En los años que ha ocupado los cargos más altos del Estado, Vladimir Putin ha conseguido cambiar la imagen que se suele tener del líder de un país.
Ninguno de los anteriores dirigentes soviéticos y rusos ha buceado delante de los periodistas hacia el área de excavaciones submarinas ni se ha puesto al frente de la cuña que formaban los pájaros migratorios. Sería complicado imaginar a Brezhnev o a Yeltsin encabezando una columna de moteros…
El lado exótico de estas actividades esconde una circunstancia muy importante: Putin se suele reunir con quienes necesitan ayuda para alguna causa. Periodistas de RIA Novosti se han dedicado a seguir el destino de la gente y de los animales que han tenido el privilegio de conocer personalmente al actual presidente del país.
Conduciendo a las aves migratorias
“Por lo menos, ahora a nadie hace falta explicarle qué es una grulla siberiana", señala con satisfacción el dirigente del proyecto ‘Vuelo de la esperanza’, colaborador del Instituto de protección de la naturaleza del Ministerio de Recursos Naturales, Alexander Sorokin.
Antes sí que era necesario contar que es una especie rara de grullas que vive en la zona del extremo norte y migra al sur para invernar. Añadiendo, por supuesto, que apenas quedaban 40 especímenes en todo el país. "Pero ahora se puede decir simplemente que son pájaros con los que ha volado Putin”.
Aquel vuelo del jefe de Estado vestido con un peto blanco y montado en un ala delta diseñada a propósito, que se dedicó en persona a enseñarles a las grullas el nuevo sitio de invernación, se convirtió en motivo de numerosas bromas. Pero los expertos insisten en que la participación de Putin en el proyecto, permitió sacar el asunto del punto muerto, en concreto, llegar a un acuerdo con las autoridades de Uzbekistán sobre un sitio alternativo de invernación para las grullas siberianas.
Cuenta Alexander Sorokin que el ‘Vuelo de la esperanza’ es un proyecto único, porque por primera vez en la historia de la ornitología a los pájaros se les ofrecerá un nuevo sitio para la invernación. “Actualmente invernan en el territorio de Afganistán y Pakistán, pero dada la complicada situación que se vive en estos países, es difícil protegerlos de los cazadores furtivos”, explica el experto. La gente allí es pobre y no se resiste a la tentación de hacerse con un pájaro”.
Los científicos encontraron un sitio alternativo, al sur de Uzbekistán cerca de la frontera. Sus características son muy similares a las del lugar de invernación habitual. Además se encuentra en la zona fronteriza, de modo que la población local no tiene acceso allí.
La dificultad consistía en llegar a un acuerdo con las autoridades uzbekas y hasta que Vladimir Putin tomó cartas en el asunto, las negociaciones no daban resultados aparentes. “Llevábamos tres años visitando Uzbekistán para tantear el terreno, pero nos encontrábamos complicaciones a cada paso”, recuerda Alexander Sorokin. Al estar en alguna ocasión en la tundra junto con Putin, me hizo la pregunta de qué ayuda real podría prestarle al proyecto, de si había asuntos que no conseguíamos solucionar. Y le contamos sobre la idea de Uzbekistán”.
“Putin ha mostrado un interés muy sincero hacia los pájaros, no me cabe la menor duda" señala el científico. Desde entonces el asunto avanzó mucho, la situación se abordó en la reunión de los dos líderes y los correspondientes ministerios firmaron los documentos necesarios.
Este año, los científicos repetirán la experiencia y no faltarán ni el peto blanco ni el ala delta. En octubre la bandada de grullas siberianas volverá a ser conducida desde el norte de Siberia a su nuevo lugar. Y el año que viene se espera que los pájaros sepan encontrar el camino por su cuenta.
Putin regaló a los científicos el ala delta. “Reúne todos los requisitos necesarios, sobre todo, en la distancia que puede cubrir", explica Alexandr, "además tiene que tener dos plazas y poder aterrizar sobre el agua”. El aparato, continúa contando, puede volar a velocidades bajas, entre 45 y 50 kilómetros por hora, para que los pájaros lo puedan seguir. Con el paso del tiempo los pájaros entienden que si se mantienen cerca del ala, el chorro del aire los sostiene”, explica.
La tigresa que ha sido abuela
Con viva atención siguió el público en 2008 la visita de Vladimir Putin, entonces presidente del Gobierno de Rusia, al Parque Nacional de Ussuriysk, donde existe un criadero de tigres de Amur. Allí el político de alto rango colocó al cuello de la hembra de tigre llamada Sergá un collar que permitía seguir vía satélite los desplazamientos del animal. La tigresa fue capturada y dormida por el certero disparo con somnífero, dado que había estado a punto de atacar a los técnicos de una de las cadenas de televisión del país.
