La lucha de las potencias del mundo por el mercado iraní se intensifica conforme va avanzando el arreglo del problema nuclear de la República Islámica, escribe hoy el diario Kommersant que ofrece una entrevista con el embajador de Rusia en Teherán, Leván Dzhagarián.
El levantamiento paulatino de las sanciones contra Irán beneficiará a muchos países, “las grandes compañías occidentales y asiáticas ya empezaron a mostrar interés en un mercado potencial muy atractivo”.
Rusia tampoco se queda de brazos cruzados, aseguró el embajador en Teherán.
Según él, Rusia puede ofrecer a Irán productos siderúrgicos, madera, combustible mineral y artículos electrotécnicos, entre otros productos.
Por su parte, Teherán puede ofrecer cemento, productos petroleros y otros artículos.
En la entrevista a Kommersant, Dzhagarián comentó por primera vez la información sobre un posible acuerdo petrolero entre Moscú y Teherán y la preocupación que despierta el supuesto trato en potencias extranjeras.
“Nuestros colegas están dramatizando un poco la situación y nos reprochan sin motivo. Rusia lleva una política independiente en relación a Irán y no reconoce las sanciones de EEUU y la UE. Escuchamos su opinión, pero las decisiones las tomamos a partir de nuestros intereses nacionales”, afirmó el diplomático.
En cuanto al futuro de posible acuerdo, Dzhagarián precisó que todavía no hay nada firmado.
“Vuelvo a repetir, no solo las compañías rusas han intensificado su actividad en la dirección iraní, también lo hacen sus competidoras de países occidentales”, agregó.
Así, en los últimos meses la República Islámica recibió visitas de empresarios chinos, británicos, italianos y franceses.
“En realidad, solo los vagos todavía no han viajado a Irán”, dijo Dzhagarián al tiempo de explicar que todos los hombres de negocios, incluidos los empresarios de países que impusieron sanciones a Teherán, acuden al país persa “antes de que sea demasiado tarde” y eso, en su opinión, es una muestra de aplicación de “dobles estándares”.
