Las negociaciones para relajar la tirantez en la península de Corea han comenzado. Lo evidencia la lista de condiciones para entablar el diálogo entregada a Seúl por el Comité de Defensa Nacional de Corea del Norte.
Corea del Sur plantea sus condiciones también. Otros participantes en el arreglo de la situación (EEUU, Rusia, China y Japón) han logrado encontrar una fórmula de compromiso. El intercambio de exigencias entre las partes supone de hecho el inicio del proceso negociador.
La lista presentada por Corea del Norte es redactada para volver a afirmar que su postura es inamovible. Pyongyang exige levantar las sanciones de la ONU, renunciar a las amenazas y retirar todas las armas nucleares de la península. Además, Pyongyang indicó que si Seúl de verdad quería entablar negociaciones, debería pedir perdón por todas las acciones hostiles contra Corea del Norte.
Anteriormente, el Comité para la Reunificación Pacífica de Corea preguntó de qué negociaciones se podría hablar si en el sur se realizan maniobras militares durante varias semanas, en las que evidentemente se ensayan acciones de combate contra Corea del Norte.
Estaba claro que todas las acciones y amenazas de Pyongyang que tuvieron lugar en esta primavera perseguían el objetivo de obligar a Corea del Sur a sentarse a la mesa de las negociaciones. Seúl lo entiende perfectamente y está dispuesto a dialogar. Es más, fue Corea del Sur la que dio el primer paso. Pyongyang presentó el ultimátum en respuesta a la propuesta de la presidenta surcoreana, Park Geun-hye, de entablar el diálogo.
Es una respuesta lógica, aunque varias exigencias de Corea del Norte son un poco exageradas, aunque al inicio de todas las negociaciones se suele exigir más de lo que se puede conseguir. Se trata de negociaciones sobre la reducción de la tensión y el restablecimiento de la cooperación de las dos Coreas. Poco tiene que ver con las negociaciones a seis bandas -Rusia, EEUU, China, Corea del Norte, Corea del Sur y Japón- sobre el programa nuclear norcoreano que duraron mucho tiempo y llegaron a un callejón sin salida hace cuatro años.
A día de hoy, para volver a abordar el problema nuclear norcoreano es necesario entablar el diálogo, y las condiciones del mismo ya están sobre la mesa.
Lo más interesante en la lista de estas condiciones no son las declaraciones de que las sanciones de la ONU contra Corea del Norte impiden abordar la posibilidad de la reducción de la tensión, ni la cláusula clave sobre el cese de los ejercicios militares, sino la exigencia de presentar disculpas. ¿Por qué?
Ante todo, por la quema de retratos de líderes norcoreanos por un grupo de 250 personas en Seúl que tuvo lugar el pasado 15 de abril. Y es inútil declarar que esta acción no fue organizada por el Gobierno del país sino por sus ciudadanos comunes y corrientes: Corea del Norte entiende perfectamente que las autoridades de cualquier país tienen en su disposición fuerzas y recursos suficientes para impedir a sus ciudadanos a amenazar a la seguridad de su país ofendiendo a un Estado vecino.
Corea del Norte exige perdón por la difamación sufrida cuando Seúl acusó a Pyongyang del hundimiento de la corbeta surcoreana 'Cheonan' el 26 de marzo de 2010. Este caso fue muy complicado, y en la investigación del mismo participaron incluso expertos rusos. No se logró probar que Corea del Norte torpedease la corbeta y el escándalo se extinguió. Pero Corea del Norte no se olvidó de las mencionadas acusaciones. La justicia debe imperar. Corea del Sur tendría que encontrar al responsable del naufragio o presentar disculpas.
A medida que se aproximen las propias negociaciones, las condiciones de ambas partes y sus propuestas sobre la agenda de estas negociaciones se formularán de modo más claro. Pero ahora es importante que el proceso se haya iniciado y que Corea del Norte haya renunciado a realizar la nueva prueba de su misil balístico y no haya otros incidentes.
Así las cosas, se puede afirmar que tenían razón los expertos que ya hace un mes declararon que el crecimiento de la tensión en la península de Corea estaba vinculada con el deseo de Seúl y Pyongyang de entablar el diálogo, sin perder su reputación. A juzgar por todo, estas negociaciones comenzarán a finales del verano próximo.
Tras la reciente visita del secretario de Estado de EEUU, John Kerry, a las capitales de varios países, incluido Seúl, se puso de relieve que las partes se sentarán a la mesa de las negociaciones. En el marco de su gira Kerry visitó Londres, donde se celebraba la reunión de los ministros de Asuntos Exteriores del Grupo de los Ocho.
¿Qué dijo Kerry cuando estaba en Asia? Según él, las negociaciones directas entre Pyongyang y Washington son posibles, y si los anteriores intentos de entablar el diálogo han fracasado es necesario hacer los nuevos. A principios del próximo mes de mayo, la presidenta surcoreana, Park Geun-hye, acudirá en visita a Washington, donde las partes abordarán detalles de sus acciones para lograr la paz.
En cuanto a las maniobras militares conjuntas que comenzaron Corea del Sur y EEUU en la península Coreana en marzo pasado, tales ejercicios suelen celebrarse en el sur de la península de manera regular. Pero este año, Corea del Norte quedó descontenta con el aspecto nuclear, es decir, con la participación de los bombarderos B-2 y cazas F-22 capaces de portar armas nucleares. Esto provocó una serie de amenazas y acciones provenientes de Pyongyang, incluidas las maniobras de respuesta.
Se podría observar que la retórica de los militares y diplomáticos estadounidenses al respecto de Corea del Norte no coincide. Además, varias acciones que EEUU planeó practicar en el marco de los ejercicios en la península de Corea no se realizaron y Pyongyang entendió que Seúl y Washington también solían hacer declaraciones para demostrar su fuerza.
Pero aún más interesante parece lo que pasó en Londres durante las negociaciones de los cancilleres del G8 y el encuentro de John Kerry con el ministro ruso de Exteriores, Serguei Lavrov.
El G-8 evidentemente criticó a Pyongyang, pero en la página web del Ministerio de Asuntos Exteriores ruso fue publicado el discurso de Lavrov de muy corta duración. Al comentar la situación en torno a Corea del Norte, Lavrov dijo que en este ámbito Rusia no tiene discrepancias con EEUU y no se debe asustar a nadie con las maniobras militares. En este caso, es posible que la situación se arregle.
Es muy interesante que no haya discrepancias entre Rusia y EEUU y que el canciller ruso haya abordado el tema de maniobras y no sólo se haya referido a Corea del Norte.
En realidad, es muy fácil frustrar las negociaciones que acaban de iniciarse. Además, no se sabe dónde se celebran y qué países participan en éstas. Por otro lado, está claro que todas las principales capitales del mundo se preparan hacia el diálogo de modo muy serio.
LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI
