Los paraísos fiscales reflejan el desorden financiero global

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En el contexto actual, la lucha contra los paraísos fiscales a nivel global supone no sólo la mejora del control del flujo de dinero negro sino que forma parte del programa de salvamento de los Estados, que se enfrentan a enormes problemas presupuestarios en este periodo de inestabilidad financiera.

En el contexto actual, la lucha contra los paraísos fiscales a nivel global supone no sólo la mejora del control del flujo de dinero negro sino que forma parte del programa de salvamento de los Estados, que se enfrentan a enormes problemas presupuestarios en este periodo de inestabilidad financiera.

¿Dónde, si no es en los paraísos fiscales, se pueden encontrar los capitales que se esconden de los órganos de las distintas agencias tributarias? Sobre este asunto dio su opinión a RIA Novosti en forma de entrevista el presidente Vladimir Putin.

Para Vladimir Putin, la supresión de los paraísos fiscales supone un requisito para la superación de los desequilibrios de la economía mundial, ya que el movimiento descontrolado de estos flujos de capital tiene consecuencias negativas para el sistema financiero global. Los países son los primeros en padecer el fenómeno. El movimiento de este capital especulativo (que es muchas veces de origen delictivo) reduce los ingresos fiscales de los gobiernos, en un momento en que son más necesarios que nunca debido al periodo de fuerte déficit fiscal.

La lucha contra los paraísos fiscales representa una de las prioridades seleccionadas por el Reino Unido para su presidencia del G-8. El máximo mandatario ruso contó en su entrevista a RIA Novosti que Rusia planteará en la reunión el problema de las herramientas internacionales que complicarían la vida a los amantes de la evasión de capitales. El mencionado tema figurará también en la agenda de la cumbre del G-20 que se celebrará en septiembre de 2013 en San Petersburgo.

Moscú propone la siguiente medida de lucha contra los paraísos fiscales: firmar acuerdos bilaterales con jurisdicciones libres de impuestos o que tengan tasas rebajadas, para poder finalmente revelar la identidad de los beneficiarios. Sería incorrecto suponer que Moscú se ha preocupado del problema en relación a lo ocurrido en Chipre donde quedaron paralizadas sumas colosales pertenecientes a empresas rusas. Ya a finales del año pasado el presidente Putin en su Mensaje a la Asamblea Federal encomendó al Gobierno del país la tarea de formular un conjunto de propuestas que ayuden a liberar la economía rusa del vínculo con los paraísos fiscales. En todo el mundo la evasión de capitales es considerado una muestra de escaso patriotismo. Para aquellas fechas la Agencia Tributaria de Rusia ya había redactado su propio conjunto de medidas, entre ellas enmiendas a los convenios de doble imposición firmados con cerca de ochenta países. Las enmiendas se referían precisamente a la revelación de la identidad final de los beneficiarios de los paraísos fiscales: es decir, de aquellos empresarios que no figuran como propietarios de las empresas, pero reciben ingresos por sus actividades.

Sin embargo, el proyecto de la autoridad tributaria rusa no gustó en el Ministerio de Finanzas, que a cambio formuló su propia (y larga) lista de propuestas. Con el resultado final de que el proceso de discusión y puesta en común se fue prolongando en el tiempo. En febrero de 2013 el presidente encargó al Gobierno de Rusia tener preparado para septiembre de 2013 un paquete de medidas para lograr cortar las vías de comunicación entre la economía rusa y los paraísos fiscales. A juzgar por las palabras pronunciadas por Putin en la entrevista a RIA Novosti, se podría pensar que respalda las propuestas de la autoridad tributaria.

Unos beneficiarios difíciles de identificar

Conviene no olvidar que la guerra a los paraísos fiscales no fue declarada por Rusia. Se trata de una lucha iniciada hace tiempo por los países desarrollados y encabezada por EEUU, donde la ofensiva contra los evasores de impuestos lleva ya mucho tiempo. En particular, EEUU ha logrado, en varios procesos judiciales, el levantamiento del secreto sobre la información relativa a los propietarios de cuentas bancarias en las jurisdicciones más respetuosas con el secreto bancario. Rusia no hace en realidad más que unirse –aunque con gran lentitud- a un proceso ya iniciado.

Así, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE) ha elaborado una serie de estándares tributarios, así como una lista de países que mantienen en secreto determinadas informaciones. Estos países, por cierto, son ya una pequeña minoría; y, por ello, los paraísos fiscales ya no son una barrera infranqueable para ocultar a los beneficiarios de las cuentas.

Hasta el momento actual, de todos los grandes países, sólo Rusia no se ha implicado en este proceso de intercambio de información fiscal, que permitiría levantar el secreto último de los beneficiarios de las cuentas, tan difíciles de identificar.

La causa está, seguramente, en otra de las especificidades rusas, sin las cuales no parece posible explicar prácticamente nada de lo que ocurre en el país. Si los empresarios de otros países usan los paraísos fiscales para optimizar el pago de impuestos, los rusos lo hacen, en gran medida, para la transferencia al exterior de capitales usando el método de las llamadas "operaciones dudosas".

A principios de año, el gobernador del Banco Central, Serguéi Ignátiev (que debe abandonar su puesto el 24 de junio), subrayó en una entrevista al diario Vedomosti  que miles de millones de dólares salían de Rusia mediante este tipo de operaciones dudosas. En los últimos diez años podrían haber salido así cerca de 400.000 millones de dólares.

El rasgo característico de estas operaciones consiste en que, con ellas, las grandes compañías rusas usan empresas “de un día” para enviar a paraísos fiscales capitales obtenidos en principio de forma perfectamente legal. El objetivo principal de estas operaciones es el cambio de propiedad de esos capitales. Esa es la razón de que sea tan difícil averiguar quién es el beneficiario final. Incluso cuando se cuenta con un acuerdo de intercambio de información fiscal entre los países.

¿Hay algún modo efectivo de acabar con este tipo de tramas que usan los paraísos fiscales? Seguramente lo hay: pero eso implicaría combatir las causas del problema y no las consecuencias. Como dijo el presidente el jueves en su mensaje con ocasión de la presentación del presupuesto, es necesario crear las condiciones fiscales (y quizá habría que añadir no sólo fiscales) para que invertir dinero en Rusia sea igual de rentable que esconderlo en unas islas perdidas de la mano de Dios.

LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI

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