Es prematuro hablar de un acercamiento entre Rusia y EEUU

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El viceministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Riabkov, explica qué le sucedió en realidad al espía estadounidense Ryan Fogle, detenido recientemente en Rusia y qué se puede esperar de la nueva ronda de negociaciones del Sexteto con Irán, y analiza las relaciones entre Rusia y EEUU.

El viceministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Riabkov, explica a la corresponsal de RIA Novosti, Yelizaveta Isákova, qué le sucedió en realidad al espía estadounidense Ryan Fogle, detenido recientemente en Rusia y qué se puede esperar de la nueva ronda de negociaciones del Sexteto con Irán, y analiza las relaciones entre Rusia y EEUU.

La cancillería declaró a Ryan Christopher Fogle, tercer secretario de la sección política de la embajada estadounidense, persona no grata y exigió su rápida repatriación. Muchos medios occidentales se apresuraron a declarar que la acusación de espionaje contra Fogle es infundada, que se trata de una provocación. ¿Qué sucedió en realidad?

— Si alguien piensa que es una escenificación o parte de un juego invisible, estas sugestiones, a mi juicio, son erróneas. La detención del diplomático estadounidense por los agentes del Servicio ruso de Seguridad se produjo durante un operativo especial mientras Fogle realizaba actividades incompatibles con su estatus diplomático.

No voy a entrar en los detalles del incidente ni hacer conclusiones. No es casual que, de acuerdo con la práctica internacional, los servicios secretos no divulguen detalles de su trabajo. Tampoco sería correcto que lo hiciera la Cancillería. Pero se trata de un asunto serio, no es ninguna provocación. Y, por supuesto, tiene efectos negativos: no ayuda precisamente a mejorar las relaciones ruso-estadounidenses.

Muchos expertos hablan últimamente de un acercamiento entre Moscú y Washington. El ministro ruso de Asuntos Exteriores, Serguéi Lavrov, y el secretario de Estado de EEUU, John Kerry, ya mantuvieron seis encuentros, pero no cesan las discrepancias, incluso en los asuntos que parecían acordados. Por ejemplo, en cuanto a la Resolución del Consejo de Derechos Humanos de la Organización de Naciones Unidas (ONU) sobre Siria, criticada por Lavrov. ¿No tiene la sensación de que alguien en Washington está en contra del acercamiento entre EEUU y Rusia?

—  Creo que es prematuro hablar de una mejora importante en las relaciones bilaterales. Pero sí se puede hablar de una intensificación de contactos en diferentes niveles. El diálogo, la discusión de todas las cuestiones, también las más complicadas, es la premisa de cualquier avance.

A pesar de los contactos muy intensos al más alto nivel en los últimos meses, sigue habiendo cuestiones en los que mantenemos posturas divergentes. Y esto es válido, hay que constatarlo, para todos los aspectos de las relaciones bilaterales: desde el control de armamentos hasta los temas humanitarios.

Sin embargo, no calificaría como tal la cuestión sobre Siria, donde sí ha habido acercamiento de posturas. Creo que los resultados de la reunión de Serguéi Lavrov y John Kerry celebrada el pasado 7 de mayo en Moscú son muy prometedores en cuanto a las posibilidades para encontrar una solución política. Otras cuestión es si estas posibilidades llagan a realizarse o no.

Creemos que EEUU influye insuficientemente sobre los opositores sirios para que sus representantes participen en la conferencia internacional de Ginebra convocada por Moscú y Washington. No hace falta que sea una única delegación, pueden ser varias. Lo importante es que cada una de ellas tenga suficientes facultades para firmar acuerdos. Además, EEUU debe atajar cualquier intento de la oposición siria de dictar un ultimátum o de imponer condiciones previas, como la dimisión del presidente sirio Bashar Asad. Porque de lo contrario no se firmará ningún acuerdo.

También discrepamos con EEUU en cuanto a la participación de Irán en la conferencia. Este tema sigue sin resolverse, pero la conferencia no tendrá éxito sin la participación iraní.

Hablando de Irán. El embajador de la República Islámica en Rusia, Mahmoud Reza Sajjadi, hace poco reveló a nivel oficial las propuestas de Teherán al Sexteto. En particular, mencionó que Irán está dispuesto a cooperar con el Sexteto en el suministro del combustible para el reactor científico de Teherán si el expediente nuclear iraní se retira del orden del día del Consejo de Seguridad de la ONU. Otra de las propuestas concierne a la cooperación en la construcción de centrales nucleares y reactores. ¿Aceptarán los mediadores internacionales estas propuestas de Teherán?

— La principal tarea de los mediadores internacionales es la creación de un ambiente de confianza mutua, imposible sin una solución sobre una serie de cuestiones. Es por eso que el Sexteto centra su atención en temas como la suspensión de enriquecimiento de uranio superior al 5% por la parte iraní, el funcionamiento de la planta nuclear de Fordo y las reservas de uranio enriquecido acumuladas en el territorio de la República Islámica.

La cuestión sobre el suministro de combustible para el reactor científico de Teherán fue planteada en anteriores rondas de negociaciones pero la parte iraní dio a entender que ya no es un tema prioritario, ya que Irán ya es capaz de producir el combustible necesario por sus propios medios.

En cuanto a la construcción de las centrales nucleares de agua ligera, es absolutamente viable. Rusia siempre ha reconocido el derecho de Irán como signatario del Tratado de No Proliferación Nuclear a disfrutar del uso pacífico de la energía nuclear. Con la única condición de que Irán disipe todas las sospechas acerca del carácter puramente civil de su programa nuclear.

Por eso consideramos que hay que avanzar de manera gradual, paso a paso, sobre la base del consentimiento mutuo, empezando por las cuestiones más controvertidas.

Creemos que en la próxima ronda de conversaciones podremos ponernos de acuerdo al menos sobre los primeros pasos concretos. Por eso queremos que las negociaciones comiencen tan pronto como sea posible.

¿Antes de las elecciones presidenciales en Irán previstas para el 14 de julio? ¿O, como sugirió la Alta Representante de Política Exterior y de Seguridad Común de la Unión Europea, Catherine Ashton, es mejor esperar los resultados de los comicios? ¿Esto significa que el Grupo de los Seis espera que la postura de Teherán cambie dependiendo de quién salga elegido?

— Esperamos ponernos de acuerdo independientemente de quién sea la persona concreta, responsable de tomar decisiones sobre el desarrollo del programa nuclear en Irán. Nuestra esperanza tiene que ver con que las partes ya han recorrido un largo camino y han realizado un enorme trabajo y existe la posibilidad de dar el siguiente paso.

Cuando las delegaciones se sientan a la mesa de las negociaciones por primera vez para discutir un tema complicadísimo y la cosa no avanza, la discusión se desvía constantemente de su cauce principal. Con el tiempo esto se va superando. Y ahora es el momento cuando, tanto Rusia como otros países del Sexteto, tenemos claro qué hay que hacer para que se produzca el contacto, el acoplamiento, como el de dos naves espaciales: se alinean tras muchas maniobras, los tripulantes pulsan un botón para activar el mecanismo y dos aparatos se convierten en una nueva estructura. En el caso de las negociaciones con Irán queremos que el mecanismo se active en cada país que participa en el proceso para alcanzar el resultado buscado.

¿Entonces, ahora todo depende de Irán?

— No, no lo diría. De Teherán dependen muchas cosas, pero el Grupo de los Seis también tiene que estar preparado. Pensamos que en la próxima ronda podríamos acordar unos pasos concretos, definir las concesiones que haría cada parte. No podemos permitir que esta posibilidad se nos escape. Por eso tanto los iraníes como los miembros del Sexteto deben hacer “los deberes” en casa.

¿Ya están acordados el lugar y una posible fecha para esta próxima ronda?

—La parte rusa siempre ha sostenido que para nosotros el lugar de la celebración de la reunión es una cuestión secundaria. Vamos a ir a cualquier lugar que resulte admisible para todos los participantes. Celebramos dos últimas rondas, bastante intensas y constructivas en Almaty (Kazajstán). No sería una mala idea continuar allí, sabiendo que nuestros socios kazajos han propuesto oficialmente esta opción, que sería cómoda para todos. En cuanto a la fecha: cuanto antes mejor. Hemos propuesto celebrarla antes de las elecciones presidenciales en Irán. Estamos, por supuesto, informados de la opinión de  la señora Ashton, que tendrá sus razones. Al fin y al cabo no podemos imponer ninguna fecha  aunque sí podemos argumentar, y lo hacemos, a favor de hacerlo lo antes posible alegando que los largos intervalos frenan el proceso. Pero no todo depende de nosotros.

