Una segunda guerra de Corea es posible

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El exsecretario de Estado de EEUU, Henry Kissinger, trató de determinar en su libro sobre China cuál es la zona más candente del mundo, el territorio que podría provocar la Tercera Guerra Mundial.

El exsecretario de Estado de EEUU, Henry Kissinger, trató de determinar en su libro sobre China cuál es la zona más candente del mundo, el territorio que podría provocar la Tercera Guerra Mundial.

Según el autor, la amenaza principal proviene de las discrepancias sobre el destino político de Pakistán y su entorno regional.

Pero los acontecimientos que se desarrollan en la península de Corea nos recuerdan unas heridas de la historia que no han cicatrizado.

Al anular el armisticio que puso fin a la guerra de 1950-1953 con Corea del Sur, Corea del Norte volvió a poner 'de jure' a las partes separadas del país en un estado de guerra. La cuestión sobre una eventual restauración de Corea como un único Estado se aborda a ambos lados de la frontera convencional, pero la posible unión se considera sólo en un contexto de amenazas mutuas. Mientras, Seúl no disimula que gozaría de un apoyo por parte de una amplia coalición, ante todo, de EEUU.

¿Se puede distinguir en esta coyuntura la retórica agresiva de las intenciones reales de las partes?

Los medios de información de Corea del Norte advierten a la comunidad norcoreana e internacional de que debería prepararse para cualquier cosa. Se trata de un caso raro en el que se puede confiar en la propaganda.

Pyongyang no sabe qué haría en caso de que se agudice la situación interna si la ONU introduce sanciones. Los líderes del país y su pueblo recuerdan la hambruna masiva de la década de los noventa, cuyos estragos se perciben todavía. Pero puede que lo más importante para el régimen actual sea mantener la reputación con respecto a su misión histórica ante los ojos del pueblo.

Un amigo mío que visitó Corea del Norte con una misión de la UNESCO dijo que no era otro país, sino otro planeta. Así lo aseguraba un hombre que vivió durante la mayor parte de su vida en la URSS. La periodista estadounidense Barbara Demick, que recibió hace poco en Viena un premio internacional anual por el mejor libro sobre los derechos humanos, expresa lo mismo.

Su libro está dedicado a la situación en Corea del Norte y la autora señala que no se debería ignorar la sinceridad de la fe de los norcoreanos en sus líderes. No se trata de un culto a la personalidad, sino de la fe que se acerca a una divinización real.

Si ‘el padre del pueblo coreano’, Kim Il-sung, hacía florecer los árboles y derretir la nieve, se cree que el nacimiento de su hijo fue señalado con la aparición de una nueva estrella en el cielo y presagiado por una golondrina que cantó una canción sobre el “general que gobernaría todo el mundo”. Pero es evidente que el gobernador del mundo debe, ante todo, unir a su pueblo. Sin esto se destruye toda la idea sobre el futuro desarrollo del pueblo coreano y el papel de sus líderes en la historia.

La entrega del premio a Barbara Demick, que encabeza la delegación del periódico estadounidense Los Angeles Times en Pekín, coincidió con la agudización de la crisis en Corea del Norte tras la aprobación por el Consejo de Seguridad de la ONU de las sanciones contra Pyongyang.

La periodista manifestó su opinión respecto a que sólo Corea del Norte puede estar interesada en unirse con Corea del Sur por motivos ideológicos y económicos. Al contrario, Corea del Sur no está interesada en tal desarrollo de los acontecimientos, porque considera que una posible unión de las dos Coreas conllevará muchos gastos.

Japón tampoco está interesado en el fortalecimiento de su competidor económico y EEUU no quiere perder la oportunidad de mantener presencia militar en la región, en un momento en el que el papel de China en el mundo sigue creciendo. Posteriormente, salió a la luz pública que el Pentágono iba a desplegar sistemas adicionales de defensa antimisiles en Alaska y California en respuesta a la amenaza nuclear proveniente de Corea del Norte.

¿Y cómo es la opinión de China y Rusia, que votaron en la ONU a favor de la introducción de sanciones contra Corea del Norte?

