El legendario avión Il-86 se convierte en museо

© RIA Novosti . Dmitriy PetrochenkoEl legendario avión Il-86 se convierte en muse
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Uno de los más legendarios aviones soviéticos, el Il-86, que dejó de volar hace seis años y que estaba a la espera de desguace, se convertirá en un museo de la aviación.

Uno de los más legendarios aviones soviéticos, el Il-86, que dejó de volar hace seis años y que estaba a la espera de desguace, se convertirá en un museo de la aviación.

Se ubicará en el aeropuerto de Tolmachóvo en Novosibirsk (Siberia Occidental). El acceso de los visitantes al avión, sin embargo, todavía no es posible.

“El avión no estará en la pista de modo permanente. Se trata de una situación temporal mientras lo adecentamos. La idea es que quede instalado detrás del edificio del antiguo hotel del aeropuerto. Entonces podrá ser visitado por quien lo desee”, comenta Irina Shávshina, responsable de prensa del aeropuerto de Tolmachóvo.

El avión se ve desde lejos. Con sus enormes dimensiones, es difícil no fijarse en él, sobre todo al lado de los aviones modernos. Todo blanco, sigue teniendo una buena estampa, a pesar de que esté un poco polvoriento. Es bastante complicado subir al avión: las escalerillas todavía no están listas para ser usadas. Hay una escalera que usa el personal técnico con gran facilidad, pero que a cualquiera que no tenga un poco de entrenamiento le da la impresión de que se podría caer en cualquier momento.

Una vez dentro de la cabina, uno entiende porque al Il-86 se le alababa por ser el avión más confortable y seguro de la industria de aviación soviética y por qué se le consideraba la “salvación del transporte aéreo del país de los soviets”. Es tan espacioso que cualquier comparación con los modernos Airbus y Boeing deja en mal lugar a estos últimos.

Los techos son tan altos que no agobian. La ventilación individual no está sobre nuestras cabezas, sino incorporada en el respaldo de los asientos. La disposición de los mismos es también muy espaciosa, confortable incluso para los pasajeros más altos: la distancia entre filas es mucho mayor que en cualquiera de los aviones modernos. Dispone de  mucho espacio para guardar la ropa, un ascensor para subir la comida desde la cocina y amplios cuartos de baño. No en vano se decía entonces que el Il-86 era un avión hecho a la medida de uno mismo, para estar cómodo.
En un momento dado el Il-86 fue la esperanza de la flota aérea, pero no tardó en bajarse de las nubes.

“Se trata de un avión de primera clase. Al mismo nivel que el Boeing 767. Superior incluso al A320: el Airbus tiene la cocina y los servicios en la cola, lo cual hace que las ocho últimas filas tengan que esperar para ir al servicio; lo cual, al mismo tiempo, estorba al personal de a bordo que tiene que pasar con sus carritos”, comenta el ingeniero Yuri Vorotnikov, que dirige el equipo encargado de la rehabilitación del aparato.

Sin embargo, el personal encargado de la renovación del avión tiene todavía mucho trabajo por delante para lograr devolverle su aspecto original. El suelo está levantado; en la parte delantera de la cabina hay asientos de otro avión ya desguazado; y el panel de mandos de la cabina de los pilotos está plagado de agujeros negros. La misma concepción del futuro museo está todavía en discusión, confirman los responsables del aeropuerto.
“Una opción es poner una cafetería para niños y una exposición sobre el aeropuerto en la parte de atrás y, en la parte delantera, colocar una reconstrucción detallada de la cabina. Pero lo más importante es recopilar objetos relacionados con el mundo de la aviación desde 1957 hasta 2013: fotografías, horarios, folletos, billetes o vajilla de a bordo”, comenta Irina Shávshina.

Este avión pertenecía a la empresa S7, pero en el otoño de 2007 se tomó la decisión de que no volvería a volar. El aparato estaba a punto de ser desguazado cuando el aeropuerto decidió comprarlo. “Por fuera estaba más o menos bien, pero en el interior no quedaba ni un panel, no tenía asientos ni cables en la cabina. A día de hoy nos queda encontrar 65 tipos de aparatos, pero al principio faltaban 200. Hemos buscado las piezas por toda Rusia. Queda también por resolver el problema de la moqueta y de las fundas”, explica Yuri Vorotnikov.

