Dos mujeres protagonizan la vida política en EEUU esta semana

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Dos útimas noticias desde Washington, ambas protagonizadas por las mujeres, parecen estar relacionadas entre sí. La primera es que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, almorzó en privado en la Casa Blanca con su exsecretaria de Estado, Hillary Clinton.

Dos útimas noticias desde Washington, ambas protagonizadas por las mujeres, parecen estar relacionadas entre sí. La primera es que el presidente de Estados Unidos, Barack Obama, almorzó en privado en la Casa Blanca con su exsecretaria de Estado, Hillary Clinton. La segunda se resfiere a la nominación de la hija del expresidente de EEUU John Fitzgerald Kennedy, Caroline Kennedy, al Senado como la embajadora de Washington en Japón.

Estos dos acontecimientos, por dispares que sean, despertaron los comentarios sobre las elecciones presidenciales de 2016, desatando pasiones.

Como el perro y el gato

No se trara de que el Partido Demócrata de EEUU tenga que elegir entre estas dos mujeres al candidato que reemplace a Obama, quien para 2016 ya habrá terminado su mandato.  Aunque es bastante lógico que al primer presidente “de color” le suceda la primera mujer en este cargo en la historia del país.

Es verdad que Hillary Clinton actualmente lidera la lista de los demócratas que aspirarían a participar en la carrera presidencial, después del vicepresidente Joseph Biden. El almuerzo con Obama alimentó las especulaciones sobre las aspiraciones políticas de la exprimera dama.

Entretanto, Caroline Kennedy tiene que ver con todo esto desde una perspectiva muy distinta. Esta mujer, de 1994 a 2011, se desempeñó en el Consejo de Administración de la Comisión de Debates Presidenciales, que organiza debates en las elecciones presidenciales. Fue una de las principales figuras que apoyó a Obama en su reelección en 2012.

La más joven de uno de los clanes políticos con más solera de EEUU  recaudó importantes cantidades de dinero para la campaña electoral del actual mandatario estadounidense en 2008 organizando comidas benéficas o eventos de interés especial, donde una donación por plato o entrada es requerida.

Y quién mejor que Kennedy para hacerlo, una filántropa que lleva años recaudando dinero para las escuelas de Nueva York siendo asesora del Departamento de Educación.

Pero el dinero es lo de menos, en 2008 los demócratas estaban realmente divididos por las candidaturas de Barack Obama y  Hillary Clinton. En esto la benjamina del clan Kennedy anunció que, en la carrera electoral, sólo había un presidente como su padre, y ése era Obama. En un artículo publicdo en The New York Times escribió: "Nunca he visto a un presidente que inspirara a la gente como me dicen que mi padre era capaz de inspirar".

Dicen que desde entonces Hillary Clinton y Caroline Kennedy se llevan como el perro y el gato. Pero ¿que significa entonces el nombramiento de ésta última como empajadora en Tokio? ¿Que para 2016 habrá vuelto con más “puntos” para competir con la actual Secretaria de Estado en las presidenciales? ¿O, al revés, de este modo se limpia el camino para la principal candidata demócrata?

Sobre todo si tomamos en cuenta que el puesto de Kennedy no será ningún “chollo”, dadas las tensiones entre Japón y EEUU en los últimos tiempos…

La Señora Embajadora

La nominación de la única hija viva del expresidente Kennedy (1961-1963) ha recibido acerbas críticas. Algunas aseguran que fue una selección incorrecta, debido a la falta de experiencia de Caroline en esta materia.

A Obama le acusan de haber nombrado, durante su segundo mandato, embajadores a personas que habían recaudado fondos para su campaña electoral pero que tienen poca idea de lo que es la diplomacia. En este sentido se mencionan capitales como Londres, Roma, Bruselas, Madrid y, ahora, Tokio.

Aunque Japón dio la bienvenida a la largamente anticipada nominación de Caroline Kennedy. Primero, porque su padre, había participado como voluntario en la Guerra del Pacífico contra japón, donde fue herido. Se quiera o no, para la tradición samurái es una circunstancia digna de aprecio.

Además, fue J.F.Kennedy quien en 1962, un año antes de su asesinato, salvó las relaciones entre EEUU y Japón de una crisis mucho más grave que la actual. Y lo hizo con la ayuda de su hermano, Robert, que tampoco era un diplomático profesional. Los japoneses se acuerdan muy bien de aquella historia. Entonces, recordemos, la ocupación estadounidense era todavía muy reciente, aún no se había producido el llamado milagro económico japonés y todo podría haber  tomado otro cariz… Y, por último, en Japón celebran la cercanía de la futura embajadora con el presidente Barack Obama. Porque, según el ex vicesecretario de Estado de EEUU para Asia Pacífico, Kurt Campbell, el embajador es la persona que puede comunicarse directamente con su presidente. “No conozco a nadie en Estados Unidos quien pueda tardar menos en conseguir hablar con Obama que Caroline Kennedy”, comentó.

La monarquía inmortal

Lo más curioso en toda esta historia es observar cómo el «péndulo» político estadounidense se mueve del democratismo extremo al monarquismo práctico.

A pesar de que Estados Unidos es considerada cuna de la democracia, un país donde un limpiabotas se convierte en el presidente de la nación de un día para otro, existe allí un culto a la aristocracia, los viejos linajes. El apellido Kennedy ya suena a la “edad de oro”, aunque no es ninguna estirpe de sangre azul.

Si en el escenario político de EEUU hay una familia de alta alcurnia son los Bush, que se ascienden en su genealogía a la Casa Real del Reino Unido y dieron al país dos presidentes (uno bueno).

Pero son republicanos. Los demócratas en este sentido van rezagados. La pareja Clinton son de los estudiantes de provincia “que se han hecho a sí mismos”. Lo mismo se puede decir de Obama, que, encima, pertenece a la minoría étnica en EEUU.

Los Kennedy tampoco son aristócratas: el abuelo de Caroline, Joseph Patrick, hizo su fortuna vendiendo licor durante la “ley seca” de manera ilegal, pero llegó a ser embajador de EEUU en Gran Bretaña durante la Segunda Guerra Mundial, entre 1938 y 1940.

No obstante, la hija del presidente Kennedy personifica el estilo de vida de los “linajes viejos”, adinerados y con historia. Por cierto en 2008 se presentó para sustituir de Hillary Clinton en el Senado de EEUU después de que Obama eligiera a la ex primera dama como Secretaria de Estado. Pero luego retiró su candidatura al no saber explicar a los electores su motivación… ¿Qué motivación tendrá ahora…?

Sea como fuera, la figura de Caroline deberá recordar a la parte conservadora y “blanca” del electorado que el Partido Demócrata no es un partido sólo para los habitantes urbanos “de color”.

LA OPINIÓN DEL AUTOR NO COINCIDE NECESARIAMENTE CON LA DE RIA NOVOSTI

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