El futuro de los negocios rusos en Venezuela es incierto

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Un posible cambio de régimen en Venezuela, tras la muerte del presidente del país Hugo Chávez arroja incertidumbre sobre el futuro de multimillonarios contratos energéticos y de armamento que Rusia se adjudicó en Caracas, según reconocieron varios expertos consultados por RIA Novosti.

Un posible cambio de régimen en Venezuela, tras la muerte del presidente del país Hugo Chávez arroja incertidumbre sobre el futuro de multimillonarios contratos energéticos y de armamento que Rusia se adjudicó en Caracas, según reconocieron varios expertos consultados por RIA Novosti.

Hugo Chávez falleció el pasado 5 de marzo en Venezuela a los 58 años de edad. El vicepresidente del país, Nicolás Maduro, informó por televisión de la muerte del líder venezolano varias horas después de celebrar una reunión extraordinaria del Gobierno a causa del empeoramiento de la salud del carismático presidente de Venezuela.

Chávez, que gobernó el país durante 14 años y se sometió a cuatro intervenciones quirúrgicas y un largo tratamiento contra un cáncer en Cuba y Venezuela, respaldó personalmente a los contratos de Caracas con Moscú.

Rusia intensificó la cooperación con Venezuela cuando Chávez llegó al poder en 1999, al firmar contratos multimillonarios de armamento, petróleo y gas con este país latinoamericano.

El número de contratos militares ruso-venezolanos cuyos detalles no suelen sacarse a la luz pública creció durante los últimos años. De 2005 a 2007, Caracas firmó un acuerdo con Rusia para el suministro de cazas Sukhoi, helicópteros de combate y armas de fuego. En 2010, Rusia otorgó al Gobierno de Chávez un crédito de 2.200 dólares para la compra de los carros blindados rusos T-72 y sistemas antiaéreos S-300.

Los contratos energéticos firmados por los dos países fortalecieron aún más su cooperación. Los mayores proyectos realizados por Rusia y Venezuela en conjunto incluyen la exploración de los yacimientos de petróleo Junin-6 y Junin-3 en la Faja del Orinoco. El desarrollo del bloque Junin-6 corre a cargo de la compañía estatal venezolana Petróleos de Venezuela (Pdvsa) junto con el Consorcio Nacional Petrolero (CNP) de Rusia formado por varias empresas rusas, incluido GazpromNeft, Lukoil, Rosneft, Surgutneftegaz y TNK-BP. En el desarrollo de Junin-3 participa Lukoil.

Pero las inversiones rusas en la economía de Venezuela suponen un riesgo, porque las amenazas políticas son demasiado altas, dijo Alexander Pásechnik, jefe del departamento de análisis de la Fundación de Seguridad Energética Nacional.

“Todos estos contratos estaban directamente vinculados con Chávez. A pesar de los rumores de que Chávez padecía un cáncer grave, que empezaron a circular aproximadamente hace una año, Rusia continuó aumentando su presencia en Venezuela en vez de revisar los proyectos conjuntos y admitir que esta estrategia era errónea”, dijo el experto. Parece extraño que se hayan firmado tales contratos, sobre todo en el sector energético, teniendo en cuenta que los proyectos de desarrollo de las enormes reservas de crudo en la plataforma continental rusa ofrecen a Rusia más oportunidades, agrega el experto.

“El Gobierno ruso destacó en reiteradas ocasiones que los recursos destinados por las compañías estatales al desarrollo de proyectos de exploración de la plataforma continental rusa son insuficientes. Esto incluye el potencial de los yacimientos en Siberia Oriental. Así las cosas, si no hubiera tantos recursos en Rusia, se podría justificar su deseo de ir a Venezuela y ganar terreno en aquel mercado.

Pero tomando en consideración los factores anunciados, es poco probable que “la tarea prioritaria sea centrarse en Venezuela”. Sin embargo, varias empresas rusas salieron al mercado venezolano, pagando unos 1.000 millones de dólares para obtener este derecho.

El Consorcio Nacional Petrolero formado por varias empresas rusas estatales y privadas se está desintegrando paulatinamente. Parece que las empresas privadas que forman parte del consorcio se dieron cuenta de los riesgos que afrontan en Venezuela y decidieron vender sus acciones a la petrolera pública rusa Rosneft, operadora principal del bloque Junin-6.

La compañía rusa, Surgutneftegaz logró vender su cuota en el Consorcio Nacional Petrolero a Rosneft en enero pasado. La empresa TNK-BP informó también de que estaba dispuesta a abandonar el proyecto, según la agencia de información económica PRIME. “Así las cosas, los riesgos que afronta Rosneft en Venezuela aumentarán en proporción al número de acciones compradas a las empresas privadas”, dijo el experto. Un nuevo dirigente de Venezuela o sucesor de Chávez no debería de hacer cambios drásticos en la política del país, al menos a medio plazo”, señaló.

Chávez pudo prevenir el crecimiento de la tensión social en Venezuela, pero nadie puede garantizar que su sucesor sea capaz de cumplir esta tarea. Especialmente tomando en consideración que las fuerzas de la oposición venezolana gozan de gran influencia en las provincias petroleras del país, como la Faja del Orinoco, agregó.

“Es decir, existe un riesgo hipotético de que se produzca una explosión social que pueda conllevar una situación de emergencia o revolucionaria. En caso de revuelta, se pueden olvidar de la extracción de petróleo y del desarrollo de proyectos estratégicos”, dijo Pásechnik.

Vladímir Súdarev, director adjunto del Instituto de América Latina de la Academia de Ciencias de Rusia, confirma que la retirada de Chávez de la arena política internacional afectará a los intereses de Rusia: “Chávez abrió a Rusia la ventana a América Latina gracias a los contratos militares firmados con Venezuela que prevén la participación en proyectos conjuntos de tales empresas rusas como Lukoil, Gazprom, la empresa estatal Ferrocarriles de Rusia (RZD), etc”.

Según el experto, hay dos posibles guiones de desarrollo de los acontecimientos. Ambos dependen de la fecha de celebración de las elecciones en Venezuela: “Si las elecciones se celebran dentro de un mes, el próximo 31 de marzo por ejemplo, como informan los medios de comunicación locales, el equipo de Chávez, encabezado por el vicepresidente Nicolás Maduro, conseguirá la victoria. Esto sucederá porque la oposición continuará confundida, a pesar de que obtuvo un buen resultado en las elecciones presidenciales celebradas en octubre pasado".

Si este guión se hace realidad, “no se debe temer que los contratos sean cancelados ni que nuestra compañía se vea obligada a abandonar Venezuela”.

En el segundo caso, las elecciones pueden celebrarse dentro de unos seis meses y la oposición podría presentar un candidato único, aunar esfuerzos y ganar los comicios.

“Creo que esto obligará a Venezuela a revisar su política exterior”, señaló.

“La oposición evidentemente tratará de mantener su reputación”, al cumplir los compromisos por los contratos firmados por las autoridades anteriores. Pero en esta situación, el ambiente en el que trabajarán las empresas rusas en Venezuela no mejorará”, agregó el experto.

LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI

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