Las especulaciones de los blogueros se apuntaban que el animal había muerto por sobredosis de somnífero. “El animal está perfectamente bien, aunque ya es mayor. Tiene entre 11 y 12 años, una edad límite para hembras de tigre en la naturaleza", comenta el director del Parque de Ussuriysk, Andrei Kotliar. La última vez que la captaron las cámaras escondidas en la taiga fue a finales de marzo, apunta.
Estos años últimos, la tigresa ha tenido crías en dos ocasiones, seis en total. Los pequeños han crecido ya y recientemente la hija de Sergá, Princesa, tuvo cachorros. De modo que Sergá ha sido abuela. La capturaron en una ocasión, para cambiarle el collar, porque la carga de la batería sólo dura un año. En el parque natural viven siete tigres. Parece muy poco, dado que sólo Sergá ha tenido seis cachorros. “Los tigres a menudo abandonan el territorio del parque y pueden caer víctimas de los cazadores furtivos o morir por accidentes”, explica el director del parque.
“Nuestro mayor problema es la falta de una zona vigilada en torno al parque, que sólo tiene una superficie de 400 kilómetros cuadrados. Pero los animales no sólo viven en el parque. Sergá, por ejemplo, pasa la mitad del tiempo fuera”, añade.
“En Rusia sigue habiendo muchos cazadores furtivos. Anualmente, son cazados entre 30 y 50 tigres de Amur”, se lamenta el científico. Dado que el número total de tigres no supera los 450 animales, la cantidad de víctimas de la caza furtiva impresiona. Tan sólo en el Parque de Ussuriysk seis cachorros quedaron huérfanos el año pasado.
La primavera pasada, Vladimir Putin sometió a consideración de la Duma de Estado (Cámara Baja del Parlamento ruso) un proyecto de ley que prevé responsabilidad penal por la venta y la caza de animales salvajes y por la destrucción de plantas que figuran en el Libro Rojo de especies amenazadas. Los cazadores furtivos podrían ser condenados a hasta siete años de privación de libertad.
Estas normas más estrictas son resultado de la visita de Putin al Parque de Ussuriysk, porque Andrei Kotliar fue uno de los científicos que le revelaron al primer ministro la gravedad de la situación. Otro resultado de la visita consistió en que el líder de Rusia se enteró de que la situación del leopardo del Lejano Oriente era todavía más dramática que la del tigre de Amur. En breve cerca del Parque de Ussuriysk fue creado otro, denominado ‘La tierra del leopardo’.
En el Parque de Ussuriysk fue abierto también un criadero de leopardos, cuenta Andrei Kotliar. Todavía no tiene animales, porque se está buscando especímenes idóneos para que tengan descendencia que más tarde será liberada. “Animales con este genoma viven todos en parques zoológicos en el extranjero”, explica Andrei Kotliar. "Estamos negociando que se nos ceda algún animal”, añade.
De visita a la Antigua Grecia
El buceo del 10 de agosto de 2011, cuando Vladimir Putin se sumergió en las aguas de la bahía de Tamán, donde antaño se encontraba la colonia griega de Fanagoria para emerger con dos ánforas de antes de Cristo tuvo una repercusión muy intensa.
La gente en los blogs declaraba haberse bañado en el mismo sitio en muchas ocasiones, sin haber encontrado nunca ningún fragmento de la antigua cerámica. De modo que se llegó a la conclusión de que las ánforas habían sido colocadas sobre el fondo marino a propósito, para que el presidente las “encontrara al momento”. Su opinión parecía confirmarse por el hecho de estar las ánforas sospechosamente libres de algas y de conchas. Las redes sociales no tardaron en llenarse de caricaturas.
“Los blogueros que así opinaban no tenían ni idea de lo que estaban comentando”, opina el jefe de la expedición, el jefe del Departamento de Arqueología Clásica del Instituto de Arqueología de la Academia de Ciencias de Rusia, el doctor en Historia Vladimir Kuznetsov. En primer lugar, sería incorrecto asegurar que Putin se había sumergido para explorar el fondo marino, porque buceó para visitar el área de excavaciones submarinas, apunta.
Las excavaciones submarinas de semejante envergadura son una experiencia única a nivel mundial. En el proyecto participan buzos profesionales. Los arqueólogos también poseen la formación necesaria. La necesidad de este tipo de excavaciones se explica por el simple hecho de haber quedado bajo el agua cerca de la mitad de la superficie de la colonia.
