EEUU suele estar tras las tensiones territoriales en Asia

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La entrada de seis buques de patrulla chinos en las aguas territoriales niponas próximas a las islas Senkaku (Diaoyu, según la denominación china) disputadas por Pekín y Tokio no es una declaración de guerra sino solo es una exhibición.

La entrada de seis buques de patrulla chinos en las aguas territoriales niponas próximas a las islas Senkaku (Diaoyu, según la denominación china) disputadas por Pekín y Tokio no es una declaración de guerra sino solo es una exhibición. ¿Qué se demostró? Al menos, que no tiene razón la parte que empieza a actuar bruscamente. Pero si todos actúan de ese modo…

¿Quién es el responsable?

Las islas Senkaku son un grupo de islas situado en el extremo sur del archipiélago japonés. A diferencia de las islas de Kuriles del Sur, que Tokio considera sus “territorios del norte” pero que pertenecen a Rusia, las islas Senkaku están bajo control de Japón.

En ambos casos, se puede decir que EEUU es responsable del contencioso territorial entre Japón y Rusia y entre Japón y China respectivamente. Al término de la Segunda Guerra Mundial, tanto las Kuriles como las Senkaku debían traspasarse a los países aliados en virtud de los acuerdos internacionales. Y esto se debía hacer con la manifestación de la buena voluntad.

La disputa en torno a las Kuriles entre Rusia y Japón pudo arreglarse en 1956, cuando fue firmado el tratado ruso-japonés, según el cual cuatro islas no reguladas quedaron divididas en dos partes, que podrían dar al mundo un buen ejemplo de la solución de contenciosos territoriales.

Pero EEUU impidió a esto, al ejercer presión sobre Tokio. Con la escalada de la Guerra Fría, EEUU hizo de Japón, derrotado en la Segunda Guerra Mundial, su aliado en lucha contra la URSS y China. Al concluir en 1960 el Acuerdo de Seguridad con Estados Unidos, que actualmente sigue en vigor, Japón se negó a cumplir el tratado con Rusia.

Las islas Senkaku formaban parte de la prefectura de Okinawa, ocupada por Estados Unidos y que posteriormente fue devuelta a Japón, aunque de acuerdo con los tratados internacionales firmados al término de la Segunda Guerra Mundial, Tokio tenía que traspasar una parte de Okinawa a China. Se trata de dos 'bombas' de acción lenta que son los contenciosos territoriales en los que Japón puede necesitar ayuda de su aliado, con el que ha firmado el Acuerdo de Seguridad.

Pero hoy en día, la coyuntura ha cambiado. Imaginemos qué sentiría el actual presidente de EEUU, Barack Obama, que aspira a un segundo mandato si enviara al menos un solo buque de patrulla hacia el sur de Japón para amenazar a China.

¿Qué consecuencias podría conllevar esta amenaza incluso si no hubiera crisis política en Oriente Próximo?

Pero si el mandatario estadounidense no envía buques, ¿quiere decir esto que incumple el Acuerdo de Seguridad? En todo caso, el candidato republicano a la presidencia de EEUU, Mitt Romney, no disimulará su opinión al respecto.

La Armada china está por detrás de la estadounidense. Pero no es importante en esta situación, al menos por una causa: Taiwán manifiesta un apoyo incondicional en esta cuestión a Pekín, su rival histórico y político, y no está dispuesto a ayudar a EEUU en este ámbito. El presidente taiwanés ya declaró que las islas Diaoyu pertenecen a China. 

¿Quién provocó la escalada de tensión?

Es difícil determinar quién tiene menos razón en esta historia. ¿Por qué Pekín envió buques de guerra a unas aguas que, de hecho, están bajo control de Japón? Porque el Gobierno japonés decidió adquirir unas islas despobladas del archipiélago Senkaku a propietarios privados nipones.

Y ¿por qué lo hizo Tokio? Porque el pasado 14 de agosto, China y Taiwán volvieron a enviar activistas a las islas Diaoyu para recordar a Japón que están en litigio.

Lo más curioso en esta historia es que, de hecho, los pueblos asiáticos ya hace mucho han mostrado a todo el mundo cómo se pueden resolver tales contenciosos.

En 1972, empezó el proceso de la normalización de las relaciones entre China y Japón, que concluyó con la firma del Tratado de Paz y Amistad en 1978. La partes acordaron dejar la cuestión de las islas Diaoyu para resolverla después, en favor de otros intereses más urgentes para las relaciones bilaterales. Ahora Pekín lo recuerda a Tokio.

La situación con los territorios en disputa en el mar de la China Meridional fue similar. Todos sabían que las islas están bajo el control de los que las administraban en un momento dado y que era necesario no violar los principios acordados. Pero hoy se libra un conflicto tras otro.

¿Qué ha cambiado? ¿Que el mundo bipolar soviético-estadounidense se convierte en  chino-estadounidense? ¿Que EEUU incentiva a los países asiáticos a provocar conflictos con China para ganar más peso en la futura configuración política? Así es, pero existe un problema más.

¿Quién libra guerras?

Según las tesis de la ideología marxista, los Gobiernos imperialistas (corporaciones militares) son los que libran guerras, mientras que los pueblos no están interesados en estas. Posiblemente en 1914 y posteriormente eso correspondía a la realidad, pero la situación actual es distinta.

Los diplomáticos que se ocupan del arreglo de todos los múltiples conflictos en Asia destacan que es posible convencer a Japón para volver a encontrar una fórmula de compromiso con China o Corea del Sur, que asimismo reclaman la soberanía sobre las islas conocidas como Dokdo en Corea y Takeshima en Japón.

Los diplomáticos, sea los nipones, chinos o de cualquier otro país saben resolver disputas, pero últimamente no pueden lograr éxito debido a la debilidad del Gobierno, que depende excesivamente de la opinión pública especialmente en la antesala de unas elecciones. Y el pueblo exige que sus autoridades sean decididas.

Una tesis antimarxista dice que las guerras las libran los pueblos y solo las terminan los gobiernos.

El Gobierno japonés podría renunciar a los planes de comprar las islas en litigio a esos propietarios privados, pero en este caso el pueblo podría exigir su dimisión.

A pesar de que las autoridades chinas no se eligen por voto popular (a diferencia de Alemania, por ejemplo), la opinión pública sí que existe en China, además de la actividad de la sociedad civil. Esto se manifiesta ante todo en lo que se refiere a los japoneses, extranjeros, dignidad nacional, etc.

Es suficiente analizar la información publicada en los medios de varios países para entender lo que pasa hoy en China respecto a las islas Senkaku/Diaoyu.

Los chinos suelen convocar manifestaciones de protesta y huelgas si se les priva de tierras o se echa a los trabajadores a la calle. Ya se ha mencionado cómo es la opinión de los competidores políticos del presidente estadounidense y del electorado respecto a lo que debería hacer la Casa Blanca.

Nuestra época ha experimentado cambios que no son hacia algo mejor. Quizás sea necesario informar a los que quieren ser ciudadanos conscientes de su país, que en este caso deben estar dispuestos a asumir la responsabilidad y saber leer textos más largos que las noticias publicadas en los medios de información.

Quizás sea necesario restringir la omnipotencia de los medios de información en lo que se refiere a la instigación de odio y agresión. Mientras tanto, los diplomáticos hacen todo lo posible para contener la escalada de tensión en las disputas territoriales.

LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI

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