Tras el reconocimiento por la ONU de la soberanía rusa sobre el mar de Ojotsk, Moscú apuesta por el éxito de su solicitud sobre el Ártico. No obstante, expertos consultados por Novie Izvestia no comparten el optimismo de las autoridades.
Al anunciar la decisión de la ONU, el ministro ruso de Recursos Naturales, Serguéi Donskói, afirmó que el siguiente paso será una solicitud para extender la plataforma continental rusa en el Ártico a las cordilleras subacuáticas Lomonósov, Mendeléyev y Alfa, recuerda el diario. Entretanto, los especialistas cuestionan la rentabilidad de poner en marcha la producción petrolera en esa zona, por su dificultad tecnológica y los altos costes.
El gran interés por el Ártico, por el que, además de Rusia, compiten EEUU, Noruega, Canadá y Dinamarca, se debe a las enormes riquezas que posee. Según algunas estimaciones, la región podría albergar hasta el 30% de las reservas mundiales no probadas de gas natural y el 15% de las de petróleo.
“Si echamos un vistazo a las tendencias de desarrollo hasta el año 2035 o 2050, veremos que la exploración de la plataforma continental ártica es un proyecto a muy largo plazo, entre otras razones por su falta de equipamiento tecnológico”, explica Alexandr Pásechnik, responsable del Área de Análisis de la Fundación para la Seguridad Energética Nacional.
Matiza que si el precio mundial de los hidrocarburos se disparase, los ritmos de exploración también aumentarían. “Pero mientras tanto el Gobierno tan solo intenta asegurarse el control de un territorio y crear una base de recursos para una futura explotación”, sostiene el experto.
Según cálculos del Ministerio de Energía, Rusia deberá invertir en la exploración ártica hasta 500.000 millones de dólares antes de 2050. “Lo más seguro es que un 80% de los proyectos se realicen con participación de inversores extranjeros que antes eran reacios a invertir en la región por el vacío legal”, estima Serguéi Pravosúdov, director general del Instituto de Energía Nacional.
Alexéi Skopin, catedrático de Economía y Geografía Regional, indica a su vez que a la hora de estudiar las solicitudes se debe valorar el posible impacto medioambiental. “Para evitar un daño irreversible cuando todos los países empiecen de golpe la explotación de recursos en la zona”, argumenta.
Se prevé que Rusia presente su solicitud sobre la plataforma continental ártica en el último trimestre del año. “Las posibilidades de que la ONU la resuelva favorablemente son muy altas, porque Rusia tiene la frontera más extensa en el Océano Glacial Ártico”, considera Pravosúdov. “Pero hay que tener en cuenta que estas cosas no se deciden de un día para otro”, advierte.
