Buscando un nombre para tachar el de Mubarak

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El pasado lunes por la noche fueron hechos públicos en Egipto los resultados de la primera vuelta de las elecciones presidenciales.

El pasado lunes por la noche fueron hechos públicos en Egipto los resultados de la primera vuelta de las elecciones presidenciales.

De los trece candidatos que anunciaron su disposición a competir, en la segunda vuelta participarán solo dos. Por un lado, el representante del ala moderada de los Hermanos Musulmanes, Mohamed Mursi, que se presentó por el Partido de la Libertad y la Justicia. Y por otro, el último presidente del Gobierno del régimen de Mubarak, el excomandante de las Fuerzas Aéreas de Egipto, el general Ahmed Shafik. Se enfrentarán en la segunda vuelta que ha de celebrarse los próximos días 16 y 17 de junio.

En estos momentos, ambos candidatos se dedican a atraer a todos aquellos electores que votaron en su contra. Así, Mohamed Mursi ya ha anunciado que en caso de obtener victoria, designará a dos de los candidatos a presidente que no llegaron a la segunda vuelta para cargos de vicepresidentes del Gobierno. Se estaba refiriendo a al candidato izquierdista Hamdin Sabahi y al candidato independiente islamista Abu Al-Futuh, que acabaron la carrera presidencial el tercero y el cuarto, respectivamente.

Ahmed Shafik, por su parte, declaró: “No hay vuelta atrás, la época de Mubarak no volverá nunca”. Apela, en primer lugar, a la juventud liberal y todos los que votaron contra los islamistas, los liberales de tendencias pro occidentales, los funcionarios y las clase media.

Una difícil elección

En la primera vuelta Mohamed Mursi reunió un 10% de votos más que su principal rival. No es mucho, pero tampoco es una insignificancia.

A primera vista podría parecer que ambos candidatos tienen posibilidades iguales en esta lucha, con una ligera ventaja de los islamistas por ser más numerosos y mejor organizados que los representantes del bando liberal. Serían capaces de lograr que sus partidarios que no votaron en la primera vuelta acudan a las urnas.

Sin embargo, lo más importante para el futuro presidente egipcio no será la ideología, sino la capacidad de dar solución a los problemas a los que se enfrenta el país, de unos 80 millones de habitantes. Los más graves de ellos son la pobreza y el desempleo.

Bajo el régimen de Hosni Mubarak los islamistas estaban “fuera de la ley” y el lema “El Islam es la solución de todos los problemas” gozaba de popularidad entre las capas más desfavorecidas y analfabetas del pueblo egipcio (el 40% de los habitantes del país son casi completamente analfabetos).

No obstante, si las fuerzas que anteriormente estaban en la oposición llegan al poder, tendrán que demostrar de manera real y no declarativa que están habilitadas para gobernar el país. Pero el general de aviación Ahmed Shafik, en caso de ser presidente, tampoco lo tendrá nada fácil. Se apoya en los funcionarios de la época de Mubarak con sus reputaciones empañadas y la junta militar de Mohamed Hussein Tantawi que está a poder actualmente. Tan solo en el último año ha despilfarrado 19.000 millones de dólares, lo que equivale a la mitad de la reserva nacional en oro y divisas.

De modo que los votantes egipcios tendrán que hacer una difícil elección, entre los islamistas por una parte y los militares y los burócratas por otra.

Un país sin Constitución tendrá un Presidente con potestades a determinar

El futuro de Egipto es más incierto por no conocerse todavía las potestades del futuro presidente del país. Con Mubarak era una república presidencial con un presidente-dictador.

Tras el derrocamiento de su régimen, la anterior Ley Fundamental fue suprimida, pero la nueva todavía no ha llegado a redactarse. Se encarga de ello el Parlamento, compuesto en un 80% por los islamistas. En estos momentos los parlamentarios se mantienen a la expectativa: si se llega a elegir a Mohamed Mursi, es muy probable que se redacte una Constitución apropiada. En caso de triunfar Ahmed Shafik, los islamistas intentarán reducir al máximo las potestades presidenciales y crear una especie de república parlamentaria.

Relaciones con Occidente y Oriente

No es ningún secreto que a lo largo de los últimos 40 años las relaciones de los líderes egipcios Anwar El-Sadat y Hosni Mubarak con Estados Unidos garantizaban la estabilidad política y económica del país.

Los islamistas más intransigentes, los musulmanes salafitas, junto con parte de los representantes de los Hermanos Musulmanes prometen en caso de su llegada al poder romper el Acuerdo de Camp David que establecía paz entre Egipto e Israel. Por lo visto, se les ha olvidado que, de acuerdo con el mencionado documento, Egipto recibe anualmente de EEUU 2.200 millones de dólares en calidad de ayuda financiera para cubrir necesidades militares.

Tampoco parecen acordarse los salafitas de que el turismo representa una de las principales fuentes de ingresos de la economía nacional, después de los beneficios que recibe el país de canal de Suez. Y el moderado islamista Mursi, en caso de convertirse en presidente, habrá de llegar con los países occidentales a una fórmula de compromiso al respecto y aprender a vertebrar el mismo tipo de relaciones que mantenían con ellos sus antecesores. Lo que significa que tendrá que alejarse de la ideología y la retórica beligerante propia de los islamistas.

Ahmed Shafik únicamente tendrá que confirmar la continuidad del curso político de sus antecesores.

Los islamistas del Partido de la Libertad y la Justicia ya aseguraron al principal monitor de las elecciones presidenciales, el antiguo presidente de Estados Unidos, Jimmy Carter, que, en caso de triunfar en la segunda vuelta Hermanos Musulmanes no denunciarán el Acuerdo de paz con Israel, firmado con la mediación del político estadounidense.

A primera vista podría parecer que Egipto está en una encrucijada. En realidad no tiene otra opción que mantener unas relaciones de cooperación con Occidente y con los vecinos árabes, incluidos aquellos que han pasado por la “primavera árabe”.

LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI

 

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