Guennadi Gudkov, de oficial de la KGB a opositor a Putin

© RIA Novosti . Vladimir Fedorenko / Acceder al contenido multimediaGennadi Gudkov
Gennadi Gudkov - Sputnik Mundo
Síguenos en
Después de afrontar su expulsión del Parlamento, el diputado opositor y ex oficial de la KGB, Guennadi Gudkov no podía ni imaginar que el futuro sería “la noticia más importante en Rusia después de Pussy Riot”, como comenta en tono jocoso.

Después de afrontar su expulsión del Parlamento, el diputado opositor y ex oficial de la KGB, Guennadi Gudkov no podía ni imaginar que el futuro sería “la noticia más importante en Rusia después de Pussy Riot”, como comenta en tono jocoso.

“No esperaba en absoluto toda esta atención que se me presta”, comenta mientras avanza ya bien entrada la tarde entre el tráfico de Moscú después de una larga jornada de entrevistas con periodistas de todo el mundo. “En cualquier caso no va a cambiar nada. El Kremlin no va a hacer ningún caso a una cosa tan poco importante –nótese la ironía- como la opinión de la comunidad internacional”. Gudkov, de 56 años,  fue privado de su acta de diputado en la Duma, la Cámara Baja del Parlamento ruso, en una votación el 14 de septiembre, acusado de estar realizando actividades comerciales mientras ha sido diputado, algo que la legislación rusa prohíbe.

La votación se produjo tras una investigación que pedía el levantamiento de la inmunidad parlamentaria, de la que gozan los miembros de la Duma Estatal, para abrir un proceso judicial contra él por la comisión de transacciones comerciales supuestamente fraudulentas, que pueden ser castigadas la cárcel.

El grupo parlamentario de Rusia Unida anunció que de confirmarse las acusaciones contra Gudkov votaría a favor de la expulsión de su expulsión, y contada su ligera mayoría determinó el resultado de la votación que levantó la inmunidad a Gudkov.

Se trata de un caso prácticamente sin precedentes. Gudkov, que ha sido diputado desde 2001, es el segundo parlamentario expulsado de la Duma en la Rusia post-soviética sin una decisión judicial. El único antecedente de privación del acta de diputado por mayoría simple es el de Serguei Mavrodi, responsable del fraude masivo de la empresa de inversiones MMM que privó de sus ahorros a millones de rusos en los 90.

Gudkov sin embargo rechaza las acusaciones y cree que no son más que la venganza del Kremlin por su participación en las protestas masivas organizadas por la oposición a raíz de las controvertidas elecciones parlamentarias de diciembre. “No es más que la respuesta a mis actividades de oposición”, comenta.

Amenaza de tormenta

La investigación de las actividades de Gudkov fue iniciada inmediatamente después de los enfrentamientos entre la policía y los manifestantes que tuvieron lugar en Moscú la víspera de la toma de posesión –por tercera vez- de Vladimir Putin el 7 de mayo. El corpulento y bigotudo diputado considera, sin embargo, que la violencia política no hará sino incrementarse si son puestos fuera de la circulación los que, como él, mantienen posiciones moderadas.

“El Kremlin está cometiendo un gran error”, comenta. “Si logra que personas como yo, que insistimos en el diálogo con las autoridades, nos quedemos al margen del movimiento de protesta, nuestro lugar será ocupado por radicales y extremistas. Y los enfrentamientos con la policía en ese caso no serán para tomárselos a broma”.

Gudkov cree que el intento de sacarle del parlamento es parte de una maniobra más amplia contra las voces disidentes en la que se enmarcarían también las acusaciones de malversación a gran escala contra Alexei Navalni, uno de los líderes de la oposición, en un caso que podría suponer al popular bloguero y líder de la lucha contra la corrupción penas de cárcel de hasta diez años.

Gudkov ha advertido reiteradamente que las tensiones entre el Kremlin y las fuerzas de la oposición podrían conducir a Rusia a una “guerra civil” y asiente con gesto serio cuando se le pregunta si de verdad cree que el país se halla al borde del estallido de enfrentamientos que podrían ser sangrientos. “Estamos ante la posibilidad de un escenario parecido al que vemos ahora en el Cáucaso Norte”, comenta haciendo referencia a la insurgencia islamista de baja intensidad que tiene presencia en casi todo el sur musulmán de Rusia. “Una guerra soterrada capaz de minar el Estado desde dentro”.

