En vísperas del 7 de noviembre -aniversario de la revolución de octubre- una disputa entre los obreros y la dirección en la planta del español Grupo Antolín situada en las afueras de San Petersburgo casi degeneró en la violencia, que solo impidieron policía y hasta fuerzas antidisturbios, informa el periódico ruso Trud.
Dos decenas de obreros se encerraron en el comedor de la planta exigiendo un encuentro con la dirección que llamó a la policía. Los agentes llevaron a los trabajadores a la comisaría. “La administración de la fábrica decidió agravar la situación en vez de sentarse a la mesa de negociaciones y discutir nuestras propuestas para normalizar la situación acudieron a las fuerzas del orden”, declaró Konstantín Vedernikov, presidente del sindicato.
La comisaría indicó que había recibido una denuncia sobre que un grupo intentaba ocupar la planta pero, después de haber comprobado los documentos, puso en libertad a todos los detenidos.
En septiembre pasado el sindicato de Antolín creado en primavera declaró el estado de prehuelga. En los cuatro años que habían pasado desde su instalación en la región de San Petersburgo la planta en reiteradas ocasiones había infringido el Derecho Laboral. Los trabajadores afirman que todas sus exigencias producían solo amenazas de despidos.
Cuando en septiembre la administración, compuesta de ciudadanos rusos, volvió a negarse a cumplir con las reclamaciones de los obreros, comenzó una huelga seguida de otra a finales de octubre. En noviembre la situación casi acabó en violencia. El jueves los trabajadores organizaron una acción de protesta en San Petersburgo para llamar la atención a la situación en la planta.
La administración despidió a 22 huelguistas sin explicaciones y sin entregarles sus documentos. Ahora los trabajadores están preparando un recurso. Por el momento, el resto de los obreros sienten decepción e impotencia.
