“¡El tipo me gusta, de verdad, pero no podría votar por él porque no está casado y a su edad esto es muy sospechoso!”
Así dijo mi masajista sobre el candidato presidencial Mijaíl Projorov, magnate empresarial de 46 años, mientras masajeaba mi espalda hace unos días. (En vísperas de las próximas elecciones presidenciales en Rusia las conversaciones políticas de todo tipo prevalecen incluso en los salones de belleza moscovitas.)
“Rusia es un país muy tradicional para votar por un presidente solterón de 4 años, ¿no le parece?”, señaló mi masajista.
Yo también me quedé pensando en esto pero luego me pregunté, y ¿por qué no? Por primera vez en la historia moderna tenemos un candidato relativamente joven, atractivo y exitoso en negocios... y soltero. Curiosamente, se preocupa poco de su estatuto pese a numerosos rumores y especulaciones, desde problemas de salud hasta sospechosos valores morales y las insinuaciones de que sea homosexual.
Lo que me parece más sospechoso son las dominantes actitudes obsoletas y hasta hipócritas aquí. Rusia es líder de los países del hemisferio occidental por el número de divorcios e infidelidades. Estudio revelan que más del 50% de los matrimonios se rompen y los casos de engaño por parte de los hombres rusos casados alcanza el 75%.
Aun así es increíble el número de los rusos que apoyan las ideas conservadoras de que la vida privada de una persona debe corresponder a lo que se entiende como “normal” y socialmente aceptable. (¿Me gustaría saber si de verdad todos estos “tradicionalistas” creen honestamente en lo que sermonean o sólo lo fingen?)
En los tiempos soviéticos a un hombre divorciado, o incluso peor, todavía soltero a cierta edad lo etiqueteaban “moralmente inestable”. Podía tener problemas si quería afiliarse al Partido Comunista, tenía pocas posibilidades para un ascenso profesional y no podía salir del país. En el pasado uno podía hacerse marginal por la “inestabilidad moral” siendo todavía muy joven, a la edad de 25 años. Ahora la fecha límite se ha aplazado hasta la mediana edad. Pero, la idea de que “algo le está pasando al hombre si no se casó a los 35 o 40 años” sigue siendo muy popular entre ciertos grupos sociales de Rusia.
Aunque en la edición rusa de Marie Claire tratamos de estar aparte de los asuntos políticos, últimamente mis colegas también se han vuelto locos investigando la vida privada de los que están en el poder o aspiran a obtenerlo. Les pregunté a mis colegas si de verdad les importaba el estatuto matrimonial de los candidatos presidenciales.
Resultó que para algunos sí era importante.
“Un solterón o el que tenga una situación familiar confusa no debe postularse para las presidenciales”, dijoGeorgui Kesoyan, editor principal, casado desde hace tiempo y con dos hijos, y agregó que “la familia es todo, demuestra tus valores y prioridades, y revela bien qué tipo de presidente podría ser esta persona.”
Mientras que muchos otros colegas míos no tienen nada en contra de la soledad del Sr. Projorov, algunos quedan sorprendidos: qué le pasa al tipo si todavía no tiene hijos. Aparentemente, en Rusia el hecho de tener hijos extramatrimoniales o de diferentes mujeres o apoyar a varias familias se considera no sólo algo “normal” sino que muy “varonil”.
“Lo que me peocupa no es que este hombre nunca se ha casado sino que no tiene hijos”, dijo la editora jefa Olga Zaretskaya. “Es un poco raro. ¿Y si tendrá problemas de salud? ¿O será egoísta e irresponsable y opta por no preocuparse de nadie?”
Creo que estas actitudes reflejan bien el lugar donde se encuentra la Rusia actual, en un cruce entre la emancipación y la tradición, estándares dobles rudimentales y opiniones progresistas evolucionadas, anhelando cambios y teniendo miedo a lo nuevo y original.
Para mí el estatuto matrimonial del hombre sería importante si yo saliera con él y le entregara mi corazón y todo lo demás. Y si se trata de la votación, eligiría a uno quien es honesto y transparente en sus anhelos, sea casado, soltero o divorciado.
Cuando el presidente francés, Nicolas Sarkozy, se divorció de su esposa y se casó con la ex modelo Carla Bruni, su ranking disparó. Es mejor ser soltero que tener una familia o una ilusión de familia, y mejor sin la primera dama que con una cuya presencia es formalidad.
El problema clave de Rusia es que no tenemos confianza a los que están en el poder. Cuanto más alta es la posición de los políticos, más distantes están de las personas a las que son supuestos a representar. Muchas veces les falta integridad o parece que el misterio y la inaccesibilidad definen su estilo gobernante. El ser abierto y sincero sobre los asuntos fundamentales le hace a uno más humano.
Vivimos en una época cuando el creciente número de personas posterga la familia y opta por la carrera. El Sr. Projorov resaltó que pronto crearía una familia. En un documental sobre él difundido hace poco por la televisión nacional bromeó que por el momento estaba dispuesto a “casarse con el país entero”, ya que podría dedicar todo su tiempo a los asuntos estatales.
Parece que al expresar tan abiertamente que es soltero, puede obtener un par de votos femeninos más. “Un presidente sin compromiso, todavía joven, es muy sexual, ¿no?”, dijo la editora de moda de Marie Claire Ekaterina Dorokhova. “No es que sueñe con hacerme la primera dama, pero es emocionante la idea de que cualquier chica todavía puede ocupar este lugar.”
*Svetlana Kolchik es directora adjunta de la edición rusa de la revista Marie Claire. Se graduó de la Universidad Estatal de Moscú, facultad de Periodismo, y la Universidad de Columbia, Escuela de Estudios Avanzados de Periodismo, colaboró para el diario Argumenti I Fakti en Moscú y el USA Today en Washington, con RussiaProfile.org, ediciones rusas de Vogue, Forbes y otras.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI
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