Hay que decir que Gudkov tiene olfato para predecir el malestar político. Dos semanas antes de las últimas elecciones parlamentarias de diciembre, pronunció un emotivo discurso en la Duma, advirtiendo a los diputados del partido gobernante Rusia Unida sobre los que calificó como planes para amañar el voto con objeto de asegurar una mayoría parlamentaria que parecía estar desvaneciéndose ante la falta de apoyo de la población.

“Si a uno se le arrincona, se transforma en una bestia”, advierte Gudkov, y en estos momentos se está arrinconando no sólo a la oposición, sino al país entero, prosigue. “En caso de ser manipulados los resultados de las elecciones, la gente se lanzará a las calles e iremos juntos con ellos”, declaró entonces señalando a otros diputados. “No queremos que las cosas sean así, pero nos estáis obligando”, concluyó.

Fue en aquellos momentos cuando la imagen de Guennadi Gudkov sufrió una importante transformación: hasta las protestas del invierno pasado era un obediente miembro del partido Rusia Justa, considerada unánimemente por los expertos como una oposición parlamentaria de postín que no tenía ninguna intención de cambiar su situación.

Sin embargo, al empezar a insinuarse la posibilidad del fraude en las elecciones, Gudkov se unió a los decenas de miles de votantes indignados que pasaron en acción de protesta por las calles céntricas de Moscú, exigiendo unas nuevas elecciones y expresando su desacuerdo con los planes de Vladimir Putin de volver al puesto de presidente después de una pausa que había durado 4 años.

Guennadi Gudkov y su hijo Dmitry (32 años), también diputado, junto con algunos otros parlamentarios se unieron a la oposición, participando en la creación de una frágil alianza entre los políticos de tendencias liberales, los comunistas y los nacionalistas.
“Nos han quitado el Parlamento y las elecciones, en este país no hay democracia”, asegura conduciendo por el centro de la capital rusa, área que acogió el año pasado las primeras protestas masivas. “Y ahora nos están quitando incluso las calles de la ciudad, dice, refiriéndose a la nueva legislación que limita la celebración de acciones de protesta”.

A Gudkov lo sometían a críticas tanto los partidarios del Kremlin como la fraccionada oposición rusa por haber permanecido miembro del Parlamento que el mismo declaró ilegítimo. No acepta acusaciones de hipocresía, insistiendo ”Mire, en el Parlamento puedo poner voz a mi desacuerdo. Incluso en nuestro país falto de democracia uno ha de aprovechar la oportunidad de expresar sus ideas”.

Soñando con ser agente de la KGB

Guennadi Gudkov no es la típica figura de la oposición rusa. Al igual que el presidente Vladimir Putin, es un ex oficial de la KGB y coronel de la reserva del Servicio Federal de Seguridad que reemplazó a la KGB.

“Entré en la KGB a edad de 25 años, pero sentí deseos de hacerlo desde que era alumno del colegio”, recuerda con una sonrisa. “Fue un empleo soñado para cualquier joven, incluso le escribí una carta al entonces Jefe del Comité Yuri Andrópov y obtuve una respuesta. Por supuesto, la había escrito su secretaria, pero estuve realmente emocionado”, añade.

Sintió deseo de convertirse en agente secreto de la KGB a pesar de que su familia había sufrido en la época de Stalin. “Mi abuelo materno fue arrestado y ejecutado. Más tarde el Estado nos presentaría las disculpas oficiales, pero un papel nunca puede sustituir a una persona”, cuenta. Dice que su disposición de unirse a los servicios secretos de la Unión Soviética tenía que ver con “las ganas de traer algunos cambios al sistema”.
“Que recuerde, siempre he sentido que el país se estaba moviendo en la dirección equivocada. Leí mucho cuando asistí al colegio, no todos aquellos tomos escritos por Marx y Lenin, sino libros de verdad y a una edad muy temprana me di cuenta de que se decían unas cosas y se hacían otras. No se podía seguir así”.

Sin embargo, por lo menos en un punto se muestra de acuerdo con Vladimir Putin. “La desintegración de la URSS fue, como señaló Putin en cierta ocasión, el desastre geopolítico más grave del siglo XX. Podríamos haber conservado unido el país, aunque no fuera no como un Estado socialista. En cambio, recibimos numerosas repúblicas separadas”.

Por otra parte, es lo único en lo que coincide con sus antiguos compañeros de oficio. “No creo que en estos momento Putin tenga de mí una opinión especialmente buena”, se ríe, mientras da unos frenéticos bocinazos intentando abrirse un camino en el atasco.

El gusto por el poder de Vladimir Putin

La victoria de Vladimir Putin en las elecciones presidenciales del pasado marzo fue reconocida de mala gana por muchos políticos en la oposición. A pesar de las acusaciones de las posibilidades desiguales y de las infracciones durante el proceso electoral, se admitió que Putin era en aquellos momentos el político más popular del país.
Sin embargo, su popularidad en gran medida se reduce a la creencia de que es la única figura con suficiente experiencia y fuerza de voluntad para evitar la desintegración de Rusia. Gudkov se muestra en desacuerdo con una irritación mal disimulada.

“Se suele argumentar de la siguiente forma, si no es Putin, ¿entonces quién? Pero que en un país de 145 millones de habitantes no haya más gente valiosa hace pensar que se ha fallado a crear un sistema político normal”. “Se decía también “Si no es Stalin, ¿quién entonces?” o “Si no es Brezhnev, ¿quién?”. Lo que ocurre es que con el sistema que tenemos ahora cualquier podría convertirse en un gran líder, digamos, sin estar especialmente capacitado para ello”, precisa.

Al mismo tiempo, Gudkov admite tener buenos recuerdos del primer mandato de Putin. “Parecía que durante los primeros cuatro años lo hacía todo correctamente. Putin inicio algunas reformas muy necesarias en los años posteriores al gobierno de Yeltsin, pero luego todo cambió. En mi opinión, le cogió demasiado gusto al poder y ello le echó a perder”. “Es más presidente de las regiones que de todo el país”, prosigue. “Cuanta menos educación tiene la gente, más le quiere a Putin. Y la diferencia entre el nivel de la educación y del acceso a la información entre Moscú y las regiones rusas es abismal”, subraya. “Las autoridades rusas no necesitan a gente inteligente, porque tiende a hacer preguntas desagradables y poco convenientes”.

El miedo ante las represalias

Reacciona con un fingido enfado a la pregunta de su hijo Dmitri pudo haber influido en su decisión de unirse a la oposición, pero expresa una sincera preocupación por el futuro del joven. “Tiene una visión muy precisa de los cambios que habría que introducir en el Gobierno”, dice. Y creo que en el futuro sabrá aprovechar sus capacidades, por supuesto, si el país no regresa a las represalias del estilo estalinista.

“Porque, sabe, el proceso ha empezado ya. Las más intensas purgas de la época de Stalin, las de 1937, no vinieron así como así, todo ha sido muy paulatino”, advierte Guennadi Gudkov.

No cree que llegue a lamentar en ningún momento su transformación en un representante de la oposición.

“Lo único que lamento es haber nacido en Rusia”, asegura inesperadamente, precisando, sin embargo, que lo dice medio en broma. Los rusos son un pueblo muy patriota e incluso las más intransigentes figuras de la oposición suelen ostentar su orgullo por la Patria.

“Tengo envidia de los habitantes de otros países que gozan de instituciones democráticas, estabilidad social y competencia de verdad”, explica.

“En muchas esferas nos hemos quedado a la zaga de Europa unos 100 años, ni falta que hace mencionar a Estados Unidos, incluso nos están dejando atrás algunos países del tercer mundo”, añade.

“Así son las cosas”, suspira, mientras acude a la oficina de una de las emisoras de radio donde ha conceder una entrevista de turno. “Tenemos un dicho en Rusia, es “La esperanza es la última en morir, siempre hay esperanza, incluso si parece que ya no queda”.

LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI

Lo último
0
Para participar en la conversación,
inicie sesión o regístrese.
loader
Chats
Заголовок открываемого материала