La propuesta de Barack Obama para sustituir el gas ruso por el procedente de EEUU podría reducir la dependencia energética europea de Rusia, pero tardaría en ponerse en práctica, coinciden expertos consultados por Vedomosti.
El gas norteamericano cambiará el mercado energético del Viejo Continente, pero solo a largo plazo, opinó en declaraciones al diario un funcionario de la Agencia Internacional de la Energía. EEUU no puede vender su gas natural licuado a Europa puesto que la primera terminal de exportación no se pondrá en marcha antes de la segunda mitad de 2015, reconoció en su día el ministro de Energía, Jaroslaw Niewierowicz.
Según estimaciones de la agencia Fitch, si las 37 futuras plantas GNL en EEUU, que tendrán una capacidad total de 273 millones de toneladas anuales, trabajan exclusivamente para las exportaciones, podrían cubrir el 68% de la demanda europea. Es decir que el GNL estadounidense no lograría que el gas ruso desapareciera del todo del mercado de la UE, aunque el porcentaje de este caería a un 16% hacia 2018, calcula Fitch.
La iniciativa de Obama podría ser llevada a la práctica solo en 2017 o incluso más tarde, considera Elena Fiódorova, de la Universidad Gubkin de Gas y Petróleo. “Las empresas estadounidenses todavía tienen mucho que hacer para que las exportaciones sean una realidad. Hay que tener depósitos disponibles y convertir las terminales de importación en las de exportación”, indica.
Por ahora, EEUU exporta gas únicamente a sus dos vecinos, Canadá y México, y está construyendo su primera planta GNL en el territorio continental, recuerda Vedomosti.
“Las declaraciones de Obama, sin detalles sobre las fechas ni cifras concretas, dejan más preguntas que respuestas, aunque marca cierta tendencia”, sostiene Mijaíl Subbotin, del Instituto de Economía Mundial y Relaciones Internacionales.
A partir de 2020, la economía estadounidense podría llegar a ser autosuficiente gracias a la producción propia de petróleo y gas pizarra. Es probable que las empresas norteamericanas intentaran entonces desbancar a Rusia en el mercado energético europeo, aunque mucho dependerá de cómo se solucione el actual conflicto por Ucrania, augura el experto.
En 2013, Gazprom acaparó el 30% de los mercados europeo y turco, lo que supone el máximo histórico del monopolio ruso, recuerda Subbotin.