¿Está acordado todo menos la fecha de la próxima ronda?

— Cada vez es  más difícil establecer la fecha. Pero, insisto, vamos a hacer todo lo posible para que, a pesar de la agenda muy apretada de los participantes del proceso, las negociaciones no se aplacen demasiado y se celebren antes del otoño de este año.

Aunque, por supuesto, tenemos que tener en cuenta que el jefe negociador iraní, el secretario del Consejo Supremo de Seguridad Nacional de Irán, Said Jalili, se postula como candidato a la presidencia de la República Islámica, lo cual, sin duda, también influye a la hora de concretar la fecha.

Volviendo al tema de las propuestas que hizo Teherán a las potencias ¿sería posible solucionar la cuestión sobre la construcción de un reactor de agua ligera de manera bilateral entre Rusia e Irán?

— Los reactores de agua ligera se fabrican en varios países. Está claro que  la corporación rusa de energía nuclear, Rosatom, dispone de unas tecnologías muy competitivas en este área. Por cierto, cuando hace un par de semanas estuvo  de visita en Moscú el jefe del Organismo Internacional de Energía Atómica, OIEA, Yukiya Amano, Rosatom le enseñó sus últimos logros, que tienen que ver con la seguridad de este tipo de reactores: las mejoras fueron hechas a partir del análisis del accidente en la planta nipona de Fukushima. Parece que Amano se quedó impresionado.

Por eso, cuando sea posible retomar nuestra cooperación con Irán en este ámbito nos gustaría que las propuestas de la parte rusa no sólo fuesen estudiadas con atención por nuestros socios iraníes, sino que resultasen atractivas para ellos desde todos los puntos de vista. Continuaremos trabajando para ello, pero lo haremos teniendo en cuenta el contexto de las discusiones actuales. Porque sería imposible hacerlo de otra manera, sin contar con la situación en torno al programa nuclear iraní.

Aunque, insisto, la cooperación para la utilización de energía nuclear con fines pacíficos es un derecho inalienable de cualquier país signatario del Tratado de No Proliferación Nuclear, también de Irán.

Volviendo a las relaciones entre Rusia y EEUU, ¿es probable que los intensos contactos, de los que usted ha hablado, se traduzcan en acuerdos concretos durante el próximo encuentro de los presidentes de los dos países en Irlanda del Norte?

— Es muy probable. Pero hay que esperar las dos semanas que faltan para la reunión de los presidentes. Estamos terminando de preparar varias cuestiones de la agenda del jefe de Estado ruso relacionadas con posibles acuerdos importantes con EEUU. Pero no puedo adelantar ningún detalle de lo que se anunciará, espero, en Loch Erne.

¿Se puede esperar alguna novedad con respecto a las adopciones? La delegación del Congreso de EEUU planteó durante su visita a Moscú esta cuestión. Los congresistas expresaron su esperanza en que se aprueben nuevos documentos en este ámbito.

— No creo que en materia de adopciones haya nuevos acuerdos. Por la simple razón de que nos vimos obligados a renunciar a los existentes no para elaborar unos nuevos sino para proteger a los menores adoptados en Rusia de manifestaciones de violencia y maltrato por parte de los padres adoptivos, que, aunque suene paradójico, se hicieron más frecuentes tras la firma del convenio denunciado hace poco. Además, consideramos insuficiente la interacción de los órganos de tutela, los defensores de derechos y las agencias de adopción internacional estadounidenses con la parte rusa. Hasta ahora se ha negado a los representantes de Rusia la posibilidad de visitar libremente a los niños rusos en Ranch for Kids, en el Estado de Montana, un rancho donde se mantienen los menores de edad con desviaciones en el comportamiento. Podemos constatar también que la colaboración del Departamento de Estado con los organismos rusos es insuficiente, aunque es precisamente a la cancillería estadounidense a la que le incumbe informar a la parte rusa de la situación real de los menores adoptados en nuestro país por los ciudadanos de EEUU para que podamos intervenir en los casos en los que estos menores necesitan ayuda.

Por lo tanto, mientras no se superen estas deficiencias, no se podrá hablar de nuevos acuerdos. Nuestros socios del Congreso de EEUU saben perfectamente de que no basta con pasar la página y decir: "Vamos a restablecer las adopciones, a ver si ahora sale mejor". Esto sería imposible.

