Las elecciones en EEUU aburren pero no están decididas

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Era la segunda opción en las listas republicanas de cara a los comicios a la presidencia de EEUU, pero Rick Santorum ha retirado su candidatura porque no quiere hacerle sombra al número uno de su partido, Mitt Romney.

Era la segunda opción en las listas republicanas de cara a los comicios a la presidencia de EEUU, pero Rick Santorum ha retirado su candidatura porque no quiere hacerle sombra al número uno de su partido, Mitt Romney.

Ha sido un paso previsible, lógico. Y a juzgar por la encuesta publicada por el rotativo Washington Post y ABC News, a Estados Unidos le espera una de las elecciones más aburridas de toda su historia.

No, la carrera electoral no mostrará a dos rivales de potencial equivalente, no habrá el cuerpo a cuerpo estimulante de dos personalidades brillantes. Las elecciones carecerán de la frescura que tanto gusta al público. Barack Obama ya se ha convertido en una figura habitual en la vida diaria del país, pero su oponente republicano Mitt Romney ya ha tenido tiempo de suscitar cierto hartazgo, incluso entre sus potenciales electores, durante el proceso de ganarse el derecho a luchar por la presidencia por su partido.

¿Finalmente será Mitt?

La semana pasada, tras su victoria en las primarias republicanas de Winconsin, Maryland y la capital de Columbia, se le comenzó a notar ya cierto cansancio. Comenzó a equivocarse en declaraciones y a pronunciar cosas absurdas hasta terminar por desaparecer de la vida pública durante los últimos días.

Es posible que se haya permitido un respiro, aunque formalmente aún es candidato y la batalla no está ganada, pues parece que Romney ya ha reunido la cantidad necesaria de votos. Al menos eso mismo dice la encuesta del Washington Post, según la cual un 44% de los republicanos le quieren como candidato a la presidencia.

También es verdad que un 25% de los mismos electores no quería que Rick Santorum se retirara de la carrera a la Casa Blanca. Entre ellos hay un sector especial: los protestantes estadounidenses, quienes en el fondo siempre comprendieron que Santorum no tenía el fuste suficiente para ser presidente, pero les encantaban sus sermones preelectorales. Sin embargo, el pastor ha terminado incluso más exhausto que Romney.

En resumidas cuentas, los conservadores estadounidenses ya han elegido a su paladín. Al menos en un principio, aunque hace unos días, el New York Times publicaba un artículo titulado ‘¿Finalmente será Mitt?, ¡Oh, no!’. El electorado republicano esperaba una reforma total del ideario de su partido, que había sido desvirtuado por el expresidente, George Bush. Y eso incluía una total renovación en las figura de sus representantes. Se buscaba savia nueva. Por eso, ante el hecho de que no se ha podido encontrar a nadie mejor que Romney, entre la parroquia republicana ha cundido la decepción.

Así que, por lo que parece, no se ha producido el milagro esperado y los republicanos no han logrado encontrar a un nuevo Ronald Reagan que logre hacer remontar el vuelo.

Las mujeres prefieren a Obama

En la encuesta encargada por los dos medios de comunicación más influyentes del país hay muchos datos interesantes: para empezar, el actual presidente es el principal favorito y hoy vencería a su rival por una diferencia del 51% frente al 44 % de los votos (un 5% todavía no se ha decidido). Es cierto que en 1988 George Bush padre comenzó la campaña con un peor balance de intención de voto y terminó en la Casa Blanca.

Por lo que respecta a los grupos de población, hay que señalar que el 90 % de la población negra tiene pensado votar por Obama (cosa lógica, por otra parte), pero la intención de voto del numeroso colectivo hispano no está clara y está considerada como reserva de voto de Romney.

El talón de Aquiles del actual inquilino de la Casa Blanca es su gestión económica. En este punto no hace falta comprobar los resultados de las encuestas para darse cuenta que Obama está triste, no se enardece como antes y con cierta timidez asegura a los ciudadanos de su país que las cosas van mejorando. Sin embargo, el electorado demócrata no está contento y se queja de la subida de los precios de los carburantes, del desempleo y de la impotencia de Obama para responder a las zancadillas de los republicanos en el Congreso, orientadas a bloquear las medidas económicas del gobierno.

Paradójicamente el candidato Romney, un hombre bien parecido, no gusta a las mujeres, independientemente del color de su piel y sobre todo a las que tienen una formación universitaria. Ellas prefieren a Barack, como también lo hacen los votantes jóvenes de hasta 29 años.

Con Romney se quedan los hombres de formación media. Probablemente porque les produce una sensación de cercanía, de ser un hombre simpático y agradable.

De todo este batiburrillo de datos y estadísticas, el hecho de que Mitt Romney no guste a las mujeres es lo más relevante. Por lo que parece, a los republicanos su conservadurismo recalcitrante les ha reportado más perjuicios que beneficios. El discurso es demasiado anticuado y contiene demasiadas cosas que no gustan a las féminas.

Al parecer los resultados de los últimos sondeos de opinión ya han sido analizados y se ha llegado a la conclusión que la ideología republicana de cara a los cambios de la época posterior a Bush es demasiado masculina. Y a las mujeres les gustan mucho más las propuestas demócratas de ayuda a la infancia, a los mayores y a los enfermos.

Estados Unidos y Japón. Realidades diferentes

La persona ideal para valorar las peculiaridades de la situación política estadounidense sería alguien de fuera, por ejemplo un japonés. Mitsuesi Nisimura fue embajador de Japón para los asuntos del medio ambiente y tuvo la oportunidad de viajar por todo el mundo en calidad de observador.

La campaña electoral en EEUU la ve así: “Japón y Estados Unidos, evidentemente, no comparten los mismos valores y puntos de vista. No obstante, mi país debe comprender el trasfondo final de este peculiar combate de boxeo que está teniendo lugar en América, sobre todo cuando se trata de una severa disensión ideológica que, tras 120 años, amenaza por dividir Estados Unidos”, dice el diplomático.

Y el trasfondo de la cuestión, según el ex embajador, podría estar en que Estados Unidos siempre rechazó el colectivismo que tan cercano es a la mentalidad japonesa, y lo confió todo a la voluntad del individuo.

Hoy esta ideología, esta forma de vida, y, sobre todo sus resultados, ha llevado a una quiebra social radical entre pobres y ricos. Los republicanos no están sabiendo reaccionar ante esta situación. Un japonés ve en esta situación una deriva del conservadurismo norteamericano hacia un peligroso extremismo, que va más allá de lo racional y positivo para los mismos republicanos: “En resumidas cuentas, ante nosotros se dibuja una situación de crisis”.

Y lo peor de la situación es que todo esto no garantiza la reelección de Barack Obama como presidente, como tampoco, en el caso de que lo consiga, que continúe en su puesto durante todo su mandato, porque puede que los republicanos se aclaren y se reagrupen.

En tiempos de grandes cambios ideológicos, todo puede pasar.

LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI

 

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