En ocasión al primer año de trabajo del ministro de Defensa de Rusia Serguei Shoigú, el diario Kommersant presenta un balance de los cambios hechos por Shoigú a la reforma radical de las Fuerzas Armadas del país que durante seis años fue la labor principal del ministro antecesor, Anatoli Serdiukov, destituido fulminantemente por escándalos de corrupción en estructuras castrenses.
En sus primeros días de trabajo, Shoigú se puso del lado de los militares al anular los cambios más impopulares hechos por Serdiukov desde el punto de vista de la reducción de las plantillas de entidades militares.
De esta manera, Shoigú restableció la dirección de preparación militar, liquidada en 2009, aumentó hasta 25.000 personas los funcionarios de recepción en las entidades militares, restableció los batallones de médicos.
En una abierta ofensiva a favor de nuevas estructuras, Shoigú creó nuevos batallones especializados en asuntos científicos y deportivos de las Fuerzas Armadas.
Demostrando un viraje radical en relación al ministro anterior, en las entidades adjuntas al ministerio de Defensa Shoigú aumentó los funcionarios militares, y en consecuencia, redujo a los funcionarios sin uniforme, que en tiempos de Serdiukov recibieron el mote de “batallones femeninos”, debido a que la mayoría de esos funcionarios eran mujeres.
Según Kommersant, Shoigú está haciendo cambios en las compañías creadas por el ministro anterior para realizar trabajos de servicios necesarios para el ejército (alimentación, limpieza, vestidos para las tropas) abastecimiento, reparación de equipo y armamento.
En un año, Shoigú liquidó las empresas creadas antes para la reparación de aviones, equipos y armamento como también la empresa encargada de abastecer al ministerio de Defensa de productos agrícolas para alimentar a la tropa.
Otro cambio radical que destaca Kommersant es que Shoigú avanza con más cautela a la política de privatización de activos militares, que por razones de costos de mantenimiento y rentabilidad, suponen una carga para el ministerio castrense y que bajo el mandato de Serdiukov fueron subastadas con una generosidad poco común, que ahora investiga la fiscalía.
El rotativo resalta que Shoigú da prioridad al armamento de producción nacional, al anular el contrato para la compra de 1775 carros blindados italianos Iveco-LMV65 promovido por Serdiukov, y en lugar de los vehículos europeos adquirir los vehículos rusos BMD-4M.