Pero le aseguro que es uno de los ámbitos en el que estamos trabajando continuamente en un estrecho contacto con nuestros socios estadounidenses. En particular, el tema se discutió el pasado 30 de mayo durante un encuentro con los representantes de EEUU de visita en Moscú. Continuaremos el diálogo en junio durante la visita a EEUU del Defensor del Menor de Rusia, Pável Astájov; y del comisario para Derechos Humanos de la Cancillería rusa, Konstantín Dolgov.

¿Cree que debido a estos últimos contactos este diálogo ha salido del 'punto muerto'?

— Esperemos que sí.

Según algunas fuentes, para mediados de julio están previstas nuevas consultas ruso-estadounidenses sobre el escudo antimisiles (DAM). ¿Puede confirmarlo?

— Según me consta, estos planes se refieren a las consultas entre nuestros colegas de Defensa. Las que se organizaron entre nuestro Ministerio y el Departamento de Estado de EEUU tuvieron lugar el 24 de mayo, cuando estuvo aquí Rose Gottemoeller, secretaria de Estado adjunta que se encarga de campos relativos al control del armamento.

Tenemos previsto celebrar la próxima ronda de conversaciones después del encuentro de los presidentes de Rusia y EEUU, aunque las fechas no están acordadas aún.

¿Discutieron con Gottemoeller los mensajes de los presidentes de EEUU y Rusia, que aclaran la postura de ambos países con respecto al escudo antimisiles?

— Sí, fue el principal tema de la agenda: cuestiones de la estabilidad estratégica, que incluyen la del DAM, la de armas nucleares y otras. Pero además de la estabilidad estratégica estudiamos otros temas, entre ellos nuevos compromisos de desarme y no proliferación nuclear. Cabe destacar que avanzamos en una serie de cuestiones importantes, como por ejemplo el programa Nann-Lugar de eliminación de arsenal militar ruso.

¿Es posible que algún acuerdo en este ámbito esté preparado antes del próximo encuentro de los mandatarios?

— Estamos trabajando en ello. Es uno de los ámbitos donde se pueden lograr resultados concretos.

¿Están preparados Rusia y EEUU para reanudar las reuniones en formato 2+2, entre los ministros de Asuntos Exteriores y ministros de Defensa de Rusia y EEUU?

— Los presidentes de nuestros países tienen que tomar esta decisión. Por nuestra parte estamos muy interesados en que el trabajo se organice de esta manera, ya que hay múltiples cuestiones que incumben tanto a los Ministerios de Defensa como a las cancillerías de ambos países.

Si los presidentes [durante su encuentro en junio en Reino Unido] aceptan que los ministros continúen sus reuniones en dicho formato, la próxima reunión tendrá lugar antes de la visita de Obama, que viajará a Moscú para participar en la cumbre del G-20.

¿Hay algún avance en la cuestión del acceso de representantes rusos a la prisión Guantánamo?

— Discutimos constantemente este tema pero no vemos por parte estadounidenses suficiente voluntad para buscar una solución.

Ultimamente nos informaron que las autoridades de EEUU no ven suficientes motivos para organizar el encuentro de los diplomáticos rusos con Ravil Mingazov, ciudadanos ruso arrestado en Pakistán en  2002, que permanece detenido en la prisión militar estadounidense desde entonces. Este planteamiento no nos parece justificado y es una cuestión humanitaria que nos preocupa.

También estamos trabajando continuamente en los casos del empresario Víctor Bout y del piloto Konstantin Yaroshenko, dos ciudadanos rusos condenados a unas largas penas de prisión en EEUU. La colaboración de las autoridades estadounidenses en estos asuntos tampoco nos parece suficiente. Parece que estamos atascados en un círculo vicioso, no conseguimos avanzar aunque sea en cuanto a la mejora de las condiciones de encarcelamiento de nuestros ciudadanos. Ya no hablo de cuestiones tan complicadas como el regreso de Bout y Yaroshenko a Rusia.

¿No hay ninguna posibilidad de encontrar una solución?

— De momento no lo hemos logrado, pero seguiremos insistiendo.

¿Se planean próximamente visitas de alto nivel a países de América Latina?

— Sí, se prevé que próximamente el canciller ruso, Serguéi Lavrov, visite dos países latinoamericanos.

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