Snowden hace empatar a China y EEUU en su lucha por el ciberespacio

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El miércoles pasado comenzó en Washington un nuevo diálogo estratégico chino-estadounidense, o mejor dicho, una discusión acerca de todos los temas posibles.

El miércoles pasado comenzó en Washington un nuevo diálogo estratégico chino-estadounidense, o mejor dicho, una discusión acerca de todos los temas posibles.

Sin embargo, un asunto que hace poco EEUU esperaba aprovechar como un ariete contra China, fue abordado en una sesión especial realizada el martes. Se trata de la seguridad de Internet y del ciberespacio en general. ¿Por qué ya no sirve esa 'superarma'? La respuesta consiste en un apellido: Snowden.

En la red todos son iguales

Los resultados de la sesión del martes se desconocen. Según las comunicaciones oficiales chinas, la discusión fue sincera, es decir los oponentes no repararon en criticar el uno al otro. Pero no dejaron de dialogar, hacer propuestas…

El que el diálogo tenga lugar es toda una sorpresa, porque hace poco en vez de este diálogo había un ataque estadounidense.

Ahora en Pekín se habla mucho de ello, y la idea principal que promueven los chinos consiste en que hacen falta reglas internacionales para evitar daños mutuos a través de Internet. Y que EEUU no tiene el monopolio para dictar estas reglas.
Por eso cabe llegar a un consenso para no perjudicar la economía, la seguridad y a los regímenes de los Estados.

Como reconocen los comentaristas, EEUU es una superpotencia mundial en el ámbito de las comunicaciones, mientras que en China  Internet apareció hace tan solo hace 19 años. Por eso Washington quiere mantener su ventaja estratégica. Por ejemplo, dictando las reglas de la “libertad de Internet”. Pero una cosa es querer, y otra, poder.

Cabe recordar que hace poco la administración de Barack Obama estuvo a punto de arrinconar a los chinos a raíz de sus tejemanejes en la red. Fue en vísperas de un acontecimiento de gran interés, la cita entre Obama y el líder chino, Xi Jinping, a principios de junio, celebrada en California con el propósito de elaborar un nuevo modelo de relaciones entre los dos países.

Pero es casi imposible elaborar nuevos modelos de relaciones sin conflictos. En el curso de varios meses antes de la cita EEUU acusaba a Pekín de penetrar en los sistemas de información, incluidos los estratégico-militares: a propósito, no ha mostrado nadie que las acusaciones carecieran de fundamento. 

De momento sabemos muy poco de lo que discutieron los líderes en su reunión en California. Pero sabemos qué sucedió el día de su conclusión, y esto tiene que ver directamente con la ciberseguridad y con la arbitrariedad en Internet. Snowden se escapó a China, quien dejó al descubierto los secretos de programas de ciberespionaje de EEUU en todo el mundo.

La bomba estalló en el momento oportuno

Es muy interesante analizar las fechas de este caso. Snowden se fue de vacaciones, hizo las maletas y salió para Hong Kong el 20 de mayo. Allí estuvo esperando como una bomba con detonador activado. El 9 de junio la bomba estalló: habló abiertamente con un grupo de periodistas. Snowden había mandado sus revelaciones a varias direcciones unos días antes, pero el efecto no fue tan fuerte hasta que el denunciador no saliera del cibermundo al mundo real.

Snowden se escapó del hotel de Hong Kong el 10 de junio, cuando Xi Jinping salía con una sonrisa de California. Las autoridades estadounidenses acusaron a Snowden de filtrar secretos de Estado el 21 de junio. Al aeropuerto Sheremetievo en Moscú él llegó el 23 de junio.

¿Y por qué el extécnico de la CIA y luchador por la transparencia mundial se escapó primero precisamente a Hong Kong, una parte de la República Popular China, aunque con sus peculiaridades de legislación? Snowden dijo a sus jefes que necesitaba vacaciones para pasar un tratamiento contra la epilepsia, pero Hong Kong no se parece nada a la zona de balnearios.

La respuesta parece ser muy simple: porque en aquel momento ningún otro país habría sacado tanto provecho de las filtraciones de del joven filtrador. Por supuesto, Snowden habría podido hacerlo en vísperas, el día de la reunión entre Obama y Xi Jinping, pero entonces Obama habría tenido que renunciar a este encuentro. Porque lo que reveló Snowden es un programa que supera en su volumen y no difiere, en esencia, de los programas de cuya existencia intentó EEUU acusar a China. Y, a propósito, ese programa fue dirigido contra China también.

Así que los estadounidenses fallaron a la hora de acusar a su oponente (porque en esta materia es difícil encontrar evidencias), pero Snowden, o más bien China, no falló con sus acusaciones. Recordemos que el primer periódico adonde filtró Snowden la información fue el periódico de Hong Kong en inglés Sunday Morning Post.

Al hacerlo, Snowden habría podido salir para Pekín, pero entonces habría agravado la situación de las autoridades chinas. Hong Kong, con su estatus, es otra cosa porque es casi una zona neutral. Cuando sospecharon que era espía chino, Snowden contestó con una broma diciendo que si fuera así, ya tendría un palacio en Pekín. Pero no le declararon espía, él sigue gozando de la reputación de ciudadano de un mundo que lucha por el bien y la libertad. Muy razonable e impresionante.

En cuanto al diálogo chino-estadounidense que debe definir el lugar de cada uno y quién va a dictar las reglas de comportamiento, el intercambio de mensajes continúa. Snowden intervino en este juego como un factor nivelador. Pero hay muchos otros factores que hacen a las partes mantener la precaución y hacer tablas. Por ejemplo, la aceleración del crecimiento en EEUU y su reducción en China, o el hecho de que cada 24 minutos a través del océano Pacífico sale un avión de China a EEUU o al revés. Y Snowden parece merecerse un descanso en Venezuela.

LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI

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