Vladímir Putin demostró su capacidad de atraer interés al actuar en diversos papeles ya durante sus primeros mandatos presidenciales. Siguió siendo fiel a esa costumbre también en el puesto de primer ministro.
Conocido por su inclinación a un modo de vida sano, Putin, ya en el puesto de primer ministro, aprendió a jugar al hockey, considerado en Rusia un deporte de los hombres de verdad. A comienzos de 2011, prometió llegar a dominar el patinaje. Y ya a mediados de abril demostró los hábitos adquiridos en dos meses durante un entrenamiento de unos hockeístas jóvenes en el estadio moscovita de Luzhnikí.
En agosto del año pasado, el jefe del Gabinete de Ministros debutó como arqueólogo, al participar en unas excavaciones en la península de Taman (costa rusa del mar Negro).
Durante la estancia en Taman, Putin usó por primera vez en su vida el equipo de buceo para alcanzar el fondo del golfo de Taman y ver allí la “Atlántida rusa”, la parte inundada de la antigua ciudad de Fanagoria.
El primer ministro salió a flote sosteniendo en brazos dos ánforas. Tal hecho provocó acalorados debates en medios noticiosos e Internet, en particular, entre los blogueros. El secretario de prensa de Putin, Dmiutri Peskov, refutó los rumores de que se trataba de una escena montada.
En 2009, Vladímir Putin fue elegido presidente del Consejo de Tutores de la Sociedad Geográfica Rusa, fundada en 1845 por el emperador Nicolás I. En la Rusia prerrevolucionaria, ese cargo lo desempeñaban por tradición miembros de la familia zarista. El primer ministro participó con regularidad en reuniones y foros de la Sociedad. Entregó premios a científicos y participantes de las expediciones, con los que analizó también los problemas de desarrollo de la ciencia.
Con la participación en la vida de la Sociedad Geográfica está relacionada otra actividad de Putin, de protección de los animales. Entrevistado en 2011 por la revista estadounidense OutdoorLife, el primer ministro ruso dijo que reconoce el derecho de existir para la cacería como una tradición, un hobby y un modo de proveerse de alimentos. Pero al mismo tiempo reconoció que no figura entre sus admiradores y que prefiere la pesca.
En sus puestos anteriores de funcionario de Estado, Putin aprendió a manejar diversos medios de transporte y máquinas. Durante los años en que se desempeñó como primer ministro, adquirió la experiencia de manipular una cosechadora. Lo hizo junto con el presidente Dmitri Medvédev el otoño pasado, al visitar el Territorio de Stávropol (sur de Rusia).
Cuando en agosto de 2010 se declararon incendios forestales en muchas regiones del país, el primer ministro decidió participar en su liquidación en persona. Sobrevoló la provincia de Riazán (parte central de Rusia) en un avión anfibio contra incendios Be-200, ocupando el lugar de copiloto. Manipuló tanto la toma del agua del río Oká como su vertido sobre las áreas en llamas. Con su ayuda fueron extinguidos dos focos del fuego.
Durante los últimos cuatro años, el primer ministro estuvo al timón de un avión, extinguió incendios, manejó una cosechadora y por poco llegó a operar una fresa de dentista. En la provincia meridional de Bélgorod, Putin visitó una clínica. En el despacho de odontólogo vio una fresa obsoleta. Entonces dijo al gobernador de la provincia, Evgueni Sávchenko, que sentara en el sillón del paciente. “Si no cambia ese instrumento, lo manejaré en persona en la boca de usted la vez que viene”, lo advirtió en broma.
En verano de 2010, Putin, experto en manejar autos de las más diversas marcas, recorrió la distancia de 2.165 kilómetros al timón del turismo Lada Kalina en la carretera Jabárovsk – Chitá (Lejano Oriente - Siberia). Al término de ese recorrido, convocó una reunión sobre el tema de construcción vial.
En materia del arte, el primer ministro dedicó atención al desarrollo de teatros y museos, entregó premios y se reunió con literatos. También creó un cuadro y tocó piano ante un público. En San Petersburgo existe la tradición de pintar personalidades célebres en vísperas de la Navidad unos cuadros, para venderlos luego en pública subasta y destinar el dinero obtenido para fines de caridad. En 2008, Putin también creó uno que dentro de unas semanas se vendió más caro que los demás.
El debut musical del primer ministro también estuvo relacionado con la esfera de caridad. En 2010, Putin tocó en piano en San Petersburgo la melodía de la canción “Por dónde comienza la Patria” y cantó en inglés con unos músicos de jazz. Después, el primer ministro repitió esa experiencia, en particular, durante su visita al Teatro de las Naciones.
