Turquía y Rusia seguirán cooperando pese a sus discrepancias sobre Siria

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El problema sirio y el suministro de gas fueron los temas principales de la agenda de la visita del presidente ruso Vladimir Putin a Turquía.

El problema sirio y el suministro de gas fueron los temas principales de la agenda de la visita del presidente ruso Vladimir Putin a Turquía.

Pero las relaciones entre Rusia y Turquía son mucho más complicadas que la siguiente fórmula: Turquía puede recibir más gas ruso al adoptar una postura más suave respecto a Siria.

¿De quién es preferible depender?

¿Por qué Turquía quiere que Rusia le suministre 3.000 millones de metros cúbicos del gas adicionales anualmente? La petición, que fue uno de los temas principales de la agenda de visita del mandatario ruso. El consumo de gas no puede aumentar tanto por casualidad, independientemente del ritmo de desarrollo económico del país.

La situación es la siguiente: aunque Rusia es el socio más importante de Turquía en materia de exportación de gas, no se debe olvidar de Irán, el segundo suministrador de gas más importante del mercado turco. Turquía compra hasta un 80% del gas iraní.

Es poco probable que muchos hayan centrado atención en que el Senado estadounidense aprobó hace poco un nuevo paquete de sanciones contra Irán. Esto ya es una tradición y las sanciones salen fuera de todos los límites razonables.

Pero esta vez, el blanco del Senado fue el comercio turco-iraní, en el que el oro turco se convirtió en una especie de pago por el gas de Irán. Turquía exportó este año el oro por un valor que asciende a unos 12.000 millones de dólares. Es una cifra extraordinaria, varias veces mayor en comparación con las exportaciones anteriores. Se puso en evidencia que la mayor parte de los lingotes de oro llegados de Turquía la importa Irán.

EEUU analizó las posibles consecuencias de tal comercio, tomando en consideración la posibilidad de conmociones financieras en los próximos meses. Resulta que Irán cobra cada vez mayor fuerza a medida que ejerce más presión sobre este país. Y Washington tomó medidas o, al menos emprendió un intento de tomarlas, lo que causa problemas a Turquía.

Es evidente que las sanciones unilaterales no son lo mismo que un bloqueo económico total introducido por decisión del Consejo de Seguridad de la ONU. Anteriormente, Turquía lograba encontrar fórmulas de compromiso con EEUU en muchos ámbitos. Hoy se oye hablar de que Turquía podría comprar el gas a Irán si el dinero iraní se guarda en bancos turcos.

En todo caso, los turcos no deberían afrontar problemas similares por culpa de Rusia.

Y así Moscú se convierte en un vecino ideal para los turcos, lo que pone en evidencia la visita de Vladimir Putin a este país: se celebró la reunión del Consejo ruso-turco de cooperación de máximo nivel y las partes firmaron una decena de documentos (la visita en general tuvo carácter económico).

Es difícil recordar un país con el que Rusia tenga previsto incrementar el intercambio comercial de 35.000 millones de dólares a 100.000 millones de dólares durante los próximos tres años. Y se trata de una estimación real, teniendo en cuenta el avance de los planes de cumplimiento por Rusia del contrato para la construcción de una central nuclear, entre otras cosas.

Además, Rusia es un vecino perfecto para Turquía, porque este país se siente más cómodo al depender en materia de energía y otros ámbitos del gigante eurasiático que de cualquier otro Estado. Moscú no intentará ejercer una presión sobre Turquía incluso en lo que se refiere al problema sirio.

¿Quién lucha por la futura Siria?

¿Qué objetivos persigue Moscú en Siria? Es evidente que Rusia no tiene intenciones de poner fin a la guerra rápidamente ni dejar las riendas del poder al antiguo régimen. ¿Qué objetivos persigue Turquía en este país?

En realidad, para ambos países es importante entender qué país de Oriente Próximo establecerá las reglas en la nueva Siria. A primera vista, Turquía ha adoptado una postura más radical respecto a la necesidad de derrocar el régimen del presidente sirio Bashar Asad.

El 1 de diciembre, los turcos celebraron en Ankara una nueva reunión del Foro de Cooperación Árabe-Turca. El ministro de Asuntos Exteriores de Turquía, Ahmet Davutoglu, declaró que el régimen sirio perdió la legitimidad y degeneró en algo parecido a una ‘milicia armada’.

Posteriormente, el ministro turco de Exteriores fue a reunirse con sus homólogos en la sede de la OTAN para decidir la cuestión sobre el despliegue de sistemas antiaéreos Patriot en la frontera entre Turquía y Siria. Estos planes le preocupan a Rusia y Vladimir Putin lo enfatizó durante su visita.

Hay muchos detalles. La guerra en Siria, que más bien se parece a la lucha contra una invasión extranjera, se paga por varias fuentes. Y no a todas estas fuentes le gustan a Turquía, porque es incapaz de controlar a todas.

La frontera sur de Turquía con Siria pasó a ser línea de frente. Ankara alimenta a 134.000 refugiados sirios, que se dispersaron por cinco campos.

Las relaciones entre Turquía y sus vecinos árabes son complicadas, algo que se puso en evidencia en la anunciada reunión del Foro de Cooperación Árabe-Turco. Se dijo allí que es inadmisible una intervención externa en los asuntos sirios. Pero es necesario entender qué país se considera como ‘externo’. ¿No lo es Turquía? Y ¿quién pone obstáculos a quién?

En todo caso, a los diplomáticos no les preocupa tanto la cuestión de si es necesario derrocar el régimen de Basar Asad o ayudarle sino quién se esconde detrás de varios grupos armados que luchan contra el presidente sirio. Por esta misma razón, con frecuencia surgen conflictos entre estos movimientos, porque son encabezados por personas distintas.

Varios de estos movimientos producen temor a la administración presidencial de EEUU y la OTAN, así como a la propia Turquía, a la que amenaza la creación cerca de su frontera un Estado yihadista controlado por las monarquías del Golfo Pérsico. Y además, los anunciados cinco campos de refugiados sirios se ubican en el territorio de Turquía.

¿Cómo podría ayudar en este caso a Turquía su estatus del país miembro de la OTAN con sus misiles antiaéreos? ¿Es capaz la OTAN repetir en Siria el guión libio, ayudando a entregar el país a individuos poco recomendables que no obedecen a la Alianza Atlántica y no siempre mantienen relaciones amistosas con Turquía?

Hace tres años la política exterior de Turquía se desarrollaba conforme al principio de no empeorar las relaciones con los países vecinos, incluida Siria e Irán. Ahora hay un montón de problemas. Turquía se somete a una presión proveniente de muchas partes, debido al gas iraní, la guerra en Siria, etc. Moscú considera que sería ineficaz ocuparse de la misma actividad.

Durante la visita del presidente Putin a Turquía las partes si no llegaron a un acuerdo, al menos consiguieron un entendimiento respecto a varios párrafos de la agenda siria. Se olvida el incidente con el avión de pasajeros sirio que cubría la ruta Moscú-Damasco en octubre pasado, al que se obligó a aterrizar en un aeropuerto de Turquía.

Se mencionó una nueva agenda siria de negociaciones de los ministros de Asuntos Exteriores de Rusia y Turquía. Los misiles de la OTAN representan un problema, pero existen problemas aún más graves.

En todo caso, a pesar de las posturas opuestas que tienen los dos países respecto a Siria, su comprensión mutua se debe no sólo a la cooperación energética que beneficia a ambas partes.

LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI

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