Los acuerdos internacionales sobre el control de exportaciones de armas incluirán también los sistemas de seguimiento electrónico y programas espía, escribe hoy el diario Vedomosti.
La semana pasada, los Gobiernos de varios países occidentales elaboraron en Viena anexos al Acuerdo de Wassenaar sobre las exportaciones de armas convencionales y tecnología de doble uso. El nuevo documento recrudecerá el control sobre los suministros de productos de alta tecnología obligando a las empresas a solicitar la autorización gubernamental para vender, entre otras, las aplicaciones informáticas de seguridad y vigilancia.
Los autoridades de 41 países firmantes del Acuerdo de Wassenaar (entre ellos EEUU, Reino Unido, Rusia y la mayoría de los Veintiocho) se proponen restringir las ventas de sistemas de control de tráfico en la red y de las aplicaciones de intrusión cibernética, similares a las que utilizan habitualmente los servicios secretos, como la Agencia de Seguridad Nacional (NSA) de EEUU o el Cuartel General de Comunicaciones del Gobierno (GCHQ) del Reino Unido.
El acuerdo abarcará también todo software de recopilación de metadatos (direcciones IP, duración de conversaciones telefónicas, etc.) y restringirá la venta de aplicaciones para vigilar las actividades de los internautas, exceptuando las herramientas que las empresas usan en los estudios del mercado y del consumidor.
Asimismo, se fortalece el control sobre ciertos tipos de malware, especialmente el software malicioso capaz de dañar ordenadores, redes o equipos controlados por ordenador.
Las aplicaciones de cibervigilancia, intrusión y los programas de protección contra las mismas se desarrollan intensamente por empresas privadas de diferentes países. Según la agencia gubernamental británica UKTI (UK Trade & Investment), las ventas en el mercado internacional de sistemas de seguridad informática alcanzan unos 200.000 millones de dólares anuales y crecen un 10% al año.