Ayer el exestadounidense Vic Wild ganó para Rusia el primer oro olímpico de snowboard, apenas unos minutos después de que su esposa, la rusa Alena Zavarzina, se adjudicara el bronce en la misma modalidad, destaca hoy el diario Novie Izvestia.
La bien conocida historia amorosa de dos snowboarders que culminó con una bonita boda en la ciudad rusa de Novosibirsk, fue en su tiempo tan popular en los medios que ahora Alena dice a los periodistas que le pueden preguntar de todo “menos el amor”. Amor aparte, el camino a los medallas olímpicas fue muy distinto para Alena y su marido, apodado cariñosamente “Víctor Ivánovich” en la selección rusa.
Tras ganar el campeonato mundial de 2011, Zavarzina sufrió una mala racha y como si fuera poco se fracturó un brazo apenas un mes antes de los Juegos Olímpicos. Al igual que la legendaria esquiadora polaca Justyna Kowalczyk, que ganó el oro de 10 kilómetros con un pie fracturado, Alena compitió en Sochi con el brazo enyesado.
“Sufrí también de fuertes dolores de espalda. De no ser por el osteópata de nuestra selección de patinaje artístico, (el cubano) Jorge Fernández, y el apoyo de mi familia, ni habría ido a los Juegos. Me habría quedado en casa retorciéndome del dolor”, confesó Alena a los periodistas.
En cuanto a Vic, comenzó su avance hacia la cima de snowboard solo después de obtener la nacionalidad rusa. En EEUU, no había conseguido resultados importantes, pero en Rusia, dice, sus éxitos se deben al “gran apoyo de todos”.
“Estoy agradecido a Rusia porque me dio la oportunidad de practicar mi deporte favorito e hizo todo lo posible para que ganara este oro. Cambié de nacionalidad porque el apoyo del comité olímpico y la federación de snowboard de EEUU era insuficiente. Trabajan bien pero aspiraba a más. No les guardo ningún rencor. Estoy aquí, en la Olimpiada, y soy feliz”, dijo Wild, aunque en inglés, pues todavía le “cuesta hablar ruso”.
Curiosamente, el ministro de Deporte de Rusia, Vitali Mutkó, prometió a Wild promover la prohibición total de fumar en Rusia si ganaba el oro. Ahora se sabrá si fue una broma o no.