“El fondo marino en el área de excavaciones está literalmente sembrado de fragmentos, cuenta Vladimir Kuznetsov, de modo que para Putin no supuso trabajo encontrar las ánforas. No hubo que colocar nada en ninguna parte”. Y las ánforas estaban tan limpias porque no se encontraban en el fondo sino debajo de la arena. Por esta razón ninguna concha aparece encima de ellas. Verdad es que la arena la quitaron los expertos y Vladimir Putin sólo tenía que elegir objetos ya encontrados y eligió los más grandes”, cuenta.
El principal resultado de la visita de Putin al área de las excavaciones era que la zona está a punto de ser declarada reserva arqueológica con un museo, a punto de ser abierto. “Este asunto lo está considerando ahora el Gobierno nacional y del Ministerio de Cultura”, señala Vladimir Kuznetsov. Los científicos cuentan con que el respectivo decreto sea firmado ya para próximo otoño.
El territorio de la reserva arqueológica tendrá una superficie de centenares de hectáreas o incluso de kilómetros cuadrados, explica el científico, porque Fanagoria es el monumento arqueológico antiguo más grande de nuestro país. Y no abundan los edificios modernos, lo que es valiosísimo, se alegra.
La condición de una reserva arqueológica permitiría en primer lugar salvar los restos del poblado griego y los túmulos del saqueo y el territorio adyacente de las obras de construcción. En la actualidad el área de excavaciones es vigilada por el personal de una agencia de seguridad y después de la creación de la reserva arqueológica se encargarán de ello las instituciones públicas.
¿Por qué Vladimir Putin prefirió precisamente este lugar? “En realidad en Rusia en estos momentos existen cerca de 1.500 excavaciones arqueológicas. Putin visitó aquella adonde mucho se ha hecho y donde se podía ver los resultados”, explica el jefe de la expedición de Fanagoria. Los arqueólogos trabajan en la zona desde 1936 y hace algunos años el equipo ganó una beca de la Sociedad Geográfica Rusa, cuyo presidente del patronato es Putin. “Recibí los documentos de Vladimir Putin en persona", recuerda Vladimir Kuznetsov. Se entregó un total de once becas y creo que quería ver cómo se gastaban los fondos. De modo que a través de la Sociedad Geográfica vino a visitarnos”, concluye.
“El interés del líder del Estado hacia la arqueología y el pasado de nuestro país es un factor muy positivo", subraya el científico, porque estimula también el interés de las autoridades locales. Es muy importante, porque hasta la visita de Putin no nos prestaban demasiada atención”.
En cuanto a las “ánforas de Putin” están siendo estudiadas por los científicos. No es verdad que hayan pasado a formar parte de la colección particular del presidente. “Cuando abra el museo, las expondremos y pondremos una placa que diga que las había subido Vladimir Putin en persona”, concluye Vladimir Kuznetsov.
Los brutales amigos del presidente ruso
Los amigos menos convencionales del presidente ruso son los moteros del club moscovita Lobos Nocturnos y su líder Alexander Zaldostánov, alias El Cirujano.
Putin apareció por sorpresa en la congregación de los moteros celebrada en la ciudad de Sebastópol. Y El Cirujano tampoco se lo esperaba. “Quedaba una semana hasta el comienzo del evento, me llaman y me dicen que tengo que ir a Moscú urgentemente. Estoy muy ocupado y digo que no tengo tiempo. Y oigo, “No nos ha entendido, le llaman desde la oficina del primer ministro”.
En Moscú, Alexander se enteró de que Vladimir Putin se disponía a acudir a la congregación de moteros, pero no le informaron ni de los motivos ni de los plazos de la visita. La situación le parecía completamente surrealista y sólo vio que era real, al bajar Putin de la limusina y decirle: “Hola, ¿qué tal?”.
En aquellos momentos, reconoce el Cirujano, creyó en el ingenuo interés del presidente. Putin le deseó suerte en la carrera hasta Novorossiysk y le regaló una bandera de Rusia diciendo “que os guarde en la carretera”. Desde entonces Vladimir Putin en varias ocasiones visitó congregaciones de los moteros e incluso recorrió las calles como un miembro más de la columna, vestido con una cazadora oscura y unas gafas de sol.
