El aburrido 'Mundo del mañana' de Julian Assange

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El pasado martes 17 de abril arrancó el proyecto exclusivo de televisión de Julian Assange, ‘El mundo del mañana’, (The World Tomorrow) en la cadena rusa RT financiada por el gobierno de Rusia.

El pasado martes 17 de abril arrancó el proyecto exclusivo de televisión de Julian Assange, ‘El mundo del mañana’, (The World Tomorrow) en la cadena rusa RT financiada por el gobierno de Rusia. El nombre del programa del fundador Wikileaks, a propósito o por casualidad, juega con el nombre del propio canal de televisión, cuyas siglas RT se traducen como Russia Today.

RT, que emite su contenido para una gran audiencia en todo el mundo en inglés, árabe y español, no reveló hasta el final el nombre del primer invitado de Assange en el programa que, según su lema, tiene por objetivo “mantener el periodismo honesto” (‘To keep journalism honest!’). “No queremos desvelar la intriga y revelar el nombre del primer invitado al programa de Assange, pero podemos decir que a causa de este invitado y de esta entrevista, no me sorprenderé si nos acechan desbocados halcones, que poco respetan la libertad de prensa y nos exigen cerrar el programa”, dijo la editora jefe de RT, Margarita Simonián.

El primer invitado del programa ‘El Mundo del mañana’ resultó ser Hassan Nasrallah, líder del grupo libanés chií Hezbolá (Partido de Dios). Los invitados de otras nueve ediciones que quedan se mantienen en secreto. En el video de promoción Assange dice que le hubiese gustado invitar al estudio a Mijaíl Jodorkovski, el exmagnate petrolero, pero no puede hacerlo por escontrarse éste recluido.

Anteriormente, Margarita Simonián había declarado que la dirección del canal no quiere entrometerse en la política del programa que es responsabilidad del autor del proyecto Julian Assange.

Ahora, tras la primera emisión en el aire se sabe cómo es el mundo del mañana del fundador de Wikileaks y se puede analizar si su autor está preparado para convertirse en una estrella del periodismo televisivo y qué es lo que busca en una cadena de TV rusa.

La forma y el contenido del Mundo del mañana

El mundo del mañana es un programa de formato estándar de “cabeza parlante” de los que abundan en todos los canales de televisión. El escándalo que suponían las figuras tanto del invitado como del presentador fue nivelado con la falta completa de dramaturgia e información nueva para los espectadores interesados en los temas discutidos.

El proyecto carece de idea original en cuanto a dirección de escena o, al menos, al decorado. Las entrevistas se graban en una modesta habitación, el lugar real donde Julian Assange se encuentra bajo arresto domiciliario, equipado de un par de cámaras y un monitor para conversar con el invitado virtual.

En la primera edición Assange aparecía acompañado de dos traductores simultáneos uno de los cuales traducía las preguntas del presentador y el otro las respuestas del entrevistado. La mayor parte del programa, que duró 26 minutos, en las pantallas se veía la cabeza parlante del líder de una organización que no desprecia los métodos terroristas para conseguir sus objetivos. Al principio Assange recordó que desde 2006 este político radical árabe no había tenido la posibilidad de expresarse a través de los canales occidentales. Luego se habló de la historia de Hezbolá, de su lucha contra Israel por los derechos de los pueblos palestino y libanés y de la situación actual en Siria. Nasrallah recordó el heroísmo de la resistencia árabe en 2006 durante el conflicto Israel-Líbano; que EEUU intenta desacreditar Hezbolá; que Estados Unidos, que presumen de ser el baluarte de la libertad de expresión, en práctica la limita bloqueando en su territorio la emisión de la estación libanesa de televisión por satélite, Al-Manar.

La actitud de Assange durante la entrevista era más bien pasiva, se limitaba a hacer las preguntas preparadas que tenía en un papel: como presentador no vale gran cosa.

La única pregunta más o menos controvertida que hizo se refería a la situación en Siria. Assange quiso saber por qué Hezbolá había apoyado la “primavera árabe” en Túnez, Egipto y Yemen, pero no lo hace en Siria, y dónde está el límite tras el cual Hezbolá dejaría de apoyar el régimen de Bashar Asad: ¿mil muertos? ¿un millón? ¿cuántos?

Nasrallah esquivó la respuesta diciendo que la situación en Siria es muy diferente y confirmó que su organización apoya el gobierno sirio, lo cual no es de extrañar si recordamos que Asad lleva muchos años financiando a este grupo radical libanés.

Al final del programa Assange pidió al líder de Hezbolá explicar una vez más por qué la inteligencia israelí es incapaz de descifrar los mensajes secretos de los rebeldes libaneses aunque éstos no utilizan códigos ni claves complicados. Nasrallah reveló que la mayoría de los miembros de la resistencia en Líbano proceden de zonas rurales del país y hablan un dialecto local absolutamente incomprensible para los que no crecieron allí.

Concluía la aburrida (en mí opinión) entrevista, que para mí no contenía ninguna información nueva, con una declaración del invitado de que la cuestión de resistir a la hegemonía estadounidense es una cuestión moral e instintiva y también humana. Más es así para el que profesa una de las religiones abrahámicas.

Assange y el periodismo

En el mundo y en Rusia la actividad y la figura de Julian Assange provocan polémicas profundas. Para unos es un héroe, luchador por la libertad de la información, la diplomacia transparente, la antiglobalización y el periodismo honesto. Para otros, un marginado que recurre a métodos ilegales para obtener información, compromete a personas inocentes y desacredita la profesión del periodista. El primer punto de vista lo defiende Vitali Leibin, editor de la revista Reportero Ruso, que publica en exclusiva todos los materiales de Wikileaks en Rusia. Afirma que no existe ninguna prueba de que las filtraciones de Wikileaks hayan perjudicado a alguien en concreto.

“Sabemos muy bien que muchos medios prestigiosos, tanto rusos como occidentales, utilizan fórmulas tipo: ‘Según una fuente anónima de alto rango...’. Y hacerlo es menos honesto que citar un documento fidedigno”, opina.

El comentarista de la emisora rusa Kommersant-FM, Konstantín Egguert, sostiene lo contrario y asegura que en Wikileaks no pueden saber si sus filtraciones hubieran perjudicado, por ejemplo, a los colaboradores con la coalición en Afganistán, cuya identidad divulgaron, ya que es imposible averiguarlo. “Tenemos unas ideas muy vagas de lo que está ocurriendo, por ejemplo, en la provincia afgana de Gilmend. Pero es lógico suponer que estas personas, como poco, se vieron en la situación que se amenazaba su vida”, opina Egguert. “El periodista tiene que actuar pensando siempre en los resultados de sus publicaciones”, añade.

El comentarista de Kommersant-FM cree que lo que hace Assange no puede calificarse de periodismo. “Se puede llamar actividad ciudadana, actividad política. Pero no es periodismo. El periodismo supone que los hechos se publican previa investigación, comparación de datos, análisis, comentario. La actividad de Wikileaks carece de estos elementos”. En cambio, subraya el periodista, contiene otros elementos, como la obtención ilegal de información.

“En cuanto a los métodos, Wikileaks, a diferencia de los hackers del grupo Anonymous, no es responsable del robo de los documentos que publica”, replica Vitali Leibin. “Es una plataforma abierta para cualquiera que desee hacer públicos algunos datos sin que se diera a conocer la procedencia de los mismos”.

Leibin destaca que el éxito periodístico de Watergate (un escándalo que costó el cargo al presidente de EEUU Richard Nixon) se debió a la publicación de unos documentos cuya procedencia era aún más confusa. “Tampoco conozco quién y para qué filtro los documentos de la Cámara de Cuentas rusa sobre la petrolera Transneft al bloguero y activista opositor Alexei Navalni”, dice el editor de Reportero Ruso. “Sin embargo, en el caso de Wikileaks lo sé, por eso para mí es una historia más limpia”, añade.