Pero este no es el principal problema que habrá que resolver: lo más grave es que no hay motores. Encontrar hoy en día los motores originales es simplemente imposible. A comienzos de los 2000 casi todas las líneas aéreas fueron renunciando a usar los Il-86. En primer lugar por su consumo desproporcionado que lo hacía poco económico: el aparato consumía 14 toneladas de combustible la primera hora y 12 toneladas en las siguientes. Además, el avión no cumplía con las exigencias de control del ruido de los motores impuestas por las autoridades aéreas de otros países.  En segundo lugar, se produjo una caída muy importante del número de pasajeros. Y, como resultado, todos los aviones de este modelo acabaron desguazándose.
“Estamos negociando con una de las fábricas para que nos haga una maqueta a tamaño natural de los motores del Il-86, pero necesitamos que respeten hasta los últimos detalles, para que ni siquiera los especialistas sospechen que hay trampa”, comenta Evgueni Petrov, ingeniero jefe del servicio de aviación de Tolmachóvo.

En la conversación con Evgueni Petrov y Yuri Vorotnikov se nota la nostalgia por el fin de toda una época de la aviación y la pérdida de buena parte del saber en materia de ingeniería aeronáutica. El Il-86 era el avión civil más moderno de los años ochenta: tenía los mejores equipos de navegación y la seguridad estaba plenamente garantizada porque todos los sistemas podían ser sustituidos hasta cuatro veces. Sobre la base de ese modelo se creó el Il-96, pero ya no había mercado para él. A pesar de que, según estos ingenieros, sería el mejor de su clase.

“Los aviones acaban en el desguace... Pero lo importante es que quede gente para la que la aviación es algo importante. Yo mismo he dado casi 30 años de mi vida a la aviación. Muchos prefirieron irse a trabajar al extranjero. De hecho, en la creación del Boeing 787 Dreamliner participaron muchos especialistas rusos”, señala Yuri Vorotnikov.

El personal de aeropuerto se acuerda de numerosas anécdotas relacionadas con el Il-86, algunas completamente inverosímiles. Así, un huérfano nacido en Novosibirsk lograba meterse en los aviones en el aeropuerto de Tolmachóvo, los Il-86 incluidos, y consiguió de esta forma ver medio mundo de balde.

© RIA Novosti . Pável KomarovToda pieza del avión es parte de las épocas pasadas
Toda pieza del avión es parte de las épocas pasadas - Sputnik Mundo
Toda pieza del avión es parte de las épocas pasadas

“Se filtraba en la pista de despegue y aterrizaje, se escondía tras el autobús en movimiento que transportaba a los pasajeros hasta el avión y se tapaba con el equipaje. Al ser quitado el revestimiento interior del Il-86 se ha encontrado una inscripción del tipo “he estado aquí”, cuenta Yuri Vorotnikov.

Otra historia graciosa tuvo lugar durante el curso formativo para los sobrecargos. El instructor les estaba explicando el funcionamiento del tobogán inflable de evacuación. El Il-86 tiene instalado un mecanismo que, si la palanca gira más de 90º, suelta el tobogán y lo empieza a inflar. Al estar haciendo el hombre la demostración de cómo giraba la palanca, el dispositivo empezó a hacer ruido. El instructor intentó colocar la palanca en su posición inicial, pero todo fue inútil. Ni siquiera el equipo de técnicos que acudió en su ayuda pudo parar el proceso. Finalmente el avión se salió con la suya y el tobogán se infló. Hubo que llamar a técnicos especializados y pagarles la visita. Más tarde el personal de Tolmachóvo también aprendió a reducir los toboganes inflables.

El lanzamiento de este nuevo ‘museo con alas’ será más complicado que la primera experiencia, el avión Tu-154. “No tenemos la posibilidad de desmontar parte del ala de Il-86, de modo que habrá que remolcarlo tal como está y para ello despejar el territorio de postes, vallas y aparcamientos internos”, explican los expertos.

Será el primer museo de este tipo en Siberia y sólo el segundo en toda Rusia. De forma paralela en el aeropuerto de Púlkovo en San Petersburgo están reconstruyendo otro Il-86.

Los plazos concretos de la realización del proyecto en Novosibirsk se desconocen: todo dependerá del concepto elegido. Si se toma la decisión de llenar el avión museo con todos los atributos de la aviación civil soviética, además de la reconstrucción se necesitarán todo tipo de objetos auténticos.

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