chicos solteros.
El proyecto fue todo un éxito: desde el día cuando Marie Claire apareció en los quioscos, empezamos a recibir docenas de mensajes diarios, escritos por chicas de todos los rincones de Rusia y del extranjero. Algunas de 20 años, pero la mayoría de 30, en sus mensajes explicaban detalladamente cómo tuvieron éxito en sus carreras y lo mucho que querían tener una familia ahora (la mayoría dejaron sus números del móvil, por lo visto, para acelerar el proceso).
La mayoría de chicas adjuntaron sus fotos, algunas bastante picantes. Algunas reportaron a diez correos idénticos y nos pidieron reenviarlos a varios chicos. Otras mandaron cartas en sobres con entradas al cine o exposición para su favorito solterón. “Ésta es mi dirección de trabajo para que me mandes un ramo de flores”, escribió una chica al muchacho quien durante la entrevista confesó que le encantaba regalar flores a las mujeres.
Mi correo electrónico estaba lleno con megabytes de rubias, morenas y pelirrojas, y me quedé asustada. A las mujeres rusas siempre hemos tenido fama de ser fuertes por dentro, pero tiernas y femeninas por fuera. A lo mejor por esta razón todavía les gustamos a los hombres occidentales. ¿Con un proyecto similar deterioramos un poco nuestro estilo femenino, permitiendo a las mujeres no sólo elegir sino que también perseguir? Últimamente he oído numerosas quejas por parte de mujeres de todo el mundo de que los hombres se hacen pasivos y sin iniciativa en las relaciones. Y en Rusia, donde hay tantas mujeres hermosas, las chicas deploran que los hombres están echados a perder. ¿La culpa la tenemos ante todo nosotras, las mujeres?
En los 1990, cuando empecé a salir, mi Biblia de citas fue el célebre libro The Rules (Las Reglas) de Ellen Fein y Sherrie Schneider, dos aburridas amas de casa residentes de Long Island (Nueva York) que se convirtieron en las autoras exitosas. Por todo el mundo fueron vendidos millones de ejemplares del libro que sigue siendo uno de los más populares manuales sobre las relaciones y llamó a volver al período anticuado de los juegos de sexos cuando el hombre era cazador. No llamarle al hombre, nunca decirle al hombre qué tiene que hacer y dejarles a los chicos que sean cazadores, en otro caso la mujer va en contra de la naturaleza, insistieron las autoras.
Por lo ridículo que pareciera, intenté seguir estas Reglas rigurosamente por cierto período. A veces tuvo éxito, pero muchas veces me dejó frustrada, y a los chicos les intrigaba. Así que casi dejé de observar estas leyes para que las relaciones evolucionen como un baile, cuando los dos hacen pasos en el lugar adecuado y momento oportuno.
He preguntado a unos solterones de este año qué opinan si las mujeres toman iniciativa en las relaciones. Parece que los chicos no están en contra. “Hoy en día no es tan fácil encontrar a una pareja, así que falta una facilitación”, dijo uno. “Y si sois pareja, no importa quién ha hecho el primer paso.”
“Los tiempos han cambiado, y el anterior modelo ya no funciona”, reflexionó otro. “Las mujeres modernas buscan lo que quieren, y no veo nada malo en esto.” Seguro que a este hombre, empresario occidental de 33 años, atractivo y exitoso, no le falta atención por parte de mujeres aquí. No obstante, le encantó participar en el proyecto de Marie Claire. “Es fácil encontrar a una chica en Moscú, pero es difícil encontrar relaciones”, dijo.
Y tiene plena razón. En otro caso no encontraríamos a tanto número de solterones para nuestro proyecto anual. Además, es verdad que las chicas queremos mucho encontrar a nuestra media naranja, pero somos selectivas a la hora de elegir. Justo como lo destacó otro solterón, “no importa lo amplio que es la oferta, uno tiene que comportarse como hombre con la chica, si no pronto lo abandonará”.
*Svetlana Kolchik es directora adjunta de la edición rusa de la revista Marie Claire. Se graduó de la Universidad Estatal de Moscú, facultad de Periodismo, y la Universidad de Columbia, Escuela de Estudios Avanzados de Periodismo, colaboró para el diario Argumenti I Fakti en Moscú y el USA Today en Washington, con RussiaProfile.org, ediciones rusas de Vogue, Forbes y otras.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI
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