El miércoles el ministro de Exteriores ruso, Serguéi Lavrov, mencionó durante su reunión con el secretario de Estado de EEUU, John Kerry, el audio donde su homólogo estonio, Urmas Paet, supone que los francotiradores en el Maidán en Kiev podrían haber sido contratados por la oposición ucraniana, escribe el diario Kommersant.
Lavrov también se encontró con los cancilleres alemán, francés, polaco, británico y la Alta Representante de la UE para Asuntos Exteriores y Política de Seguridad, Catherine Ashton.
Previamente, el ministro ruso celebró varias reuniones bilaterales con su homólogo estadounidense y algunos europeos intentando convencerles de la legitimidad de la postura rusa sobre Ucrania y prevenir la introducción de sanciones contra Rusia.
Las conversaciones se centraron en torno al acuerdo firmado el 21 de febrero entre Víctor Yanukóvich y la oposición y que no llegó a cumplirse por los acontecimientos que Lavrov califica de “usurpación del poder” y Kerry de “rebelión pacífica por la democracia y en contra de la tiranía”.
Por primera vez, Lavrov dio a comprender que Moscú teme que el guion ucraniano se repita en otros países. “Un presidente legalmente electo fue destituido por un método no consagrado en la Constitución ni en las leyes del país. El mal ejemplo es muy contagioso”, afirmó.
Las visiones de Moscú y Washington sobre la situación en Ucrania siguen divergiendo radicalmente. Un día antes de llegar a París, Kerry pronunció un discurso dedicado a rebatir los argumentos de Rusia señalando que “en contra de todas las pruebas las autoridades rusas quieren hacer creer que los ucranianos masivamente se van a Rusia y en el este de Ucrania hubo casos de ataques contra iglesias”.