No obstante, Leibin y Egguert coinciden en que la actividad de Wikileaks y Julian Assange es utópica. Pero el primero confía en que los utopistas hoy en día son los portadores de valores auténticos y determinan el desarrollo de la evolución social, mientras que el segundo está seguro de que las ideas anarquistas demostraron su ineficacia y es lógico que el gobierno se oponga a ellas ya que amenaza la normalidad de su funcionamiento.

Assange, Rusia y EEUU

No es ninguna casualidad que Julian Assange haya optado por lanzar su proyecto en la cadena rusa RT. Según Vitali Leibin, fue el primer canal de televisión que le entrevistó a él al conocerse que su revista, Reportero Ruso, publicaría las filtraciones de Wikileaks.

La dirección de RT declara que presenta un punto de vista de lo que sucede en el mundo diferente al de las cadenas globales de televisión en el Occidente. Por lo tanto no es de extrañar que muestre tanto interés a las figuras como Assange. El propio australiano había confesado en varias ocasiones que uno de sus principales objetivos es la lucha contra las superpotencias y EEUU como la mayor de ellas.

El fundador de Wikileaks se encuentra bajo arresto domiciliario en Londres desde hace más de un año pendiente de ser entregado a las autoridades judiciales de Suecia que le imputan cargos de acoso sexual y violación. Los partidarios de Assange denuncian el carácter claramente político de la persecución contra él. El primer ministro ruso Vladimir Putin calificó la detención de Julian Assange de contraria a los principios de la democracia.

Wikileaks tiene serios problemas financieros ya que bajo la presión del gobierno de EEUU, preocupado por las filtraciones de los documentos secretos relativos a las operaciones militares en Afganistán e informes de sus diplomáticos de todo el mundo, los grandes sistemas de pago Pay Pal, Visa y MasterCard bloquearon donaciones para la organización.

La situación económica de propio Assange también es complicada. “Estos proyectos para él significan un poco de libertad y aire fresco pero también algo de dinero”, dice Vital Leibin.

Para largo plazo el proyecto conjunto con un canal como RT más bien perjudicaría la reputación de Assange, cree el comentarista de Kommersant-FM, Konstantín Egguert, añadiendo que el australiano se ha convertido en el héroe de los radicales de izquierda y conspirólogos de todo el mundo. “No me sorprendería si en su programa aparecerán Mahmud Ahmadineyad, Hugo Chávez, Noam Chomsky y otros ídolos de los intelectuales antiestadounidenses”, dice Egguert.

Sin embargo, el presidente del Consejo de Política Exterior y Defensa de Rusia Serguei Karagánov no cree que Assange sea enemigo del Departamento de Estado de EEUU ni que su colaboración con el canal ruso financiado por el gobierno pueda perjudicar las relaciones bilaterales entre Moscú y Washington.

En general Karagánov cree que el mundo actual es diferente y no depende tanto de las relaciones entre Rusia y EEUU como antes. “Incluso las acusaciones que se lanzan contra Rusia desde las más altas tribunas de EEUU de apoyar el régimen sirio no le preocupan al Kremlin ni al resto del mundo. El programa de Assange sería interesante si a través de él contara algo serio que no ha sido publicado en la web. Pero Assange no provocó ninguna revolución en el mundo. La diplomacia estadounidense perdió algo de prestigio, esto es todo”, afirma el experto.

Parece que el formato actual del programa ‘The World Tomorrow’ no prevé que su presentador lea en el aire las filtraciones sensacionales, así que los próximos capítulos seguirán siendo sosos y mal hechos. Pero es el producto del propio Assange y su elección, la cadena RT sólo adquirió derechos de emisión.

Anteriormente un portavoz de WikiLeaks declaró que porsteriormente Assange concedería estos derechos a las televisiones de todo el mundo.

LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI.

 

 

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