China no está interesada en la unificación de Corea, prefiere que dure el status quo. Pekín no cree que el proceso de reunificación del pueblo separado se pueda llevar a cabo bajo el control de Pyongyang. Así que Corea del Sur desempeñaría más importancia en una región donde crece la confrontación entre EEUU y China.

Se puede centrar la atención en un creciente interés de Pekín en el desarrollo de su Armada y la flota comercial. China, que lleva a cabo su programa de expansión marítima, no está interesada en el fortalecimiento de Corea del Sur y sus aliados en el mar de Japón (mar del Este). Por eso tras la toma de la decisión por el Consejo de Seguridad de la ONU, la retórica de China se apaciguó para contener la retórica hostil de EEUU.

En cuanto a Rusia, el país está interesado en la restauración de Corea como un único Estado. Bajo el pretexto de la amenaza proveniente por parte de Corea del Norte -que sigue siendo hipotética- en cuanto a la capacidad de los misiles norcoreanos de causar un serio daño a la seguridad de EEUU, Washington recibe argumentos adicionales para desplegar nuevos elementos del escudo antimisiles en su territorio.

Esto puede alterar el equilibrio nuclear entre Rusia y EEUU. Desde el punto de vista económico, Rusia está interesada en la unión de las dos Coreas para hacer realidad su proyecto de construcción del gasoducto coreano, que es ambicioso y rentable.

Estos enfoques e intereses distintos complican la situación, pero dan la apariencia de un equilibrio frágil que supuestamente mantiene la situación en torno a Corea sumida en serias conmociones.

Por su parte, los surcoreanos no están interesados en luchar con su vecino. Corea del Sur es un Estado próspero, acostumbrado a una vida feliz y a la paz, y no está dispuesta a quebrantar su prosperidad librando una guerra ni a unirse con Corea del Norte. No por casualidad, en Corea del Sur, en la proximidad con Corea del Norte, se celebró una serie de mítines y manifestaciones tras el anuncio de nuevas maniobras militares conjuntas con EEUU.

Aunque la situación geopolítica desempeña mucha importancia, no se debe pasar por alto la política interna en ambos países, que en un momento dado puede jugar un papel más importante que una ‘orquesta’ de actores aislados.

El actual líder de Corea del Norte, Kim Jong-un, es el jefe de Estado más joven de todo el mundo. Las esperanzas de los norcoreanos están vinculadas a su nombre. Si Kim Il-sung llevaba el título de ‘eterno líder de su pueblo', su hijo Kim Jong-il tuvo que acumular más respaldo de los norcoreanos para hacer realidad los preceptos de su padre. El título más conocido de Kim Jong-il fue ‘Caudillo’.

Es evidente que se esperan acciones decisivas del hijo del ‘Caudillo’, calificado como el 'Gran heredero' que se plasman en las amenazas de convertir las islas surcoreanas en un ‘mar de fuego’.

El apoyo general al régimen en Corea del Norte ha causado una fuerte impresión en Barbara Demick, aunque ésta publicó una serie de entrevistas con los norcoreanos que huyeron a Corea del Sur. Sin embargo, varios expertos, incluidos algunos rusos, opinan que la periodista no tiene razón. Corea del Norte es el único país del mundo que no tiene conexión a Internet. El país está cerrado. Pero varias organizaciones internacionales informan que al menos 200.000 disidentes y opositores, así como 40.000 cristianos, están en campos de concentración de Corea del Norte. Y todo porque la fe en un Dios distinto a Kim Il-sung y sus herederos mina el propio fundamento del régimen divinizado.

Pero las autoridades siguen resolviendo la tarea de unir a la sociedad ante la presión ejercida desde fuera. Esto hace a Pyongyang cada vez menos predecible y conduce la situación en la península de Corea en un callejón sin salida, mientras que el deseo de resolverla aplicando la fuerza militar sigue siendo probable.

Hace más de 60 años, en plena guerra de Corea, EEUU pidió el visto bueno de Londres para realizar la prueba de un dispositivo nuclear contra Corea. El mundo estuvo al borde de la guerra nuclear. Londres se opuso a esto.

A día de hoy, la situación ha cambiado bastante. Es poco probable que Pyongyang, que está bajo la presión de las sanciones económicas y las maniobras militares cerca de sus fronteras, pida cualquier consejo.

LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI

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