Las delegaciones de EEUU y la Unión Europea que visitan Ucrania estos días poco podrán hacer para apaciguar la situación en el país, escribe hoy Nezavisimaya Gazeta.
“Hoy por hoy no hay ningún motivo que permita a líderes occidentales exigir algo al equipo del (presidente) Yanukóvich”, dijo el analista Alexéi Léschenko.
Por eso, según el experto, los representantes europeos hacen unos “llamamientos comunes a paz” y se marchan.
De momento, Occidente tiene que aceptar la situación en Ucrania como un hecho.
“El régimen no ha cruzado la línea roja: no se declaró el estado de emergencia ni tampoco fueron sacados tanques contra la población civil”, explicó.
Al mismo tiempo, las autoridades buscan ganar tiempo para que las protestas se esfumen por cuenta propia.
“Y no es por la resignación de la sociedad, pues los ánimos de protesta no desaparecerán. Pero ahora no tienen salida, porque la oposición no es capaz de responsabilizarse de la situación en el país”, opinó el politólogo.
Coincidió con él otro experto político, Vitali Bala. En su opinión, los representantes de Washington y Bruselas llegan a Ucrania solo para analizar la situación y hacer un informe, pero de momento “no cabe esperar que Occidente reaccione al respecto”.
Según varios analistas ucranianos, el régimen puede dar un giro hacia la Unión Aduanera y ese cambio se dará a conocer durante una reunión de la comisión intergubernamental ruso-ucraniana del 17 de diciembre.
Por su parte, el diario Kommersant escribe hoy que el presidente Yanukóvich está dispuesto a retomar las negociaciones sobre la asociación con la UE si Bruselas accede a hacer algunas concesiones a Kiev, entre ellas la solución de las divergencias agrarias.
En caso de una respuesta positiva de Bruselas, el acuerdo podría firmarse en marzo próximo, precisa el periódico.