La transformación que sufrió desde entonces la comunidad motera salta a la vista. En pasado diciembre los 'Lobos nocturnos' ganaron una beca concedida por el Gobierno ruso para la celebración de fiestas navideñas para niños huérfanos. Recibieron en el aeropuerto a los campeones olímpicos, que volvieron de competir en Londres y organizaron “carreras ortodoxas”.
El ambiente del famoso club Sexton, uno de los lugares de reunión de moteros más famosos del país, cambió visiblemente: huele a incienso, cuelgan crucifijos ortodoxos y se reúnen fondos para la restauración de iglesias. Entre el público se ve a algún respetable padre de familia.
Sin embargo, la comunidad creada por El Cirujano en los años 80 del siglo pasado se hizo famosa por su espíritu anarquista y en los noventa los moteros celebraban orgías y ritos paganos en los que quemaban los crucifijos.
El Cirujano ha madurado, reconocen os moteros. “Se ha vendido al poder”, le acusan los descontentos. Los cambios que se han operado en la imagen y en el comportamiento de los Lobos Nocturnos no fueron bien recibidos por todos los miembros del movimiento y parte de los moteros se ha pasado a otros clubs. Alexandr Zaldostánov, mientras tanto, ha sido condecorado con la Orden de Honor por “su destacada aportación a la educación patriótica de la juventud, participación en las labores de búsqueda y la glorificación de la memoria de los defensores de la Patria”.
"Un hombre de a pie"
En 2005, el presidente Putin recibió una carta firmada por Dima Rogachióv, un niño de diez años de edad que tenía leucemia. Le escribía que su mayor sueño era comer unos blinis en compañía de Putin. “Dima nació en un pequeño poblado y no quería ir a Moscú para someterse al tratamiento, contó a RIA Novosti el director del Centro de Hematología, Oncología e Inmunología Infantil Alexander Rumiántsev. Pero los vecinos del pueblo le dijeron, "vete y a lo mejor te tomas un té con Putin”.
El niño aceptó y más tarde los periodistas entregaron su carta a Vladimir Putin que se reunió con Dima en Moscú, en el Hospital clínico infantil, donde le trataron contra la leucemia. Impresionado por el reducido espacio del centro médico, el presidente le prometió a Dima construir un centro de oncología amplio y moderno.
Dima no llegó a ver como se cumplía la promesa que le había dado Putin, porque murió en 2012 en una clínica de Israel. Pero la vida sigue, señala Rumiántsev, los padres de Dima tienen dos hijas más y están completamente sanas.
El 1º de junio, en Moscú cerca del Hospital clínico se inauguró el centro oncológico. Por iniciativa del presidente fue llamado en honor de Dima Rogachov.
El tamaño del centro es impresionante, atiende anualmente cerca de 3.000 niños. El personal se compone de 1.400 médicos, incluidos varios destacados expertos extranjeros. Trabajan en él algunos médicos rusos que en los años 90 se habían ido a trabajar al extranjero.
Para el tratamiento de los pequeños pacientes se usa el equipo más moderno y costoso. Asisten al colegio y círculos. El centro tiene previsto construir un centro de rehabilitación y un ciclotrón necesario para los estudios de tomografía.
Los problemas no faltan, los padres se quejan de listas de espera y los médicos, de que sus sueldos son más bajos que el promedio. La amistad de Vladimir Putin con los pequeños pacientes del centro de oncología sigue viva. En la ceremonia de inauguración Putin conoció a Sonia de 8 años de edad. Le regaló al presidente una taza de café que había pintado y le pidió permiso para visitar “la torre roja del Kremlin”. Seis meses más tarde Putin volvió a visitar el centro y a encontrarse con la niña. Sonia le recordó sobre su sueño.
Lo prometido es deuda, y hace un año el presidente invitó a Sonia y a sus padres al Kremlin donde les recibió un guía profesional. Sonia sigue con tratamiento y el pronóstico es incierto. “No tememos por su vida, pero ¿cuál será la calidad de esta vida?” se pregunta consternado Alexander Rumiántsev.
Los padres de la niña pasan con ella todo el tiempo, la madre vive en una de las habitaciones del hospital y el padre, para estar más cerca de la familia, ha encontrado trabajo de informático en el mismo centro.
Después de su reunión con el presidente Sonia confesó a los periodistas que se había quejado de la falta de congeladores que permitirían conservar platos semi preparados.
“¿Y no se podrá malo de todas las cosas que le pedimos?”, se asustó la niña. “No te preocupes, así es su trabajo, todo el mundo le pide algo”, la consolaron los periodistas. “No, es un hombre como todos nosotros, como cualquiera de nosotros”, sentenció Sonia.
